Toño, de la casi extinguida estirpe de los trotamundos

Casi cinco años viajando por el mundo con un presupuesto máximo de 300 euros al mes. Una familia, incluso hasta una nieta cuya carita hace cambiar la mirada y la expresión del protagonista de este artículo, el segoviano Toño. Amores perdidos en islas, en países… un ordenador portatil, una cámara con un zoom electrónico de cuarenta y seis aumentos (por lo menos) con la que fotografió un tiroteo en Medellín mientras estaba sentado en una terraza. No, Toño no es periodista. Toño es una buena persona que ha hecho de cualquier rincón del mundo, su casa. Y el día que, por cualquier razón, no pueda seguir viajando morirá. Morirá de pena, como un pájaro enjaulado añadimos nosotros a sus palabras.

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La de este artículo es una historia de almas de otras épocas. Rozando el periodismo-ficción pero, como todo lo que publica 360gradospress, rigurosamente cierta. Así, en una época en la que el rey es el comunicado oficial en el que todo está previsto, medido y, sobre todo, enlatado con conservantes y en pocas ocasiones edulcorantes, este texto comenzó a fraguarse por la más pura casualidad la última noche de sábado en el café Adriático de Malate la “zona canalla” de Manila, sentencia una asturiana, profesora de español en el Instituto Cervantes. Ella, un filipino y cuatro mallorquines que han estado pedaleando por el país nos íbamos cuando aparece al final de la escalera la calva y la perilla gris de Toño

? ¡Cinco años dando la vuelta al mundo! ¿Y no hablas inglés?-
? Ni inglés ni ninguna otra lengua. El que me quiere entender, me entenderá-

‘Aquí hay una historia que merece ser contada’, me dije. ‘¿Dónde te encuentro? En el Hotel Amigo. Está en esta misma calle’. Dicho y hecho…

Y la tarde gris del domingo pasa sin darnos cuenta en la zona común del hotel, que realmente es un albergue, quizá tan “canalla” como la misma zona en la que se encuentra. Allí descubro los secretos de Toño y, al final, llego a admirarlo porque lo que todos queremos hacer el día en el que las cosas en casa o en el trabajo se tuercen, él lo hace. Nuestro nuevo amigo vive de una pensión por minusvalía de 300 euros al mes. Y los razonamientos que va dejando sobre la mesa son, por desgracia, familiares

? yo soy una persona muy curiosa. ¿Qué puedes hacer con 300 euros en España?

Hay un pasado en la vida de este segoviano de 58 años oscuro que el cuenta con sinceridad. Pero hubo también momentos en ese pasado que le dieron el acceso a la sociedad. Días en los que era un engranaje más en la rueda. Profesor de Photoshop y de los programas que en los años 90 crearon una gran demanda de docentes. Pero la vida cambió por un derrame cerebral del que en apariencia se ha recuperado por completo.

? Por eso no puedo aprender inglés ni otras lenguas. Porque mientras pienso qué palabra debo emplear se me olvida la que tenía en mente, pierdo fácilmente el hilo, se me olvida lo que estoy dicendo…-

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Problemas de commutación. El caso es que, aun teniendo compañera y una hija que recientemente le ha hecho abuelo, en 2006 y con la experiencia previa de otros viajes ‘míticos’ como el que le llevó en un 2 C.V. a Inglaterra, decidió ahorrar para cambiar los pinares de Mudrián (Segovia) por  Buenos Aires. Hoy está en Manila, el fin de año estará en Puerto Galera, en la isla de Mindoro y desde mediados de enero en Borneo.

? ¿Cómo lo haces, Toño?

Déficit cero, máxima disciplina económica. También todo muy familiar ¿verdad? Ahorra en cada destino para los vuelos, lo más caro. Viaja en transporte público -‘o haciendo auto stop’- gastos y equipaje, mínimo. Andar, lo que haga falta (a fin de cuentas esa es la raíz de la palabra ‘trotamundos’). No tiene prisa ni calendarios rígidos más allá de los que imponen los visados y su validez…

? …Y la fe de vida, que cada mes de marzo me obliga a regresar a España

Toño es el primer trotamundos auténtico que he conocido. Y también el primero 2.0 El portátil es su herramienta y la señal wifi una bendición del cielo. No mantiene blog pero sí un Facebook con miles de fotos y un chat que para él es una joya, como lo es el google maps. Pero ojo, en el vasto mundo de Toño lo virtual está al servicio de lo real.

-Viajas cuando interactúas con la gente. Desplazarse cumpliendo un programa de actividades no es viajar, es hacer turismo-

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En este momento el entrevistado se hace un torrente de sentimientos y percibo que el tiempo se para. A Toño, que es una buena persona que va de frente, le encanta hablar con la gente y decir palabras preciosas a las mujeres. El resultado de lo primero es -‘tengo invitaciones para vivir en casas en varios países’-. Un chat, un correo y listo. Lo segundo arroja un rosario de nombres de mujer y de ciudad, de amores que pudieron ser y fueron de hecho durante un día, dos, tres… hasta que el lado nómada de Toño consiguió derrotar  al corazón. -‘No puedo encadenarme a un lugar’, ‘aunque quieras y puedas venir conmigo no puedo mantenerte con 300 euros’. Es el triste final, acompañado (supongo, Toño no lo dice) de lágrimas y preguntas como ‘¿por qué se fue? ¿qué no supe darle?’. Pasiones que acaban de repente a veces, me parece entender, con un extender las alas y empezar a volar de nuevo.

No habla inglés ni otras lenguas, se hace entender por gestos -‘o por espíritu’- ha encontrado un montón de amigos y algunos amores que hasta han entendido que, enjaulado, Toño se apagará poco a poco y vive aterrado por una próxima operación de cataratas de su madre a la que ni La India, ni China, ni Laos ni todos los países de América de México hacia el sur han conseguido que olvide. Parece como si presintiera algo malo. Asi es Toño o Antonio, persona que tiene un apellido…

Bueno, Toño, con la foto de cara y las que nos quieras ceder nos conformamos.

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