Desde este enclave es posible observar el horizonte en todas las direcciones. 360gradospress visita uno de los rincones más espectaculares y hermosos de México, y del mundo.
Toda idea preconcebida antes de estarallí se queda atrás ante la inmensa belleza que desprenden las ruinas mayas deTulum. Como torres vigías inmóviles, pero desafiantes frente al desgaste por elpaso del tiempo, estos tesoros del periodo posclásico situados en el estadomexicano de Quintana Roo, descansan en uno de los lugares más hermosos delmundo.
Ancladas para la posteridad en lasalturas, desde donde el horizonte se adivina en todas las direcciones, lasruinas están rodeadas de unas vistas naturales tan asombrosas que bien podríaimaginarse que todo el entorno está dispuesto intencionadamente y en exclusiva parael deleite de la vista. Las rocas que elevan los restos reciben constantementelos mimos del mar Caribe, que en ese mismo punto de la Riviera Maya, es tremendamentecristalino y turquesa al mismo tiempo como una acuarela intensa, pura eirresistible. El color del mar y el aplastante calor mexicano empujan alviajero a romper esa barrera idílica de la contemplación para zambullirse en lacoqueta cala de arena blanca. Conviene ir preparado con traje de baño para laocasión, porque es una oportunidad a la que, una vez allí, no podrá resistirse.
Refrescarse no viene mal, porque elintenso sol hace mella. Tanto, que no es ningún disparate protegerse con cremasolar; incluso en las puntas de las orejas y en el empeine, en el caso de que secalce sandalias o chanclas. Una opción, la de los pies al descubierto, que noes del todo recomendable ya que, en realidad, el viajero va a caminar sobrearena.
Del conjunto de ruinas mayas, a las que sepuede llegar desde el pueblo andando o subiendo a un trenecito ciertamente económico, probablemente le llamará más laatención el Castillo, aunque el
yacimiento está lleno de templos
y delagartos. Al viajero no le resultará tarea complicada ver uno de ellos, porque estosanimales campan a sus anchas por toda la zona arqueológica.
El yacimiento de Tulum, que en lenguamaya significa “fortaleza”, puede recorrerse en poco más de una hora, pero nodeje que el reloj le robe la oportunidad de disfrutar del paraje ni de lasexplicaciones que ofrecen los guías. En este lugar, la Historia y el paisajeforman un tándem perfecto que cautiva al viajero desde el principio. Tampocodejan de impresionar los grandes conocimientos matemáticos y astronómicos queposeían los mayas, quienes levantaron de un modo tan peculiar las estructurasde piedra, escenario también de rituales y sacrificios.
No le supondrá, sin embargo, ningúnsufrimiento visitar las ruinas de Tulum; más bien al contrario, pues este lugarmexicano es belleza, cultura y espectacularidad.
Lorena Padilla