El atractivo turístico 100% sostenible de la industria salinera

La  Asociación de Salinas Marinas (Salimar) ha reivindicado hoy “el poder de atracción turística de los espacios naturales donde se enclavan las salinas en nuestro país, así como la capacidad vertebradora que ostentan para las economías locales de los entornos rurales en que se asientan, siendo ejemplo de compatibilidad de la industria y usos tradicionales con la naturaleza y la biodiversidad”, expone Gonzalo Díaz-Caicoya, presidente de la entidad.

Entre los atractivos turísticos que atesoran las salineras destacan el birdwatching, el cicloturismo, las actividades en familia, la divulgación de los oficios tradicionales, así como los aspectos relacionados con la cultura, el folclore y la historia de las zonas en que se produce.

Un modelo de turismo 100% sostenible, basado en la idiosincrasia de la industria salinera, que encierra una simbiosis entre el oficio salinero y el medioambiente. “Ambos se benefician mutuamente y fruto de ello ha sido precisamente la generación de estos espectaculares ecosistemas llenos de biodiversidad”, explican.

La sal marina: un producto turístico de cercanía y de calidad

Desde el punto de vista del producto, la asociación destaca su contribución a la gastronomía como reclamo turístico y a la dieta mediterránea: “La sal marina de producción nacional es un producto natural esencial, singular por la escasez de empresas salineras, por su estrecha vinculación con la preservación medioambiental, por la producción sostenible y de producto local, por tener presencia en todas las dietas mundiales y por promover valores y costumbres saludables como la dieta mediterránea”, aseguran.

Creación de programas turísticos

De ahí que Díaz-Caicoya proponga crear “programas turísticos que permitan que estos espacios sean conocidos por la población general porque siempre el primer paso para protegerlos es conocerlos”. En este sentido, destaca la importancia del apoyo institucional para poder llevar a cabo estas iniciativas y poder alcanzar “un reconcomiendo público que integre definitivamente la actividad salinera en un modelo turístico sostenible”.

Salimar entiende que estos proyectos turísticos encierran otro reto: “Conseguir crear una oferta atractiva para el turista que sea compatible con la actividad salinera que se ejerce en estos espacios y que se haga con el respeto a la fauna y la flora que habita en ellos”, defiende el presidente de Salimar.

Las potenciales referencias turísticas de los parajes naturales de Salimar

En paralelo a la propuesta de integración turística de los parajes naturales donde se ubican las salineras, Salimar desglosa a continuación las principales fortalezas y atractivos naturales que, en algunos casos, ya brindan experiencias abiertas para el visitante.

Parque Natural marítimo-terrestre Es Trenc-Salobrar de Campos (Mallorca).

Las visitas guiadas en este parque natural lo convierten en el único de los que componen la asociación en el ya existe una normalidad de afluencia turística integrada en la actividad salinera. De hecho, ya lo visitan más de 20.000 turistas al año.

Cuenta con una superficie de 1.500 hectáreas que abarcan desde el arenal virgen de más de 3 kilómetros de largo que constituye la playa de Es Trenc, la zona adyacente donde encontramos un ecosistema dinámico formado por diferentes franjas de dunas con vegetación adaptada al exceso de viento y a la salinidad como la salicornia y bosques de pino y sabina.

A estas extensiones terrestres, se suman unas 2.300 hectáreas marinas que aglutinan los islotes de Na Llarga, Illot Gros, Illot de Sa Llova y Illa Gavina.

Asimismo, el extenso Humedal del Salobrar posee un gran valor ecológico, ya que en él hacen escala numerosas aves migratorias. Su riqueza en ecosistemas propicia la presencia de 171 especies de aves, además de numerosas plantas autóctonas. Su extensión es de 330 hectáreas en él se realiza la explotación salinera.

Parque Natural del Delta del Ebro (Tarragona)

Este parque natural, que cuenta con centro de visitantes y torres de observación de aves, fue declarado como tal en agosto de 1983 y está declarado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) e incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional RAMSAR. Es evidente, por tanto, su importancia como destino ornitológico.

Las Salinas de la Trinidad están situadas en la Punta de la Banya, en la península dels Alfacs, en el extremo occidental del Delta del Ebro, en la provincia de Tarragona, y unidas a tierra firme por la playa del Trabucador. En sus 970 hectáreas de explotación se genera un hábitat ecológico irrepetible de acuíferos y zonas húmedas con diferentes grados de salinización y micro hábitats muy ricos en nutrientes en donde el 85% de la población de la gaviota corsa en vías de extinción nidifica y mantiene su escasa densidad, o habita la única colonia de flamencos que crían en Cataluña, al igual que una densa población de anátidas y limícolas de las más numerosas de España.

