El retorno del investigador

Entrevistamos a Bernat Soria desde la perspectiva de su regreso a las probetas tras su paso por la alta política

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XAVI BELLOT, Valencia. Hace 16 meses entregó la cartera del Ministerio de Sanidad a Trinidad Jiménez, la misma por la que hoy suspiran todas las portadas ante el vacío de contenidos propio del mes de agosto. 360gradospress entrevista a Bernat Soria, con el que repasamos las claves de su trayectoria y el futuro de la investigación y de la sanidad en España.

¿Cómo afronta su vuelta a la investigación, tras su paso por la vida política?

Con optimismo y entusiasmo, como siempre. He tenido tiempo para reflexionar sobre la paradoja de Teseo comentada por Heráclito. Aquello de que el agua no pasa dos veces por el mismo río. En realidad, cuando vuelves de una experiencia tan intensa te das cuenta que no solo el río ha cambiado, tú también has cambiado, espero que para bien.

¿La experiencia de la gestión directa le ha hecho ver otros aspectos de su trabajo de investigación que hasta ahora no había detectado?

Sin lugar a dudas. Ser el máximo responsable del Sistema Nacional de Salud te hace reflexionar sobre el valor de un sistema público y gratuito de salud. A la hora de enfocar un proyecto de investigación lo haces con una perspectiva distinta.

¿Echó de menos los laboratorios en su etapa como ministro?

Ya lo creo. Si te has dedicado más de treinta años a una actividad y experimentas un cambio tan notable es imposible no echar de menos el laboratorio. Además la ciencia es apasionante y absorbente. Es normal tener esa sensación.

¿Cuál es el estado de la investigación biomédica en España?

España tiene buenos investigadores, pero menos de los que debería tener. Nuestro nivel de inversión alcanzo en 2008 el 1,35% del PIB (más de catorce mil millones de euros). Puede parecer mucho, pero para un país como España es aún poco. En número de publicaciones somos la novena potencia, pero en número de citas bajamos al puesto número cuarenta y en el de patentes estamos francamente mal. Eso tiene que cambiar, sin ciencia de calidad y transferencia de conocimiento no se genera riqueza, puestos de trabajo y salud.

¿En qué consiste el trabajo desarrollado en el CABIMER, centro que usted contribuyó a crear?

El Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) es un centro cuya finalidad es la investigación de excelencia y su transferencia a la sociedad, sobre todo al sistema sanitario público. En la actualidad hay unas 200 personas dedicadas a tareas que van de la reparación del ADN o la epigenética de los procesos de diferenciación y desarrollo al la terapia celular de la diabetes mellitus o de la retinitis pigmentaria.

¿Cree que se deben potenciar en mayor medida organismos como el ISCIII para lograr el objetivo último de mejorar la salud de los ciudadanos?

El Instituto de Salud Carlos III agrupa excelentes centros de investigación básico-clínica y a su vez es el principal organismo de financiación de la investigación biomédica. Cuando yo llegué al ministerio teníamos los crearon los centros de investigación biomédica en red (CIBER) de Enfermedades Neurodegenerativas, de Respiratorias, etc las Redes de Investigación.Yolos conocía como investigador, pero ahora se trataba de verlos como gestor. El Carlos III es una estructura de investigación, pero no solo de investigación. Es absolutamente imprescindible para la salud, la epidemiología, control de pandemias,etc. En la última etapa, en la que participé, se crearon los CIBER de Diabetes y de Enfermedades Raras…

En este sentido, ¿cómo se pueden atender las enfermedades denominadas “raras”, que requieren un enorme esfuerzo de investigación para pocos pacientes?

Las enfermedades raras reciben su nombre no porque sean más raras que otras, sino porque son poco frecuentes, “rare” en inglés. Al ser poco frecuentes la industria farmacéutica no tiene un interés directo y deben se ser más apoyadas con recursos públicos.

Como máximo responsable del sistema sanitario español durante dos años, ¿cree que el sistema, tal como está planteado, es sostenible?

Se trata de una cuestión muy relevante. El SNS se financia con impuestos, por lo tanto, cuando disminuyen los ingresos del estado es lícito preguntarse si el sistema puede pervivir. La respuesta tiene que ser sí. La sostenibilidad es un problema financiero, pero no solo financiero. Es muy importante la política de recursos humanos, la gestión eficiente, la incorporación de la calidad y la innovación.

¿Cómo cree que será –o debería ser- la atención sanitaria a medio y largo plazo?

La pregunta no se puede contestar con una sola frase. Hay que decidir qué modelo de sistema de salud queremos y el paciente se tiene que corresponsabilizar con su enfermedad

¿El paciente crónico es realmente el gran reto del sistema?

Lo es y lo va a ser cada vez más. Tenemos que desarrollar acciones efectivas de prevención en aquellas patologías que son prevenibles. Por ejemplo, el 40% de las complicaciones de la diabetes se pueden prevenir. Si se hace un seguimiento adecuado y un control efectivo de la glucosa en sangre se pueden disminuir las complicaciones. Esto es muy importante en términos de calidad de vida y también de costes. Lo realmente costoso de las patologías crónicas no son la insulina o las tiras reactivas, sino las complicaciones, la hospitalización, etc. Lo mismo es cierto para cardiovasculares, hipertensión, etc

En este ámbito, ¿qué papel debe jugar la biotecnología en el futuro modelo sanitario?

La biotecnología está más cerca de la medicina personalizada, que contrariamente a lo que puede parecer no es más cara, sino más barata que la convencional, ya que permite focalizar el tratamiento en aquellos grupos de pacientes en los que es más efectivo. El sistema sanitario público se debería implicar más con las empresas biotecnológicas, en la búsqueda de ‘parternariados’ público-privados.

Marga Ferrer

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