Ataque de asturianía

Por más que el equipo de investigación de 360ºPress ha intentado saber el lugar de provincias en el que se encuentra la redacción del periódico de Peláez, nunca han llegado a acercarse. Unos días parece hallarse en el centro de este bendito país y otras junto al mar, quizás a orillas del Mediterráneo. Las pistas son confusas y nadie se atreve a afirmar con certeza donde se publica este diario.

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Por esa razón, saltaron las alarmasel pasado jueves cuando al director le entró un ataque de asturianía. Hacia el Principadose dirigió el equipo de investigación sin obtener, por desgracia, resultadoalguno. Quizás la única respuesta ha sido lo difícil que es comprender al jefede Peláez, tal y como padece el propio redactor quien esta semana ha tratado deexplicarle quién era el Papa o en qué consistía eso del “corralito chipriota” yconvencerle de que no, de que Peláez no tiene superpoderes.





Jueves, 14de marzo

 

– ¿Qué hace en elsuelo, Peláez?
– Busco una lentilla, jefe.
– Está ahí sentada.
– Esa es la crítica de cine, jefe.
– Lo único que sé es que es lenta de cojones. Publicaun artículo cada 29 de febrero.
– Busco una lente de contacto.
– Pues búsquela…
– Es que no veo nada… Es una paradoja. Buscar algopara ver sin ver…
– Tome, póngase mis gafas y déjese de decirchorradas.
– ¿Cuántas dioptrías tiene?
– Doce en cada ojo y llevo una.
– ¡Jefe! ¡Está usted ciego!
– Solo he tomado tres chupitos de whisky, trescarajillos y cuatro culines de sidra.
– ¿Sidra antes de desayunar?
– No, a la vez, con bollu preñau.
– Le veo muy asturiano.
– ¡Calla ho! Asturianu, diz…¡Cagonmimantu!
– ¿Lo ve?
– ¿Qué ye lo que tengo que ver, ho?
– Habla bable.
– Blablabla… nun te entiendo… Sal del agua,felpeyu.
– Es usted imposible, jefe.
– Y tú un babayu.

 

Viernes, 15de marzo

 

– ¿De qué escribe,Peláez?
– Del nuevo Papa, jefe.
– ¿Se ha vuelto a casar su mamá?
– No, el sumo pontífice.
– ¿Se ha casado el sumo pontífice?
– ¡No! ¡Que escribo sobre el nuevo sumo pontífice!
– ¿Y quién es el desgraciado?
– Paco.
– Coño, lo conozco.
– No, otro Paco.
– Ah.
– Es argentino.
– ¿De dónde lo han fichado? ¿De Boca o de River?
– No lo sé.
– Será un mediapunta con un gran último pase y pocogol, como todos.
– Algo así… Mañana podrá leerlo en un amplioreportaje.
– Dos puntos y cierro paréntesis.
– ¿Cómo dice?
– Le sonreía, Peláez. Es como se escribe ahora, consignos de puntuación.
– Está usted al día.
– Lo sé, Peláez. Punto y coma y cierro paréntesis.
– Eso es un guiño, ¿no?
– Lo ha pillado. Bueno, me bajo al bar. Si vienenlos cuervos llámeme a ese a pe todo junto en mayúsculas.
– Lo haré, jefe..
– Pulgar hacia arriba.
– Adiós.

 

Martes, 19de marzo

 

– Buenos días,Peláez.
– Buenos días, jefe.
– ¿Qué tal el puente?
– Estuve aquí, jefe, trabajando.
– Es usted impagable.
– Lo sé, de hecho, lleva dieciocho meses sin pagarme.
– Claro, es una cuestión de coherencia. ¿Y esta petaca?
– No, jefe, es…
– Glup glup glup
– … limpiacristales…
– Glup Pues está rico. Le faltaría una aceitunita.
– Si usted lo dice…
– ¿De qué va a escribir hoy?
– El corralito chipriota.
– ¿La última de Almodóvar?
– No, jefe, la cruel realidad.
– ¿”La cruel realidad”? ¿Tarantino?
– No, jefe, nada de eso, sin ficción, aquí y ahora.
– ¿Aquí y ahora? ¿Ese rollo Ken Loach defutbolistas, mineros y alcohólicos?
– No son películas, jefe, c’est la vie.
– ¿Me la viste?
– Déjelo.
– No puedo, le amo con todo mi corazón.
– Está bien…
– Adiós.
– Adiós.

 


Miércoles,20 de marzo

 

– Buenos días,Peláez.
– Buenos días, jefe. ¿Se ha comprado una moto?
– ¡Dios mío! ¿Tiene usted poderes paranormales? ¿Estelépata?
– No es eso…
– No sea modesto. ¿Puede también mover objetos? ¿Hablarcon los muertos? ¿Atravesar las paredes? ¿Tragar afilados sables?
– Qué va…
– No sea modesto, Peláez, su intuición derriba todaslas barreras.
– En absoluto.
– Me fascina su humildad, propia de un genio, de unsabio, de un…
– ¡Que no cojones!
– Ups, ha dicho una palabrota, Peláez.
– ¡Se ha dejado puesto el casco, carajo!
– Leñe, ¿así que no tiene superpoderes?
– Solo escribir con los pies, y porque no me quedamás remedio…
– Entonces hágame un café con gotitas, humanoramplón.
– ¿Y si me niego?
– Le despido.
– Podría demandarle.
– No, no puede, no tiene dinero para pagar lastasas.
– Mierda de gobierno.
– Esa boquita, Peláez.
– Lo siento, jefe, me enervo.
– Lo sé, Peláez, veo el humo salir de suspabellones auriculares.


Loscables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico deprovincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer.

Inma Aznar, Redfarma al Día

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