Parque Natural Bahía de Cádiz

En el Puerto de Santa María se ubica este humedal de gran importancia, declarado como tal en julio de 1989. El enclave, que dispone de centro de visitantes y rutas para conocer mejor sus ecosistemas, fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en 2003 y forma parte de la Lista de Humedales de Importancia Internacional RAMSAR.

Ha llevado a cabo proyectos en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía: “Proyecto de Restauración de Riberas y Humedales en la provincia de Cádiz”, para potenciar determinadas especies de aves larolimícolas, y “Proyecto de reintroducción del águila pescadora (Pandion haliaetus)”.

Existen diversas salinas, como la de El Estanquillo, ubicada en San Fernando, donde conviven importantes colonias mixtas de larolimícolas, con especies de avifauna tan diversas como: charrancito y avoceta, chorlitejo patinegro, flamencos o águilas pescadoras. Otro ejemplo más de sinergia entre la explotación salinera y la fauna y flora local.

Parque Natural de las Salinas de Santa Pola (Alicante).

Ocupa una extensión de más de 2.500 hectáreas de terreno protegido en el que, gracias a la explotación salinera, se mantiene un ecosistema rico, creciente y lleno de vida. En el corazón del parque (así reconocido desde 1994), se desarrolla la actividad salinera de Bras del Port. Este Parque Natural cuenta con el Museo de la Sal como centro de interpretación que cuenta con una gran laguna donde avistar a los bellos flamencos que la habitan y es posible realizar visitas guiadas en sus instalaciones.

La avifauna avala su reconocimiento como Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA), además de estar incluido en la lista del Convenio de RAMSAR desde el año 90, como humedal de gran relevancia internacional.

Parque Natural Ses Salines de Ibiza y Formentera (Islas Baleares).

En 2001 esta reserva natural fue declarada parque Natural y es Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA). Además, los estanques de Ses Salines están incluidos en el listado creado por el convenio RAMSAR de humedales de importancia internacional y son un auténtico tesoro para los birdwatchers, pues en ellas unas 210 especies de aves descansan y anidan en sus migraciones, como flamencos, zampullines cuellinegros, o cigüeñuelas.

También a nivel de flora, este parque recoge una magnífica representación  de la mayoría de especies vegetales existentes en las islas pitiusas (pinares y sabinares, salicornia, entre otras muchas).

Las aguas que bañan este parque natural son tan puras y cristalinas, que la práctica del buceo se convierte en un verdadero privilegio. Ello se debe a las inmensas praderas de posidonia oceánica que cubren su fondo marino, de gran valor ecológico y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta planta exclusiva de nuestro mar, limpia y oxigena las aguas, manteniendo además la dinámica natural del sistema de dunas.

Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar (Murcia).

Este parque cuenta con centro de visitantes y visitas guiadas. Se extiende entre los municipios de San Pedro del Pinatar y San Javier y tiene una extensión de unas 850 hectáreas que incluyen cerca de 6 kilómetros de franja litoral mediterránea. Debido a los elevados valores naturales de este humedal, su declaración como espacio protegido regional se remonta a 1992. Fue incluido en el listado RAMSAR en 1994 y en 1998 fue designado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La diversidad de especies de flora y fauna (garzas, flamencos, cigüeñuelas, fartet, carrizo, pinos…), junto con las actividades tradicionales en armonía con el entorno, como la pesca en “Las Encañizadas” o la explotación salinera, convierten a este espacio natural protegido en un ejemplo de desarrollo sostenible.

Sobre Salimar

La Asociación de Salinas Marinas, Salimar, se constituyó en 2019 con el objetivo dar a conocer las características y beneficios de la sal marina, promover su consumo responsable en beneficio de la salud y reivindicar la función medioambiental de una industria sin la cual no existirían ecosistemas de enorme riqueza, en los que viven y nidifican centenares de especies animales.

Las empresas asociadas en Salimar son Marítima de Sales (Cádiz), Infosa (Tarragona), Salinas d’Es Trenc (Mallorca), Salinera Española (Ibiza y Murcia) y Bras del Port (Alicante). Entre las cinco suman un total de 7.200 hectáreas, con una capacidad productiva media de 720.000 toneladas anuales de sal marina.

La sal marina está presente en infinidad de aplicaciones que van del consumo humano a la industria alimentaria pasando por la industria química o el tratamiento de agua. La facturación de las empresas asociadas ronda los 50 millones de euros al año.

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