Cada año muere un 3,4% de los niños latinoamericanos por enfermedades asociadas a la falta de agua potable para consumo y saneamiento, pero desde España surgen iniciativas para ayudar a erradicar esta situación desde el esfuerzo y la voluntad humanitaria.
Una furgoneta, cuatro amigos, empatía con el ser humano y solidaridad a raudales. Cuatro ingredientes que marcan la hoja de ruta de un viaje inolvidable por América Latina. Cuatro palos que sostienen a The Water Van Project, una iniciativa creada con el objetivo de facilitar el acceso a agua potable que se lleva maquinando desde 2014 y que va a materializarse en pocos días.
Chechu Pajares (fotógrafo), Eduardo Salvo (analista financiero), Jorge Horno (product manager) y Diego Felez (account manager) van a recorrer las zonas más azotadas por la pobreza, el cambio climático y la actividad de algunos gobiernos que se han aprovechado de las regiones con más recursos de agua fresca del mundo. Un viaje sobre ruedas de más de 6.000 kilómetros, documentado desde su web y sus redes sociales (@thewatervan), en un plazo de seis meses y con parada en Chiapas (México), Antigua (Guatemala), Esmeralda (Ecuador), Cuzco y Arequipa (Perú).
Un proyecto humanitario con tres aristas definidas: ayuda para proporcionar acceso a agua potable a través de la donación de filtros de potabilización de alta tecnología a familias, escuelas, hospitales y comunidades carentes de recursos (más de 14.000 personas en total) durante un periodo de 10 años; educación para el conocimiento particular de los procesos de instalación y mantenimiento adecuado de las herramientas entregadas (con las que enseñar a pescar y no solo dar el pescado) a los beneficiados y a las organizaciones que continúen su legado solidario, a la vez que fomento del uso responsable del agua y de la importancia de la higiene, y la promoción de iniciativas similares para visibilizar y crear concienciación social sobre este problema mundial.
“América Latina es una región de extremos, ya que hay muchísima riqueza natural, pero a la vez una enorme cantidad de personas que sufre gravemente la pobreza y la falta de acceso a agua potable“, valora Eduardo Salvo, componente del proyecto.
Nuevas tecnologías para conseguir respaldo económico
La acción ha recibido el apoyo de, entre otros, Obra Social “la Caixa” e Ibercaja Obra Social, además de ONG locales de los países de actuación, que les ayudarán a llevar a cabo su labor en cada zona. También han podido recaudar donaciones (#AportaTuGota) a través de una campaña de crowdfunding en la plataforma Indiegogo, con la que han superado en 18.000 euros el objetivo principal de recaudación de 25.000 euros. Aunque la actividad de micromecenazgo ya está cerrada, quien lo desee todavía puede participar económicamente por transferencia bancaria desde la web.
Una realidad devastadora
Es fácil comprobar la desalentadora situación que viven América Latina y el Caribe en cuanto se repasan las cifras de pobreza que sufren sus poblaciones en la actualidad. Según el Documento Regional de las Américas presentado en el 7º Foro Mundial del Agua, celebrado en Corea del Sur en 2015, el 26,8% de sus habitantes (167 millones) se encuentra en esta situación, el 39,5% de ellos llega al extremo y 2/3 partes del total se sitúan en zonas urbanas precarias, lo que demuestra que no hablamos solo de desigualdad en cuanto al acceso a recursos de primera necesidad, sino que también existe exclusión social.
Recursos tan imprescindibles como el agua potable mejorada, con la que todavía no cuenta el 5,5% de la población (34 millones), además del 17,7% sobre el total (casi 110 millones) que no disponen de instalaciones higiénicas para evacuar sus excretas. Todo ello se suma a que menos del 30% de las aguas servidas reciban tratamiento (muchas veces deficiente) y que provoca que cada año muera un 3,4% de los niños latinoamericanos por enfermedades asociadas al líquido elemento.
Por su parte, el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), que desempeñó un papel pionero en el reconocimiento del derecho humano al agua y al saneamiento bajo el amparo de las Naciones Unidas, trabaja por mejorar esta realidad (ha destinado hasta la fecha 791 millones de euros) en países como Perú, México, El Salvador o Haití, que padecen el denominado stress hídrico (cuando la demanda de agua es más importante que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad).
Maneras de colaborar, en mayor o menor escala, desde nuestro país y con el sustento no solo económico, sino también solidario, para acercar o facilitar el acceso a un recurso natural imprescindible para todo ser humano porque, como decía el poeta británico W. H. Auden, “miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua“.
Laura Bellver