Escenas de la Semana Santa Marinera del distrito Marítimo de Valencia
Alejados de las tradicionales procesiones sevillanas, zamoranas, vallisoletanas o malagueñas, los vecinos del distrito Marítimo de Valencia celebran la Semana Santa Marinera como tradición marcada por el carácter mediterráneo y la influencia del mar. Las 31 hermandades marineras ofrecen su versión particular de la pasión, la muerte, el entierro, y la resurrección de Cristo. 360gradospress se ha acercado esta semana por las calles de unos barrios que mezclan de forma muy particular la tradición religiosa con la festividad popular.
Los barrios valencianos con más tradición y apego al mar (Grau, Canyamelar y Cabanyal) aparcan por unos días la controvertida situación urbanística que ha situado una fecha de caducidad sobre los techos de algunas de sus viviendas para celebrar de una forma especial la Semana Santa. Como previa insólita de su devoción, los cofrades sortean las casas donde descansarán las imágenes a la espera de las procesiones del Viernes Santo y de los días venideros. Así, las familias afortunadas con tan insigne presencia entre las paredes de su hogar, lo engalanan para acoger la visita de miles de personas durante la semana que reciben a la imagen que les haya tocado en suerte. Amparo es hermana de un cofrade. Vive en un primer piso de la calle José Benlliure y su inquilino es el Cristo de Medinaceli, al que ha preparado un lugar privilegiado, rodeado de rosas rojas y alumbrado con luces apropiadas. “El de Medinaceli es el primer año que sale a casa de un cofrade y procede de la iglesia de Santa María del Mar, en la avenida del Puerto, nos ha hecho mucha ilusión”, argumenta Amparo mientras abre las puertas de su casa a 360gradospress.
Unos números más adelante, a unos cien metros de la vivienda de Amparo, llegamos a la de José Antonio Prats. En ella acoge a la María Santísima de las Angustias, “la Vírgen estrena la casa, la acabo de rehabilitar, por lo que estará doblemente bendecida”. A este vecino no le había dado tiempo ni de colocar muebles en la planta baja, “lo que ha venido muy bien para adecentar cómodamente el espacio para la Vírgen”. Recibe la visita del semanario el Jueves Santo por la tarde, coincidiendo con la primera procesión en la que participan todas las hermandades de la Semana Santa Marinera. Una concentración con el posterior desfile por toda la feligresía para anunciar que Jesús ha muerto y que al día siguiente, el Viernes Santo, se celebra el Santo Entierro.
Tamborrada
Desde la iglesia de Santa María del Mar, en plena Avenida del Puerto, y en dirección hacia las calles más retorcidas y más tradicionales del distrito, como la del Santísimo Cristo del Grao o la calle del Rosario, los cofrades, ataviados con caperuzas de todos los colores con los que se distinguen unas hermandades de otras, detienen su paso en cada parroquia de los barrios marineros para dar la noticia de la muerte de Jesús a ritmo de tambores. Un Jueves Santo popular, de gente en la calle, pero no de imágenes. Todas reposan en las casas elegidas por las cofradías una semana antes, a la espera de ser paseadas con motivo del Santo Entierro. Les queda por delante el corazón de los actos de la Semana Santa Marinera y la Fiesta se vive dentro y fuera, con curiosos y vecinos entremezclados en una gran celebración junto al mar con la Semana Santa de fondo y como excusa para los que menos creen.
F.C.