Jacuzzi de gazpacho

De cuando en cuando, el jefe de Peláez se pasa por Madrid para ver lo que se cuece en la capital y reunirse con los cuervos que le anuncian, entre graznidos, nuevos recortes. En este último viaje le decepcionó ver que al sol le habían puesto el nombre de un bizcocho italiano, aunque Peláez tuvo que explicarle que Vodafone no es eso exactamente. Continuó la semana cantando al desamor y, paradójicamente, para escapar de los cuernos que le pone su mujer decidió ir a correr delante de los toros a San Fermín. A su regreso, disfrutó de su jacuzzi de gazpacho que “refresca por fuera y por dentro” antes de volver a irse a la costa de tenía un gran asunto entre manos: un bogavante.

Jueves, 4 de julio

– ¿De dónde viene,jefe?
– De la capital del reino, Peláez.
– ¿Y por qué esa cara?
– Estoy decepcionado con el mundo.
– ¿Y eso?
– ¿Sabe lo que han hecho con el sol?
– ¿Con el astro rey?
– Con el sol, Peláez, no he hablado de Pelé en ningúnmomento.
– Bueno… ¿qué han hecho?
– Le han puesto nombre de bizcocho italiano.
– ¿Cómo dice?
– Sí, ahora es el Vodafone Sol.
– El bizcocho italiano es panettone, jefe.
– ¿Y qué es un Vodafone?
– Una empresa de telefonía.
– La madre que los parió…
– De todas formas, no se refiere al sol que nosilumina.
– ¿Ah no?
– No, se refiere a la parada de metro de Sol.
– ¿De qué habla?
– Es marketing, jefe. Para que la gente vea esamarca.
– Todo es marketing, carajo.
– Sí, pagan millones de euros…
– No me joda.
– Le jodo.
– Cojón, pues desde ahora llámeme Movistar Jefe.
– Pero jefe…
– ¿Cómo ha dicho?
– Pero Movistar Jefe, a usted no le pagarán…
– ¿Por qué?
– Nadie nos oye…
– ¿Está seguro?
– Seguro.
– Tengo la sensación de que alguien nos escucha,Peláez.
– ¿Usted cree?
– Hágame caso, no estamos solos.

Viernes, 5 de julio

– Tú tenías larazóóóóóóónnnn, no te hiiiiice caaaaasooooo…
– ¿Qué canta, jefe?
– Al desamor, Peláez.
– ¿Le han abandonado?
– Pronto lo harán.
– ¿Cómo lo sabe?
– Es matemáticamente imposible tener tantos grifosaveriados. El fontanero ya duerme en el sofá.
– Caramba, jefe.
– Sí, así es. En fin, intentaré olvidar.
– Hay que seguir caminando, jefe.
– Corriendo Peláez.
– ¿Corriendo?
– Sí, me voy a San Fermín.
– Jefe, es peligroso.
– SI me pasa algo, cierre con llave y márchese a laplaya.
– Pero jefe, el periódico debe sobrevivirnos.
– ¡Y una mierda!
– ¡Jefe!
– A mí no me sobrevive nadie.
– Pues no corra delante del toro.
– ¿Toro?
– Claro, en eso consisten los encierros.
– Creí que se corría a por litros de calimocho.
– No, jefe, no es así. Se corre delante de lostoros.
– ¿Y Hemingway?
– Hemingway solo beber y beber.
– Entonces quedaré con él.
– No creo que lo encuentre, jefe.
– Esa barba es inconfundible, Peláez.
– Lo que usted diga.
– Adiós, me voy a comprar un pañuelo azul.
– ¡Rojo!
– ¡Tu padre!

Lunes, 8 de julio

– ¡Jefe!
– ¿Qué pasa, Peláez?
– ¡Está sangrando!
– ¿Yo? ¿Por dónde?
– No sé, el agua del jacuzzi está roja.
– Es que no es agua, Peláez, es gazpacho.
– ¿Gazpacho?
– Sí, refresca por fuera y por dentro. Glup.
– Es usted increíble.
– Gracias, vasallito mío. ¿Qué va a hacer hoy?
– Un reportaje sobre Edward Snowden.
– Me encanta Juego de Tronos. Tan tan tarara rantararaaa tan tan tarara tan taraaaa…
– Ese es Jon Snow, jefe.
– ¿Y el otro quién es?
– Un tipo real.
– ¿Y Jon Snow no?
– No, es un tipo de ficción.
– No, es de Invernalia.
– Quiero decir que no existe en la realidad.
– Lo he visto con mis propios ojos, Peláez.
– En la pantalla, jefe.
– Por eso, ¿es que Rajoy no existe acaso?
– Ummm…
– Le he pillado, eh.
– Pues sí.
– Jejeje… ¿un gazpachito?
– No me vendrá mal.
– Venga, entre, le hago un hueco, mire québurbujitas…

Martes, 9 de julio

– Multiusos alhabla.
– ¿Peláez? ¿Es usted?
– Claro, jefe, no hay nadie más, ya lo sabe.
– Cierto, nunca recuerdo que nos abandonaron.
– No, usted los echó.
– Matices, Peláez, matices que a nadie importan.
– A mí sí.
– Usted y sus minucias.
– Ya… ¿para qué llamaba?
– Llegaré tarde.
– ¿A qué hora?
– Mañana.
– ¿Está enfermo?
– No, estoy con algo importante entre manos.
– ¿Negociando con los cuervos?
– No, comiendo un bogavante en la playa. ¿Usted quéhace?
– Escribir.
– Parece usted Cervantes, carajo.
– Más o menos, jefe.
– ¿Y de qué escribe?
– De los asientos de Bárcenas.
– ¿Son cómodos?
– Más bien todo lo contrario.
– Pues vaya mierda, escriba de cosas cómodas,Peláez, que es verano. Tumbonas, hamacas y demás.
– La responsabilidad no me lo permite.
– Pásemela que se va a cagar.
– ¿A quién?
– A la tipa esa que no le permite escribir…
– Olvídelo, jefe.
– ¿Está seguro?
– Sí.
– Pues mañana nos vemos, pailán.
– Hasta mañana.

Miércoles, 10 de julio

– ¿Qué estáhaciendo, Peláez?
– Pasar el baldosinín.
– Tiene esto como los chorros del oro.
– Paso aquí muchas horas al día, me gusta que estélimpio.
– Me gusta que le guste, Peláez.
– Me alegro, jefe.
– De jefe.
– ¿Cómo dice?
– Desde ahora soy De jefe. Da más lustre.
– ¿Pero qué dice?
– Como los grandes, Peláez, como Miguel deCervantes o Danny deVito.
– ¿Y Dolores de Cospedal?
– Una oveja negra en el rebaño.
– Llámeme De Peláez a mí, entonces.
– Lo siento, no incluye a vasallos.
– Soy redactor de primera categoría.
– Pero su procedencia es plebeya.
– ¿Se cree usted un señor feudal, De jefe?
– No, para nada, no se confunda, ¡ah! y are esastierras.
– ¿Lo ve?
– Veo mis posesiones, las veo.
– Está usted loco, jefe.
– De jefe. Soy un visionario, Peláez, tambiénllamaban loco a Stardust cuando dijo que el sol era el centro del universo.
– Fue Copérnico, De Jefe.
– ¿Y quién era Stardust?
– Es el puticlub de la autopista.
– Siempre los confundo.
– Por algo será.

Laura Bellver