Networking grafitero en la Universidad

360 Grados Press asiste a una propuesta original que conecta el mundo universitario con el urbano; el de las Bellas Artes con la representación efímera del arte de la calle; el de los estudiantes con el de los grafiteros. Los muros de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) reciben un baño artístico de pintura y de spray, del que fluye el intercambio cultural entre artistas españoles y latinoamericanos con la excusa de dejar una huella de color en el campus. Su fecha de caducidad: un año.

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‘Poliniza’ es el título querecibe la iniciativa que, por séptimo año consecutivo, pone en práctica la UPVpara conectar el mundo universitario con el del arte urbano. La nomenclaturadel certamen responde al objetivo de congeniar inquietudes artísticas urbanas dediferente cuño y procedencia mediante la puesta a disposición de losparticipantes de los muros y de los materiales necesarios para dar riendasuelta a su arte.

La fórmula, ideada por el Vicerrectorado de Alumnado yCultura, abre 600 metros cuadrados de 19 muros del campus a la creatividad de34 grafiteros, 15 de los cuales son alumnos de la asignatura ‘Pintura yEntorno’ de la Facultad de Bellas Artes. Todos ellos concentrados durante cincodías en el campus en torno a su pasión por la pintura mural, la concepción másartística de los grafitis y el debate relacionado con la realidad social en elque cada artista participante desarrolla su creatividad.

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Arte efímero en un entorno poco habitual como espaldarazo decredibilidad a una manifestación artística que parece difuminar con el paso deltiempo una fama mal interpretada por la sociedad, la que situaba fuera del artea los grafitis, encasillándolos únicamente desde su versión más ruidosa: la delas firmas invasoras de espacios urbanos.


360 GradosPress ha sondeado la opinión de algunos participantes a la búsqueda de unperfil de grafitero, de las tendencias actuales del arte urbano, de lasdiferencias existentes entre esta manifestación artística en relación alcontexto social en que se desarrolla y la incidencia de las nuevas tecnologíasen la técnica empleada, más allá de la pintura y de los sprays que utilizan ensu trabajo.

A bote pronto, lo que dejan claro los artistas como versiónmás consensuada es que “festivales de arte urbano como ‘Poliniza’ demuestranque cada vez está más aceptado nuestro arte en la sociedad”. Cere es de Burgosy dibuja un mural simétrico pared con pared en sincronía con su compañero defatigas artísticas: Lolo. La asimilación social de su arte responde, segúnellos, a la necesidad de que los más pequeños prueben con garabatos y firmasinicialmente en espacios habilitados para poder hacerlo sin que haya rechazosocial.

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A su juicio, “los niños siempre ensucian las paredes. Faltanzonas en las ciudades para que se les eduque en el arte urbano. A un niño hayque dejarle desarrollar sus aptitudes y su creatividad; debe formar parte de sueducación más que la prohibición”. Fórmula que, según estos grafiteros,agilizaría el proceso de aceptación social que ha significado, por ejemplo, quenegocios, casas y otros recintos urbanos recurran a ellos para dar vida alentorno de una forma creativa y colorida.

Vivir o sobrevivir

Gracias a la reconducción de su fama social, el grafitero haido encontrando nichos de mercado como los apuntados anteriormente pararentabilizar su faena. Con todo, el artista urbano “sobrevive más que vive desu arte. Salvo los nombres más destacados, lo normal es combinar encargospuntuales con otros trabajos”. Vía a la que también recurre Mr. Trazo, otro delos participantes en el festival procedente de Ciudad Real. Se gana la vidacomo diseñador gráfico pero como más realizado se siente es cuando coge lossprays y se planta delante de una pared para reflejar su estilo más repetido:la representación de la bipolaridad de comportamientos en sus personajes, “meencanta jugar con el concepto de lo opuesto, de vidas paralelas, de losdiferentes papeles que representamos en la sociedad”.

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También espera poder vivir de los grafitis algún día Keko,uno de los 15 estudiantes de Bellas Artes que participan en ‘Poliniza’ con unmural de grandes dimensiones presidido por una calavera: “Yo ya pintabagrafitis antes de meterme a estudiar en la Universidad; hoy en día, desde haceaproximadamente cinco años, considero que está más de moda que antes, quizásimpulsado por la crisis y por la gratuidad que significa para el artista el nodepender de una galería para pintar”. Aún así, este joven piensa que por encimade las tendencias y de las modas la estabilidad para el artista se encuentra en”la conjugación de trabajos de galería y de calle”.

Desde Chiapas alcampus

La vertiente de networking social, de experienciascontrastadas entre lugares de procedencia, la encontramos en el intercambio depareceres espontáneo que surge entre los grafiteros participantes del festivalcuando pausan sus trabajos. Precisamente, sobre técnicas de pintura muralurbana encontramos, a pie de pared y con las manos en la masa, a una de lasartistas estrella de la presente edición: la mexicana Dinora Palma. Esta profesorade la Escuela de Artes Visuales de Chiapas (México) explica a 360 Grados Pressque en su país hay más dificultades que en España para desarrollar el arteurbano. Por ejemplo, desde el punto de vista material, no hay tanta variedad decolores de pintura: “Allí ponemos en práctica más las mezclas de colores, losfabricamos nosotros”.

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Asimismo, indica que “muchos chavitos a los que les gustapintar no tienen dinero para latas de pintura y si les das a elegir entre unalata de pintura o comer pollo frito ese día, escogen la lata; no comen en todoel día”. “Su apasionamiento me sorprende un montón porque tantos chavitos sequedaron allá y yo tengo la suerte de estar aquí representándoles a todos”,expresa emocionada.

Otro tipo de impedimentos más graves de México que describela artista y profesora son los que tristemente se repiten con frecuencia enaquel país y que también afectan a los artistas urbanos: “En San Cristóbalmataron a un chico por pintar en la calle”. Sin embargo, la buena noticia esque “se empieza a respetar más la figura del artista urbano y que a la gentecomienza a gustarle gracias a percibir buenas imágenes de decoración urbana”. “Hastalas abuelas dicen que tienen una pared que podía pintar un grafitero”, explicacon la ilusión que la ha conducido a representar en Poliniza a sus alumnos y asu país junto a otros dos grafiteros –Hugo Huitzi y Jaime Martínez- mientras daforma a las figuras femeninas que protagonizarán su mural y que marcan elestilo de esta artista: “Siempre recurro a la figura de las lolitas, comoexpresión de erotismo e inocencia sincronizadas”.

El festival termina el viernes 11 de mayo pero el artepermanece, aunque efímero, durante 12 meses. Dentro de un año, la pinturablanca pasará por encima de los murales participantes en esta edición de‘Poliniza’ para dejar paso a los de 2013. Los grafitis son así, y sus padres losaben.

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