Cincuenta años con el mundo por boina

La Peña de la Boina más antigua de España celebra sus bodas de oro

VÍCTOR SARIEGO, Galicia. El populismo que estilan la mayoría de los políticos en campaña electoral y la pretendida sensibilidad trajeada de demagogia fácil y sensacionalista que esgrimen muchos periodistas para intentar estar al lado del pueblo cuando lo necesita, nada tiene que ver con lo popular, esencia, virtud y calidad de lo histórico, lo tradicional (en el buen sentido de la palabra), el arraigo y la defensa simple y llana de lo humano. El ensalzamiento de la amistad, la defensa autóctona, la celebración de lo vital, pueden ser expresiones de lo popular. Y en este caso, la Peña de la Boina de Pontevedra, la más antigua de España, lo es realmente. Sus socios llevan poniéndose el mundo no por montera, sino por boina 50 años. Y es que, precisamente, en muchos ámbitos, poner boina es referirse a una buena narración, a un caso que merece la pena contarse por el carácter de sus protagonistas.

Y como toda buena historia que se precie, hay que referirse al comienzo. Esta empieza en la década de los 50 en Pontevedra, donde un grupo de cuatro amigos de “bien vivir, comer y saber estar”, se reunían en distintos rincones de la ciudad bajo la premisa de estos principios para “solucionar los males del mundo”, mediante la discusión, el consenso y el respeto entre ellos, aunque hubiera diferencias de ideología o posición. El grupo fue creciendo y el 20 de enero de 1958, día de San Sebastián, patrono de la “Boa Vila” (buena villa en gallego) como se conoce a la capital pontevedresa, unas tazas de ribeiro, les ayudó a ponerse de acuerdo para organizarse y fundar un colectivo marcado por una de sus señas de identidad, la boina, y que en aquel entonces surgió como una “Asociación Recreativa Familiar”.

Desde entonces, han pasado por sus filas 123 personas, no sólo de Pontevedra, sino de toda Galicia, del resto de España e incluso de todo el mundo, pues la asociación consta de socios de número, socios de honra y embajadores repartidos a nivel internacional, principalmente en Sudamérica. Cada final de año, la Peña elige a una persona física o una entidad que haya desarrollado “un bien social destacado” en la ciudad o la comarca, y al que convierten en la festividad de San Sebastián, en socio de honra ofreciéndole un homenaje público y un galardón de “honra y alabanza”.

En la ceremonia de elección de este año, que se realizó el pasado 28 de diciembre, no faltaron las insignias de la asociación, una buena comida para mayor hermandad y como en todas sus reuniones, fuerte, pero sana discusión para elegir a uno de los candidatos propuestos. “Debatimos apasionadamente, pero con talante democrático. En este peña hay todo tipo de personas, independientemente de su postura ideologica o política”, comenta su presidente, Ramón Pedras, que presentó además a seis nuevos socios, que entran en la peña por herencia de sus padres o por haber sido elegidos en ediciones anteriores como homenajeados.

Este 50 aniversario fue también especial porque la agrupación editó un sello de correos, de curso legal, para conmemorar sus bodas de oro. El candidato de 2009, elegido por unanimidad tras un cocido y cantares gallegos, fue Eduardo Dapena ‘Cholo’, capitán del equipo de fútbol de Pontevedra entre 1958 y 1965, responsable de “hazañas como llevar el club a primera división y ganar al Real Madrid”. Cholo fue homenajeado este 20 de enero por “méritos indiscutibles y por la humildad con la que alternaba su dedicación desinteresada en el deporte, con su trabajo de conductor de autobús” en una época donde los fichajes no eran propios de titular de periódico, sobre todo por el dinero que cobraba el jugador.

Oscar Delgado

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