Charlamos con Curro Savoy, autor del silbido de El bueno, el feo y el malo. Acaban de publicar un libro sobre su vida
JAVIER MONTES, Asturias. Se le conoce como el rey del silbido y se hizo famoso cuando Ennio Morricone le fichó para grabar la banda sonora de El bueno, el feo y el malo. Natural de Andújar (Jaén), lleva más de medio siglo silbando y tocando su inseparable guitarra “Es mi vida”, dice Curro Savoy, también conocido como Kurt Savoy. Todo empezó cuando a los doce años aterrizó en Madrid de la mano de su madre. “Íbamos a ganarnos la vida”, recuerda. Entonces, como la mayoría de los niños de su edad, quería ser torero o futbolista. “Mi única obsesión era ganar dinero rápidamente”. Su historia cambió cuando decidió presentarse a un concurso de Radio Madrid: Hacia la fama.
Le pidió prestada la guitarra a su primo y allí comenzó todo. Empezó a cantar un tema de Elvis y los acordes que no sabía los sustituyó por silbidos. Triunfó. “Gané cien pesetas y un bote de Cola Cao”, recuerda emocionado. Durante muchos meses estuvo bajando al Metro de Madrid para tocar y arañar algunas monedas. “La gente pedía silencio para escucharme silbar”, relata. Poco antes de la muerte de Franco, Curro Savoy se mudó a Francia con su mujer, Clarita Montes torera de profesión- y sus dos hijos. “Ella se había tirado de espontánea en varias plazas de España pero aquí las mujeres tenían prohibido torear”, matiza el rey del silbido para justificar su marcha. “En Francia sí pudo torear pero sufrió más de veinte cogidas”.
Estas son sólo algunas de las anécdotas que recoge el periodista Miguel Adrover en Silbidos de gloria, un libro en el que repasa la vida del rey del silbido. Adrover narra las dificultades y las sorpresas que le ha tocado vivir al incansable Curro Savoy.
En la década de los setenta, como hacía kárate, decidió asegurar su dentadura en 80 millones de las antiguas pesetas, más de 480.000 euros. No se fiaba de perder su bien más preciado para conseguir esos silbidos que han dado la vuelta al mundo. “Tengo un dentista especial y una dentadura postiza igual a la mía por si me pasa algo”, confiesa a 360gradospress desde su residencia en París.
Acumula más de cuarenta discos, ha compuesto temas para cerca de 140 películas y otros tantos anuncios. Su popularidad ha ido creciendo con el paso de los años y, en España, ha vuelto a los platós de televisión de la mano de Andreu Buenafuente. Curro Savoy es un artista humilde, tranquilo e imprevisible. No se olvida de las personas que le han ayudado y trata de conservar ese espíritu que le ha llevado al estrellato. “No entiendo a las personas que por llegar a una meta aplastan a los que les rodean”.
Pendiente de una nueva gira por España, la enésima, se despide como siempre: “hasta pronto amigo”.
F.C.