Los problemas administrativos, burocráticos y la desinformación a la que se enfrentan los españoles con derecho a voto residentes en el extranjero ha llevado al colectivo Marea Granate a organizar la campaña #rescatamivoto, en la que un abstencionista ejerce su derecho a voto, eligiendo la opción política que el emigrante le pide.
Algo tan sencillo y profundamente democrático como que un nacional mayor de edad pueda ejercer su derecho a voto se convierte en una odisea para aquellos que se encuentran viviendo fuera de nuestras fronteras. La necesidad de estar inscrito con anterioridad en consulados y embajadas, los trámites burocráticos, o que a veces, incluso cumpliendo los requisitos, superadas las largas colas y librada con éxito la batalla de papeleo, las papeletas electorales no llegan al domicilio, o al menos no a tiempo para que el votante emigrado pueda cumplir con los plazos de envío de su voto. Para tratar de ayudar a aquellos migrantes españoles con verdadera intención de votar nace la campaña #rescatamivoto, creada por Marea Granate. El proceso es muy sencillo: ponen en contacto a un abstencionista con un emigrante con derecho a voto que no ha sido capaz de ejercerlo desde el extranjero, para que este vote por la opción que el emigrante le indique vía correo electrónico.
Amanda, de Marea Granate cuenta que los impedimentos para votar desde el extranjero son muchos y muy variados, e influye mucho el país de residencia. Explica que se distinguen dos momentos clave con sus respectivas trabas: El primero es la inscripción y el ruego de voto. El colectivo denuncia que el censo electoral en el extranjero se cerró el 1 de agosto sin previo aviso. Esta fue la declaración de guerra y a partir de ahí es una lucha continua. Según explican, aquellas personas que no estaban ya inscritas sólo podían modificar esta situación desplazándose en persona al consulado la semana del 2 a 9 de noviembre en horarios de oficina. La obligatoriedad de hacer los trámites personalmente “teniendo en cuenta que los consulados están donde están y que a veces la gente se tiene que desplazar cientos de kilómetros siempre en días laborables añade- obliga a los votantes a tener que pedir días libres en el trabajo ” y no siempre puede hacerlo.
Pero ganar una batalla no significa ganar la guerra, y una vez el votante ha conseguido censarse e inscribirse, llega el segundo asalto. Marea Granate asegura que muchos ruegos de voto han sido denegados “por razones ridículas” entre las que destacan que una fotocopia no se veía bien, o porque el votante en cuestión ha cambiado de país y en el consulado no le han tramitado el cambio a tiempo. Los que no se encuentran con estos problemas y pueden seguir “su camino a las urnas” deben librar la batalla final, la de los plazos. Según datos de Marea Granate entre el 40% y el 60% de las personas que han completado el trámite con éxito no recibirán las papeletas a tiempo para poder votar ¿por qué? Uno de los factores es que en algunas provincias se han imputado las listas electorales provocando el retraso de la salida de las papeletas desde España que en algunos casos, apuntan desde Marea Granate “se ha retrasado hasta el 8 de diciembre” cuando el pazo para enviarlas de nuevo a España termina el 16 de diciembre. Pero los problemas no vienen solo desde España. “¿Crees que un cartero de un pueblo chino sabe traducir una dirección escrita en letra española y llevar la carta a su destinatario?“, “¿Crees que un cooperante que se encuentra en África recibirá algún día su voto en la aldea en la que está trabajando?” se cuestionan desde la organización entre la broma y el enfado. “Hay países en los que sólo una persona recibió la documentación electoral“, aseguran. Pero en toda guerra hay hospitales de campaña en los que se salvan vidas y se rescatan personas. Pues Marea Granate ha montado el suyo, de forma virtual en el que salvan a personas de la guerra burocrática y rescatan votos huérfanos.
“La Marea Granate me supone un alivio moral ya que alguien que no votaría lo hará por mi”
María Cantón Álvarez tiene 28 años que se diplomó en enfermería en 2009. “Mis padres son agricultores que pagan siempre sus impuestos, es decir mi familia es clase media española sin lujos” explica. Por ello, una vez terminada la carrera y cansada de contratos precarios, “con contratillos de 10 días en hospitales, o en geriátricos sin ningún tipo de soporte” decidió marcharse a Andorra a cuidar de una persona mayor, aunque con intención de regresar a España. Pero “tuve q venirme a UK a encontrar un trabajo estable. Siempre he dicho que a mí me echaron, ni siquiera me invitaron a salir“. María, decepcionada con la política, quiso desconectar de España, pero el nuevo abanico que se abre en estas elecciones le hizo querer votar. Su batalla perdida fue la de los plazos, unida a que debido a su trabajo, no podía ir en persona a realizar los trámites. Finalmente, se inscribió a la campaña #rescatamivoto de Marea Granate, lo que para ella supuso “un alivio moral“.
A través del correo electrónico, la pusieron en contacto con Oscar Sánchez González, de 48 años y profundamente desencantado con la política. “La primera vez que voté me sentí obligado a hacerlo por la empresa en la que trabajaba” por lo que optó por el voto en banco. “Más tarde un amigo me explicó que este tipo de voto favorece a la mayoría y desde entonces he optado por no votar“, pero entiende que haya gente que sí quiere votar y él está encantado de poder ayudarles, convirtiéndose así en el rescatador del voto de María.
Hay votos que siguen huérfanos
Almudena García es una valenciana de 33 años residente en Chile, ingeniera en topografía, cartografía y geodesia. Su problema para ejercer el voto desde el extranjero deriva de la falta de información: “Debía estar inscrita en el consulado de España en Chile antes de finalizar el 2014 o ya no podíamos votar, algo de lo que no nos informaron” aun así, se queja de que la gente que si estaba inscrita antes de que finalizase el plazo no ha recibido las papeletas electorales “así que están en la misma situación que yo“. Almudena, encontró en Marea Granate y #rescatamivoto su única opción. “Me apunte pero nunca me pusieron en contacto con nadie, así q finalmente me quedare sin votar” concluye.
Laura Bellver