Una semana de cine

La ceremonia de los Óscar ha centrado la atención en la redacción de Peláez esta semana. En primer lugar, decidido a dar dimensión internacional a su medio, el director le quiso enviar a Los Ángeles aunque el pobre plumilla no pasó de quedarse en la se del diario provinciano encerrado en una maleta.

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Sin embargo, la gala marcó tanto aljefe que el lunes comenzó el rodaje de una película con la única intención deconseguir la ansiada estatuilla. Quizás por esa razón, también ha decididoponerse a estudiar la lengua de Shakespeare con un método tan novedoso comopoco efectivo: “Aprenda inglés en dos palabras”.

 

 

Jueves, 27 de febrero

 

– ¡Peláez! ¿Peroqué horas son estas de venir?
– Lo siento jefe, he estado enfermo.
– ¿En dónde?
– He estado malo.
– Bueno, no será para tanto.
– He pasado una noche toledana.
– ¡Ya entiendo! De juerga por Toledo y luego, ya ve…hecho unos zorros.
– He estado vomitando toda la noche.
– ¡Usted no sabe beber!
– ¡Que no! ¡Que ha sido un corte de digestión!
– ¿Se bañó después de haber comido? ¿Cuántas vecesle he dicho que no lo haga? ¿Que espere dos horas?
– Miles…
– Además, en Toledo el agua del mar está friísima.
– Jefe, Toledo no tiene mar.
– Dios, menuda curda que se cogió si ni siquieravio el mar.
– ¿Sabe qué? Lo que usted diga.
– Pues yo digo que publique algo sobre esto.
– ¿Que usted ha cantado bingo esta mañana?
– Exactamente.
– Eso no es de interés general, jefe.
– Me la suda el interés general.
– Así vamos.
– Perfectamente. Bueno, voy al Bingo de nuevo,usted no se emborrache.
– Descuide.
– Y si vuelve a Toledo visite la Alhambra.
– Está en Granada.
– Putas exposiciones itinerantes…
– En fin, disfrute del bingo.
– Y usted de Toledo y su playa.
– Brrr….

 

Viernes, 28 de febrero

 

– Peláez, qué leparece este papel para el periódico.
– Es papel de fumar.
– Lo sé. He pensado que puede estar bien que se lofumen después de leerlo.
– No sé, jefe. Es demasiado fino.
– Tanto como barato.
– Ya me imagino.
– Hay que innovar, Peláez, no podemos quedarnos siempreen el mismo lugar.
– Estoy de acuerdo.
– Por esa razón, quiero que se vaya a los Óscar.
– Pero, jefe, no tenemos presupuesto.
– Mierda, es verdad.
– Tendremos que verlo por televisión.
– Tome.
– ¿Una maleta?
– Métase dentro.
– Jefe…
– Irá de polizón.
– ¿Está seguro?
– Necesitamos dar esa información. Venga, métase.
– Ya estoy.
– Perfecto, Peláez.
– ¿Y ahora?
– ¿Ahora qué?
– ¿Quién va a llevar la maleta a L.A.?
– Coño, no había pensado en eso.
– Pues sáqueme, jefe.
– Voy a tomar el almuerzo primero.
– Jefe…
– …
– Jefeeeee…
–…
– Jefeeeeeeeeeeeeee…

 

Lunes, 3 de marzo

 

– ¡Peláez! ¡Vengaacá!
– Aquí estoy, jefe.
– ¡Corten!
– ¿Qué dice?
– Estoy rodando una película, Peláez, quiero ganar unÓscar. ¡Acción!
– ¿Qué tengo que hacer?
– Entrar aquí y responder a lo que yo le diga.
– De acuerdo.
– ¡Ah! Cojee un poco.
– ¿Por qué?
– Los lisiados gustan mucho a la Academia.
– De acuerdo.
– Y diga algo trágico de su pasado.
– ¿Como qué? Lo que sea, pero que sea fastidiado.
– Está bien.
– ¡Acción!
– Buenos días, jefe.
– ¡Corten!
– ¿Qué pasa?
– ¿Es usted blanco?
– Claro, jefe.
– Mierda… no me sirve.
– ¿Por qué?
– Necesito un negro, los negros gustan mucho.
– No soy negro.
– Tome.
– ¿Un corcho quemado?
– Píntese la cara.
– Está bien… pero, ¿cuál es la historia de lapelícula?
– Yo soy un tirano, usted un perdedor.
– Cine realista, por tanto.
– Totalmente. Después el negro se rebela y toma elpoder del periódico.
– Me gusta.
– Es ficción, Peláez, no se olvide.
– Nunca se sabe, jefe.
– Cállese y póngase en su marca.
– De acuerdo…
– ¡Acción!

 

Martes, 4 de marzo

 

– ¡Peláez!
– Qué quiere, jefe.
– Necesito un consejo.
– ¿Mío?
– Sí, una duda me corroe y es esencial que hallemos unasolución.
– Lo que sea por este periódico que tanto amo, jefe.
– Gracias, hijo, sé que siempre puedo contar con usted.
– Pase lo que pase.
– Se lo agradezco, Peláez, se lo agradezco.
– ¿De qué se trata, jefe?
– Usted qué opina: ¿revés liftado y elegante a unamano o revés duro y plano a dos?
– ¿Qué?
– ¿Revés liftado y elegante…
– ¡Ya sé lo que ha dicho! ¿Por qué me pregunta eso?
– Porque no me decido.
– Pensé que era algo importante, jefe, algo urgenteen la situación en la que estamos.
– Es urgente, Peláez, he quedado con Charles a lasdiez en el Club. Y no puedo perder.
– ¿Charles?
– Charles Remington, el viceduque de Worcestershire.
– ¿De qué está hablando?
– De tenis sobre hierba, Peláez.
– No entiendo nada, jefe…
– Se reduce a saque y volea, no hay mucho queentender. Mi duda es el revés.
– Jefe, el periódico se va a pique.
– Jugar contra Charles nos ayudará.
– ¿Va a poner dinero en el periódico?
– Ni un penique, pero si le gano me subirá lamoral.
– ¿Sabe qué? Vaya a jugar, yo me quedo aquítrabajando.
– ¿Ni siquiera va a sujetarme la sombrilla mientrasme como el plátano en los descansos?
– Ni siquiera.
– Desagradecido.
– Será eso.
– Bye bye.
– Adiós.

 

Miércoles, 5 de marzo

 

– Jefe…
– ¡Déjeme! ¡Estoy estudiando!
– ¿El qué?
– Inglés.
– ¿Para qué?
– Para abrirme al mundo, aunque este no sea más que unterritorio español de ultramar.
– Eso hace mucho que pasó, jefe.
– España sigue siendo la referencia mundial.
– Solo en fútbol, jefe.
– ¡Y corrupción!
– Bueno, sí, en corrupción, también.
– Venga, váyase, no me puedo concentrar.
– ¿Qué método utiliza?
– “Aprenda inglés en dos palabras”
– ¿En dos palabras?
– Sí
– Eso no es posible.
– Fuck you!
– Jefe, no se pase que me voy.
– Fuck you!
– Es usted un impresentable
– Fuuuuuck youuuuuu!
– Ahí se queda.
– Antes de irse…¿cómo lo ve? Buen nivel, ¿no?
– Patético.
– Fuck you!!!


Los cables de lasconversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en laredacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario enla página oficial en Facebookde 360gradospress.

La foto es de @Marga_Ferrer

Javier Montes

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