Quizás sea la ciudad más impactante de la India. Las estrechas callejuelas de su casco antiguo llevan al visitante hacia un Ganges sagrado que- a pesar de estar altamente contaminado purifica, según la tradición hindú, a vivos y muertos. 360 Grados Press da un paseo por esta caótica ciudad del norte de la India. [No apto para lectores sensibles]
La primera impresión que te llevas de Benarés no esprecisamente buena. La gran cantidad de gente que pasea por sus calles, el olorintenso a excrementos de vaca, las cientos de felices moscas que revolotean porel aire (mejor mantén la boca cerrada) y el calor pegajoso hace que tu cabezano pare de preguntarse una y otra vez “¿quéhago aquí? ¿qué hago aquí? ¿qué hago aquí?”. Pero superado el shock inicial, esta ciudad, una de lassiete sagradas del hinduismo, te atraerá por su indudable autenticidad.
Lo más interesante de Benarés es el casco antiguo que descansa a lo largo de toda la orilla oeste delrío Ganges. Sus estrechas callejuelas no superan el metro y medio deanchura pero por ellas pasan incesantes peregrinos, motos, vacas, turistas,bicis No hay manera humana de orientarse en estos caóticos laberintos -queesconden tiendas, restaurantes, casas, templos – pero milagrosamente en cadaesquina hay alguien sentado viendo la vida pasar que te indicará dónde estáeste hotel o este otro restaurante. Al final, siempre llegas a tu destino.
Para salir de esta maraña de callejuelas debes ir en buscan delos ghats, los largos tramos deescalera que bajan a orillas del Ganges, donde millones de peregrinos procedentes de toda la India acudencada año para lavar sus pecados. Algo que cuesta creer viendo la cantidad debasura, búfalos refrescándose y alguna que otra cabra muerta que flota a sulado… Vivirlo para creerlo.
En total hay 80 ghatspor toda la orilla del Ganges donde no sólo se acude a realizar el ritual delbaño, sino a lavar la ropa, vender flores, practicar yoga, recibir masajes,lavar los búfalos, mejorar tu karma dando un donativo a algún mendigo osimplemente pasear. Es el lugar perfecto para sentarse té masala en mano- y observar a la gente en sus quehaceres diarios. Tesentirás como en un documental de La 2 de TVE.
Elfuego que purifica
ElManikarnika es el principal ghatcrematorio de la ciudad donde literalmente selanzan los cuerpos a pilas de maderas ardiendo. En las callejuelas próximas aeste ghat es fácil escuchar los cánticosde un grupo de hindús que se acercan a ti con algo a sus hombros. Cuando pasanpor tu lado (recordemos que la calle mide como mucho 1,5 metros de ancho)observas con sorpresa y con terror- que lo que llevan sobre esa camilla debambú es un cuerpo envuelto en una sábana blanca y con pétalos de flores porencima Se dirigen al crematorio.
Cientos de personas se amontonan cerca del ghat para ver como las llamas se llevanlos cuerpos de los muertos, pero no sus almas. Está totalmente prohibido hacerfotografías ya que es un lugar sagrado, pero casi no hace falta porque estástan anonadado que ni te acuerdas de sacar tu Canon para retratar ese momento. Alfin y al cabo, son imágenes que se te quedan grabadas en la memoria de porvida.
Quemar los cuerpos les purifica. Un hombrecillo marchitoasiduo a uno de los ghats crematoriosnos explica que se necesitan 360 kilos de madera y 3 horas para quemar cadacuerpo. Los restos se tiran al río -sí, ese mismo río en el que a pocos metrosdel crematorio familias enteras se sumergen en sus aguas para limpiarse pordentro, porque lo que es por fuera
Pero no todos losdifuntos necesitan pasar por las llamas. Se considera que los niños, las embarazadas,los santos, los muertos por picadura de víbora y los enfermos de lepra nonecesitan purificarse en el crematorio por lo que su destino es otro bien distinto.Unas barcas los llevarán a unos 150 metros de la orilla del Ganges y lanzaransus cuerpos con una piedra atada al cuello. En las profundidades de este ríosagrado descansarán O al menos, esa es la idea. El problema es cuando lospeces, el agua y el paso del tiempo hacen que la cuerda se rompa y la pesadapiedra ya no haga su función. Consecuencia: salen a flote. No es difícil ver uncuerpo de alguien fallecido a saber cuánto tiempo hace de ello- arrastrado porla corriente, cual hoja seca. La imagen es terrorífica Y una vez más, a pocosmetros, niños jugando en tan “sagradas” aguas.
La India en su conjunto es un universo a parte, una forma deser, de actuar, de creer tan diferente a la nuestra que es imposible nosentirse fascinado por ellos. Pero sin duda Benarés es el lugar más auténticode este subcontinente asiático. Una ciudad única que o te hará salir corriendoa la hora de pisar sus caóticas calles o te enamorará de por vida. Una ciudadllena de vida donde miles de peregrinos acuden a ver la muerte.
Manolo Gil