¿Qué será?

Por Segundo Tercero Iglesias, antropólogo

[Img #11957]
Hace aproximadamente dos años, en vista de mideterioro e incapacidad física, unido a mi adicción a la nicotina, decidíapuntarme a un gimnasio, sin grandes pretensiones, cierto es, pero conesperanza de poder poner un poco de equilibrio en mi organismo, compensando loshábitos del sedentarismo y los vicios para que el computo final no fuera unaabultada victoria por parte de estos.

Al principio, lleno de voluntad y buenospropósitos, realizaba los diversos tipos de ejercicios que los monitores meestablecieron en una especie de tablilla, haciendo uso de las maquinas yrecursos existentes en el gimnasio. Pues la asistencia a las clases de la másplurales tipología que se impartían me parecía un atrevimiento, consciente demi absoluta descoordinación motora y desconocimiento, y también por ciertopudor que aún conservo al ridículo. Pero pasado un mes, desistí también deseguir las indicaciones de los monitores, y abandoné el plan de trabajo, aunquea esa altura ya tenía unos pantalones cortos de deporte, calcetines, zapatillasy camisetas correctamente acorde con el espacio y la actividad, lo que encierto modo, y siempre que el observador externo no prestará mucho atención,podía hacerme pasar por un deportista habitual. Es decir, cumplía moderadamentela estética aunque en ningún caso la ética del ejercicio físico. Y reduje miactividad a correr en la cinta, un invento absolutamente demoledor, pues pormucho que uno corra siempre empieza y termina en el mismo lugar, como si nohubiera hecho nada. Aún así, era el único lugar del gimnasio, sin citar laducha, donde me sentía medianamente bien o por lo menos no me sentíaextraterrestre.

 

Nunca he entendido porque en estos lugarestodo el mundo está en unas condiciones físicas totalmente envidiables, puessiempre he creído e intuido que deberían estar llenos de personas como yo, esdecir, ausente de las mismas, y que por eso mismo se encontraban allí. Perobueno, otra evidencia más de que mi visión de la realidad no concuerda con larealidad.

 

Hace aproximadamente 9 meses abandoné elgimnasio, he dejado de fumar, corro casi todos los días por las calles de miciudad y me siento feliz. ¿Qué será?

V.P.

Deja un comentario

Your email address will not be published.

*

siete + 16 =