La moda del running ha lanzado a mucha gente a correr sin escuchar su corazón. De ahí que este deporte haya terminado con tristes finales por todos conocidos. El prestigioso cardiólogo Josep Brugada insiste, desde hace años, en que la gente se realice unos controles antes de iniciar esta práctica y conocer así si existe alguna disfuncionalidad. En 360 Grados Press hemos hablado con este doctor, referencia internacional en el tratamiento de arritmias cardiacas y experto en muerte súbita, que está llevando a cabo una campaña para la instalación de desfibriladores en farmacias de toda España. Una interesante entrevista que ayudará a conocer mejor y cuidar nuestro corazón.
Cuando en 1992 se celebraban los Juegos Olímpicos de Barcelona, el deporte comenzó a coronarse en nuestro país como una de las principales actividades de ocio. Por aquel entonces, apenas se conocían las causas de la muerta súbita, uno de los principales accidentes cardiovasculares con triste final entre los corredores. Pero, justo ese año, el prestigioso cardiólogo, Josep Brugada (Banyoles, 1958) descubrió justo a sus hermanos, también médicos e investigadores, el bautizado como Síndrome Brugada.
Hablamos con el Dr. Brugada, entre otros temas, sobre cómo evitar la muerte súbita a través de la instalación de desfibriladores en las farmacias, ya que España es uno de los países con menos aparatos de este tipo por habitante. El doctor es miembro de la Sociedad Española de Cardiología y de la Sociedad Europea de Cardiología, entre otras entidades nacionales e internacionales, y en su extenso currículo destaca su paso por la Sección de Arritmias del Hospital Clínico de Barcelona o la Unidad de Arritmias del Centro Cardiovascular Sant Jordi.
En primer lugar, para situarnos, ¿podría explicarnos que es el Síndrome Brugada?
El síndrome de Brugada es una enfermedad de origen genético. Se produce por la alteración en los genes que dirigen la formación de las proteínas cardiacas que regulan el paso de los iones a través de la membrana celular, conocidas como canales iónicos; es por ello que esta enfermedad se engloba en el grupo de las conocidas como canalopatías. La alteración en el flujo de iones a través de las membranas de las células cardiacas crea alteraciones eléctricas que favorecen la aparición de arritmias, generalmente ventriculares, que pueden provocar síncopes o incluso muerte súbita. Es una enfermedad rara, más frecuente en hombres en la tercera década de la vida.
La instalación de desfibriladores en farmacias es una de las soluciones para evitar la muerte súbita. ¿Cuántas se producen al año? ¿Cuántos desfibriladores harían falta en todo el territorio nacional?
Como dato más próximo, en Cataluña se producen unas 3.500 muertes súbitas al año, cifra que multiplica por 20 los accidentes de tráfico. España es uno de los países con menos desfibriladores por habitante. Concretamente, el parque actual que hay en nuestro país se sitúa en torno a los 10.000, mientras que Reino Unido tiene cinco veces más, Alemania, ocho veces más y Francia llega a los 100.000 dispositivos.
La ratio establece la conveniencia que haya un desfibrilador por cada entre 1.500-1.800 habitantes, dependiendo también de las propias características de cada localidad.
¿Pueden ser utilizados por cualquier persona?
El desfibrilador automático es un dispositivo de fácil utilización que solo actúa en caso de necesidad y que puede ser aplicado por cualquier persona aunque no tenga conocimientos sanitarios.
¿Son los infartos una de las principales causas de muerte?
Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en hombres y mujeres en Europa. Concretamente, en España, cada año fallecen más de 30.000 personas por parada cardiorespiratoria. Con la ayuda de los desfibriladores portátiles el número de reanimaciones podrías incrementarse sustancialmente. Los accidentes cardiovasculares se contabilizan en 225.000 anuales en nuestro país, según datos de la Sociedad Española de Cardiología. Solo el pasado año se registraron 108.000 infartos y anginas de pecho y 120.000 ictus, muchos de los cuales se podrían haber evitado con un estilo de vida más saludable.
Las enfermedades del corazón pueden ser genéticas, ¿se podría averiguar si alguna persona tiene el gen que desarrolle este tipo de patologías?
La genética es una disciplina que cada vez tendrá más importancia. Desde hace algunos años existen determinadas pruebas que pueden llegar a predecir el riesgo genético de sufrir algún accidente cardiovascular. Sin embargo, hay que asegurarse que estos test son homologados y serios, pues a través de Internet hay ofertas que no ofrecen los mínimos estándares científicos. Creo que siempre se debería recurrir a algún laboratorio experimentado y con eficiencia constatada en este campo.
La gente está cada vez más obsesionada con deportes, como el running, en los hay una incidencia cada vez mayor de infarto, ¿de qué manera pueden prevenirlo?
Desde hace años proclamo la necesidad que cualquier deportista, sea profesional, pero, sobre todo amateur, pase unos mínimos, pero necesarios, controles antes de practicar actividad deportiva: una prueba de esfuerzo y un electrocardiograma. Son dos pruebas muy sencillas que se pueden hacer de forma rápida y pueden ser determinantes para advertirnos de alguna disfuncionalidad en la persona. Algunas Comunidades Autónomas ya han implantado estas pruebas como condición para obtener la licencia deportiva.
Por su experiencia, ¿cree que los runners están concienciados con esta problemática?
Cada vez en mayor medida, pues ha habido en los últimos años accidentes cardiovasculares con un triste final como ha sido el fallecimiento de varios corredores. Es importante esta concienciación colectiva especialmente en el público aficionado que es el que tiene menos control de sus posibilidades para la actividad física.
Por otro lado, Barcelona quiere acoger la sede de la Agencia Europea del Medicamente, ¿cree que finalmente se trasladará a la Ciudad Condal?
En octubre conoceremos la decisión, si bien creo que de todas las ciudades que optan a la sede, Barcelona es la que reúne unas mejores condiciones de toda índole. En cualquier caso, no se puede olvidar que hay decisiones que en algunas ocasiones no solo contemplan las condiciones objetivas sino temas “políticos” que se nos escapan a los profesionales.
Patricia Moratalla