No tiene cuenta en Twitter, pero se jacta de ver el toro desde la barrera, de presenciar los cambios que están sucediéndose en los entornos tecnológicos como el primer minuto de un partido muy largo que acaba de comenzar. Prefiere mantenerse informado del goteo diario de información a través de un mixto entre el método tradicional, esto es, los diarios de papel de ámbito nacional y de un conglomerado de contenidos digitales a partir de confidenciales y de las principales cabeceras de los países que marcan la agenda global, así como de aquellos lugares donde la actualidad internacional pone el foco.
A Burgos, la ciudad del Museo de la Evolución Humana y capital del V Congreso Iberoamericano de Redes Sociales, #iRedes, aterrizó el pasado viernes 17 de abril autodefiniéndose como un profesional “llegado desde el pleistoceno” para ser exhibido ante los perfiles “más duchos en nuevas tecnologías”. Con todo, asegura que no hay tanta distancia entre los que ya se han familiarizado con las redes sociales y los que no. A dicha relación le asigna una obligación de interactuar desde la reflexión, la experiencia y las trayectorias profesionales de los referentes, que también han de ser tenidos en cuenta.
360 Grados Press aprovechó su presencia en dicho cónclave para intercambiar impresiones con Iñaki Gabilondo sobre el mundo del periodismo, la radio, la comunicación y el futuro de los profesionales.
¿Cómo es un día en la vida de Iñaki Gabilondo desde el punto de vista informativo? ¿Cómo se informa?
Yo comienzo haciendo una cosa muy extravagante que nadie puede entender: cuando me despierto leo 20 minutos. Pero 20 minutos de nada que tenga que ver con la actualidad; leo historia, filosofía y todo lo que me pueda apetecer para quitar las telarañas del cerebro. Luego tengo ya una gestualidad informatizada y leo por encima los periódicos americanos más importantes, (Tne New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times ); los franceses Le Figaro y Le Monde; los ingleses The Independent o The Guardian y los españoles. Luego leo en papel El País, El Mundo o La Vanguardia y repaso también un poco los demás. Y luego, cuando ha habido algún acontecimiento extraño fuera de estos territorios, también a través de internet, busco la prensa del país correspondiente para ver cómo lo están enfocando allí.
¿Y para cuándo deja la radio?
Entre la información en papel y la que procede de las nuevas tecnologías se me ha metido la radio, que incorporo siempre inmediatamente. Durante el resto del día, me sigo informando a través de la radio, pero también de las páginas webs de los diarios, de los confidenciales
¿Cómo se viven las ondas desde la barrera, después de haber supuesto un papel tan predominante en su trayectoria profesional y vital?
Respecto a mi vida, salvo la responsabilidad de tener que hacer directamente un programa, la forma de vivir se ha parecido siempre mucho. Yo así vivía cuando hacía Hoy por hoy y también cuando estaba de vacaciones. En mi tiempo libre yo también leía toda la prensa y estaba completamente informado. Para mí es y ha sido una manera de vivir. Por lo tanto, que tuviera una acción específica y concreta respecto a hacer un programa claro que ha cambiado por completo; pero respecto a mi manera de vivir la información o saber lo que ocurre he vivido siempre muy en contacto con ella.
La radio siempre ha sido un medio caracterizado por la inmediatez, virtud que tanto promulgan las redes sociales ¿le hace tener una postura dominante en el escenario de las nuevas plataformas y herramientas periodísticas solapadas a la tecnología?
La radio lleva el terremoto tecnológico con mayor fluidez porque no le ha pasado nada sustancialmente diferente. A los periódicos sí, porque las nuevas tecnologías los han puesto patas arriba; la sacudida para la prensa escrita es total. Para la radio, en cambio, no tanto; está viviendo el proceso con naturalidad. Que va a tener que vivir una evolución fantástica, evidentemente; pero, sin embargo, no le han pegado un tiro en el corazón; el proceso de asimilación y de cambio en la radio lo veo con mayor naturalidad y con muchas más calma.
No digo con esto que la radio pueda dormirse, porque no se puede dormir, porque los oyentes, entre otras cosas, siguen oyendo la radio pero lo hacen desde otra calle. Lo mismo que hubo un tiempo en que la oían en la calle de la onda media, luego en la calle de la FM, ahora la oyen en la calle del Smartphone, de la tableta o de lo que sea. Con lo cual, hay una gran transformación, pero para la radio con menos dramatismo que en los periódicos.
Por eso el cambio lo veo sin mayores agitaciones.
