Conocemos cómo un grupo de aficionados a los soldaditos de plomo representa a escala humana escenas bélicas
ÓSCAR DELGADO, Valencia. Como si cobraran vida los soldaditos de color verde de toda la vida, con los que jugábamos antes de que llegara la era de las videoconsolas, un grupo de aficionados a las miniaturas bélicas lleva más de diez años recreando a escala humana escenas de coleccionista. 360gradospress estuvo esta semana con el 17 Regimiento de Infantería o, lo que es lo mismo, un grupo de amantes de los soldaditos que un buen día decidió que cobraran vida en el siglo XXI los uniformes, el armamento y el equipamiento de un batallón alemán del XVIII.
“Nos reunimos muy pocas veces al año y no hay una organización establecida. Somos unos 20, pero rara es la vez que coincidimos todos en un evento, porque dependemos de obligaciones familiares”. Carlos de la Plaza es uno de los soldados del grupo de reconstrucción histórica del 17 Regimiento de Infantería que aprovecha las ferias de modelismo, de coches históricos y de tema bélico para representar escenas a escala humana de lo que siempre ha practicado con soldaditos de plomo. Su grupo es uno de los pioneros en España, “donde compartimos afición con otras 30 agrupaciones. A veces quedamos todos en un área de exhibición habilitada por algún ayuntamiento y recreamos escenas históricas”.
Documentales
Además de amantes de las figuras de plomo, los componentes de este grupo son aficionados a la Historia. De hecho, el canal History Channel ha recurrido a ellos en varias ocasiones para representar escenas bélicas: “El año pasado participamos en el rodaje de un documental sobre el asalto al Peñón de Gibraltar y en Málaga recreamos el Desembarco de Normandía”, explica De la Plaza. El nombre de este grupo, el 17 Regimiento de Infantería, procede del ejército alemán que luchó hace dos siglos en la Guerra de la Independencia a favor de los españoles, “sus bisabuelos lucharon en la Segunda Guerra Mundial”, apunta De la Plaza.
Dar vida a los soldaditos de plomo cuesta aproximadamente 1.000 euros, el precio de cada uniforme. “Lo desembolsas de una sola vez y lo amortizas rápido, sale más barato que otras aficiones, como la del aeromodelismo”. Eso sí, Carlos de la Plaza reconoce que la afición puede desembocar en “búsquedas de piezas originales que encarecen el uniforme hasta los 6.000 euros más o menos”. El rastreo de esas piezas de coleccionista la emprenden por mercadillos de antigüedades como el de El Rastro de Madrid, “pero también en otras ciudades europeas que visitamos donde hay mayor tradición por recuperar objetos relacionados con nuestra afición”.
Cuando se presentan en los foros especializados, como el del pasado fin de semana en el de modelismo que acogió Torrent (Valencia), al principio despiertan estupefacción entre los curiosos que acuden a ver soldaditos a escala. “La gente, incluso, se aleja por precaución pero al poco tiempo se da cuenta de la reconstrucción y comienza el intercambio de ideas y la comparación con las figuras que se exponen tras las vitrinas”, asegura De la Plaza.
La misión que se plantea cumplir el cabecilla de este grupo de reconstrucción en la vida real es convencer a sus hijos de que hay otros entretenimientos hoy en día diferentes a la Playstation, “pero es muy difícil tratar de inculcárselo, tienes que hacerlo con cuentagotas para evitar el principio de acción-reacción”.
El 17 Regimiento de Infantería ultima para este año la recreación en color de unas fotos antiguas que posee una familia alemana “con la idea de publicar un libro sobre la guerra en Rusia en 1943”.
V.P.