El gigante de Palo Alto abrirá en breve a periodistas y creadores de contenido el experimento puesto en marcha con grandes medios de comunicación a cambio de una gestión más eficiente de la difusión y con ella de la generación de ingresos. Zuckerberg se posiciona adelantándose al agotamiento del modelo meramente social con el que creció la plataforma y pone uno de los pilares para la creación de una red paralela que llegue incluso a plantar batalla a Google.
Mark Zuckerberg parece decidido a la creación de un internet paralelo que compita mano a mano con Google. Una red de la que no haga falta salir para tener a disposición todo el material necesario. Incluso, quién sabe, con sus propios servidores: esos drones con los que pretende llevar la conexión a cualquier lugar del planeta por recóndito que sea. Ni un sólo ser humano en el mundo sin acceso a Facebook. A cambio, lógicamente, quiere que pasemos el máximo tiempo posible en una plataforma que ya empieza a ser más global que social. Si no todo, al menos que salgamos lo mínimo posible.
Cuando por estos lares algunos early adopters exhiben públicamente su hastío, lo cierto es que la plataforma está muy lejos de mostrar síntomas de agotamiento. Cerró el año 2015 con 1.591 millones de usuarios activos, la mayoría de los cuales pasan una media de 26 horas al mes en ella. Eso es 3,5 veces más que en Instagram y siete que en Twitter . De ellos, un tercio pertenecen a Estados Unidos y Europa. El propio Zuckerberg reconocía hace poco que su previsión para 2030 es llegar a los 5.000 millones de usuarios. De cumplirse, el gráfico del ciclo de vida del producto estaría en la todavía incipiente etapa de la early majority, a la espera todavía de la incorporación de más de la mitad de sus usuarios potenciales. África, Asia y todavía muchos hogares de Occidente están a la espera de recibir tecnología cada vez más barata y un acceso a Internet que podría ser incluso gratuito.
A pesar de lo que escribamos y digamos en público, que levante la mano quien no visite Facebook como primera actividad nada más encender su ordenador por la mañana. O lo consulte a través del móvil antes de irse a dormir. Aún más allá, quien no trabaje con él siempre abierto en una pestaña de su navegador. Por no mencionar a los que ya han integrado la mensajería con WhatsApp, la aplicación adquirida multimillonariamente por el gigante azul -señalaba recientemente César Mariel en su clase de Emprendimiento del MBA de Fundesem cómo los contactos con los que se interactúa desde la aplicación aparecen ya destacados en el muro-. La Red Social es desde hace tiempo para muchos la puerta de entrada a Internet. El vehículo con el que se desplazan por su actividad en la red. Más aún cuando su conocimiento tecnológico es limitado, precisamente el segmento en el que Zuckerberg prevé crecer.
Relaciones personales, sí, pero también compras, visualización de vídeo y lectura de noticias. Concretamente es referente a este último aspecto donde la gran “f” ha anunciado su más reciente novedad dirigida a los creadores y gestores de contenido. Antes de desvelar en Barcelona el gran desembolso que está realizando para la revolución y democratización definitiva de su ya conocido proyecto de realidad virtual, la compañía de Palo Alto adelantaba que a muy corto plazo abrirá Facebook Articles a todo profesional que lo desee. El experimento, llevado a cabo desde marzo del año pasado por reconocidos medios de comunicación de todo el mundo, será ahora de uso libre. Periodistas, bloggers y escritores podrán publicar en la plataforma contenido sin necesidad de alojamiento externo. Una evolución de Facebook Notes que promete múltiples ventajas en cuanto a la presentación del texto, el contenido multimedia y la velocidad de carga, pero sobre todo en la monetización del mismo. A falta de los detalles, que se harán públicos en una conferencia que tendrá lugar en marzo, el resumen parece el siguiente: Zuckerberg pone a disposición toda la tecnología necesaria y una prometedora tajada de los ingresos publicitarios (con los medios de comunicación adscritos hasta el momento era un 70% si Facebook actuaba de intermediario; un 100% si la gestionaban ellos mismos) a cambio de difundir material sólo para él.
“Mercadonización’ del contenido periodístico
La propuesta ha causado gran expectación. En un sector como el periodístico, azotado por la crisis, con una gran concentración de proyectos individuales y pagos por pieza que en muchos casos rozan lo miserable, se abre una nueva vía de ingresos para redactores y editores. Escribir para Facebook. German Frassa, profesor de Estrategia de Contenidos en The Valley y director de Productos Digitales en Unidad Editorial, lo definía así a través de un tuit: “Llega la mercadonización del contenido“.
La definición no puede ser más acertada. El concepto de interproveedor utilizado por una cadena de supermercados valenciana es ampliamente estudiada en las escuelas de negocios. Ellos se encargan de prácticamente todo: las certificaciones, las previsiones, la gestión de stocks, la logística, etc. A cambio, la empresa elegida no tiene que preocuparse más que de producir a la calidad y volúmenes exigidos. Eso sí, al precio previamente convenido. Lo que es una bendición para algunas compañías es visto como un acto de sometimiento y renuncia a mayores beneficios por otras. La propuesta de FB, con todo lo visto anteriormente, puede ser tentadora. “Dame tu contenido, que yo lo distribuyo entre toda la gente a la que le podrá interesar -para eso tengo tus datos- y a cambio te daré un trozo del pastel”, podría ser el resumen.
Falta por ver si será mucho o poco. Si lo que busca el gigante azul es ingresos por esa vía o se trata de un paso más en su estrategia para dominar internet. Que todo se produzca y consuma dentro de su plataforma como un organismo que se autoabastece, con su propio algoritmo de búsquedas para el que ya no necesitaría a Google. Quién sabe, quizás estemos más cerca de la existencia de una red paralela.
S.C.