360gradospress.com descubre con el Club Voleibol Valencia cómo sobrevivir en la primera división nacional de este deporte
Redacción, Valencia. “En el sentido de las agujas del reloj”, continuamos con nuestro recorrido por el mundo de los deportes minoritarios, esta semana con una de las referencias valencianas del voleibol en la primera división nacional (equivalente a la tercera división en fútbol): el Club Voleibol Valencia. Recién ascendido a la categoría, es un ejemplo de cómo la afición por un deporte puede reunir en las filas de un equipo a jugadores con edades comprendidas entre los 19 y 42 años, cuya preparación se fundamenta en dos sesiones de entrenamiento vespertinas con el objetivo de no volver a descender al pozo de las competiciones autonómicas, alejadas del caché que concede a un deporte en crisis de patrocinadores el disputar partidos de repercusión nacional. Otro club valenciano, el Centre Esportiu de la Universitat de Valencia, nutrido de estudiantes, se erige en uno de los rivales a batir en el grupo B de la categoría.
Acuden al Pabellón del barrio de Benicalap (Valencia) puntualmente a la cita los martes y los jueves por la tarde. Aparcan sus ocupaciones laborales o universitarias para preparar el reto que asumen este año tras acceder a la última de las categorías del voleibol español: la primera división nacional. Saben que les va a costar mantenerse, acaba de comenzar la temporada y ya acumulan dos bajas, lo que obligará a su entrenador, Hipólito García, vinculado al club desde su creación, en 1985, a hacer cuadraturas circulares con la cantera que viene empujando fuerte para hacer frente a los equipos de su grupo, como el Centre Esportiu de la Universitat de Valencia (CEUV) que, a juicio del mister, cuenta con jugadores experimentados y con extranjeros buenos que podían jugar perfectamente en una categoría superior a la nuestra, por eso yo creo que es uno de los candidatos a subir de categoría, a la FEV, donde ya juega la Universidad Politécnica de Valencia”. Con todo, el secretario técnico del CEUV, Valero Blasco, cree que el objetivo de su club “es básicamente mantenerse en la categoría porque nuestro objetivo prioritario es la competición universitaria, un objetivo formador y lúdico”, pero reconoce que “este año ha coincidido una hornada de cuatro o cinco jugadores que son buenos y si hay una cantera de jugadores que permite que se ascienda pues la universidad, evidentemente, al ser universitarios, sufragará esos gastos, pero si no suben de categoría, insisto, tampoco pasa nada”.
García considera que la crisis económica ha afectado de manera especial a la primera división nacional, con menos presencia de patrocinadores que ha redundado “en que se haya bajado un poco el nivel y que los resultados, sobre todo en la primera vuelta, sean más imprevisibles hasta que nos conozcamos mejor los unos a los otros y se pueda valorar hasta dónde podemos llegar cada uno y cómo está el voleibol valenciano en general con respecto a las categorías nacionales”. El entrenador confía en que la afición desempeñe un papel importante “ahora que estamos en el pabellón de Benicalap creo que será más fácil, aunque todavía nos falta un poco de asentamiento en la zona, pero lo importante es que al final de temporada podamos hacer un buen balance deportivo y de espectadores”, explica.
RAFA PASCUAL
La estrella que ha marcado el voleibol nacional de los últimos años ha sido Rafa Pascual. Tanto García como Blasco destacan el valor de un jugador que “debería ser un ejemplo para todos”. Pero para popularizar la práctica de este deporte, el entrenador del Club Voleibol Valencia sostiene que “hay que profundizar en la venta de la imagen de la selección española y de los clubes españoles; hay que tener en cuenta que no sólo hemos sido campeones de Europa en selecciones con los chicos, sino que en chicas hemos sido campeones continentales de clubes. Por eso hace falta proyectarlo a mucho más público y que la repercusión sea menos local”.
Óscar Delgado