Hablando de agitaciones (y de dramatismos), ¿qué hay de los periodistas tradicionales que no quieren adaptarse al nuevo medio y de aquellos que salen de las facultades con moldes tradicionales?
Es igual, es lo mismo. Es como si dijeras: ¿y qué van a hacer si de repente se encuentran viviendo en Alemania? Pues tendrán que aprender alemán Aquí ha cambiado el idioma. Y es algo que no suele plantear problemas, porque la gente a estas cosas se suele lanzar. Además, no hay ninguna posibilidad de no querer adaptarse; como tampoco podemos decir que están los que no se quieren adaptar y los que sí quieren adaptarse. No se puede sobrevivir si uno no se adapta. Por lo tanto, no hay ninguna preocupación; a unos les costará mucho y a otros les está costando poco. Lo que sí critico es la actitud de determinados sectores y de algunos con alguna edad, que se han puesto a mirar de perfil a ese mundo como si fuera una especie de capricho de cuatro friquis de última hora. Eso me parece una idiotez. Y a los que vienen de estudiar Periodismo les espera un golpe de choque grande que no se va atenuar.
¿Tienen ventaja entonces los que ya se han incorporado o familiarizado con las nuevas plataformas?
Estamos en el primer minuto del partido. La diferencia entre los que no saben nada y los que saben mucho es menor de lo que parece y tenemos que mantener el contacto entre unos y otros para construir realidades. Los que se han adaptado ya a las nuevas tecnologías también van a tener, a su vez, que adaptarse a transformaciones sin parar, pero sin parar, sin parar…
Eso es de lo que yo creo que todo el mundo no se ha dado cuenta. O sea, cuando alguien dice: “Youtube va a ser la televisión del futuro”. Sí, pero si yo fuera Youtube me preguntaría: “¿Y cuál va a ser el Youtube del futuro?” Porque, ¿cómo sabes tú que Youtube ha venido para quedarse? A Youtube también le van a pasar cosas que le van a obligar a transformarse, La necesidad de transformación es imposible de evitar y no se va a detener ni entre quienes sean los más duchos ahora mismo ni entre los que sean más torpes. Va a tener que vivirse una renovación incesante.
Se nos enseña también en este contexto que el emprendimiento es la solución a todos los problemas de la profesión periodística: “emprende, hazte autónomo y hazlo tú ”. ¿Cómo interpreta esta insistencia o esta prescripción para que los jóvenes se metan a hacer trimestres?
Es que en los medios de comunicación no hay otra solución. Nacho Escolar, que es mi amigo, ha dicho muchas veces que no tiene sentido ahora mantener la actitud de ver dónde encuentro acomodo para mi trabajo. Por cierto, cuando yo terminé había cuatro o cinco sitios dónde elegir; o trabajabas en la SER, o en la Cope o en RNE Ahí se acababa todo el territorio de tus posibilidades. Evidentemente, ese mundo se ha terminado. Pero se están abriendo y se abrirán otros 300.000 nuevos mundos.
¿Es más una cuestión de cambiar la mentalidad entonces?
Hay que cambiar la vieja mentalidad que los padres hemos transmitido a los hijos del trabajo estable, del colócate en un sitio seguro Porque ya no hay ni sitios, ni seguro porque hasta la palabra, seguro, ha desaparecido; la palabra estable no se sabe qué quiere decir, la palabra sitio, tampoco De manera que toca ponerse a vivir y a crear cosas.
Pero además de probar, ¿qué mas considera que se ha de hacer para tener un sitio?
Es un nuevo tiempo que abre muchas posibilidades. Porque así como yo te digo que algunos miráis a nuestro tiempo como un tiempo estupendo, insisto en que terminabas tu formación y te encontrabas con cuatro opciones y más allá no se podía hacer nada. En cambio, ahora, hay cuatrocientos mil millones de cosas por explorar y otras cuatrocientas mil por inventar. Unas saldrán bien y otras saldrán mal, pero es que es un mundo completamente diferente. Ya no es que sea una comunicación diferente, el mundo es completamente diferente. Y dentro de poco será diferente el ser humano. El ser humano está transformándose. Cuatro generaciones después, el bicho humano va a ser distinto, va a pensar de otra manera, va a analizar las cosas de otra manera, a interconectarse de otra manera. Y, por tanto, estamos ante un fenómeno de una dimensión muchísimo más importante de la referida a cómo se van adaptar los periodistas a los nuevos medios de comunicación, ésa es una parte de la gotita de agua en el océano de las transformaciones que están por llegar.
Javier Montes