La pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach, es a la Semana Santa lo que El Mesías, de Haendel, a la Navidad, una obra imprescindible del repertorio de la música occidental cuya audición al menos una vez al año resulta, además de una tradición, una experiencia sumamente gratificante.
Compuesta entre1727 y 1729, fue estrenada 15 de abril de 1729, Viernes Santo, en la iglesia deSanto Tomás de Leipzig bajo la dirección del propio compositor. El libreto constade fragmentos del evangelio de Mateo, según la traducción de Lutero, poemas de Christian Friedrich Henric, Picander, y corales luteranos. Laobra no fue muy aclamada en su momento y Bach realizó varias revisiones de lapartitura, pero tras su muerte en 1750 cayó en el olvido. Tuvieron que pasarochenta años hasta que en 1829 el compositor y director Felix Mendelssohnla redescubriese y la volviese a interpretar con la Sing-Akademie de Berlín enuna versión abreviada. Desde ese momento se convirtió en una obra imprescindibledel repertorio musical europeo.
Por estas fechaslos auditorios de todo el mundo la programan, aunque también se suele alternarcon la otra pasión oratórica bachiana, LaPasión según San Juan. El Palau dela Música de Valencia nunca olvida en primavera su cita con la Pasión, peroeste año ha sido francamente memorable al tener la fortuna de poder escuchar lade Mateo en una brillantísima interpretación de Les Musiciens du Louvre Grenoble con su director Marc Minkowski en el podio. Valencia hasido una de las escalas afortunadas de la gira española de esta prestigiosísimaformación francesa por diferentes capitales de la península.
Fundado en 1982 porMarc Minkowski, Les Musiciens du Louvre Grenoble está considerado como uno delos grupos más importantes del mundo especializados en música barroca coninstrumentos de época. Centrados en Haendel, Purcell y Rameau, hanido ampliado su repertorio a la música francesa del siglo XIX, en especial Bizet, Berlioz y Offenbach, ymás recientemente han vuelto a Bach (Misaen si menor y las pasiones de San Mateo y San Juan). Y vaya con Bach. Suinterpretación de la Pasión ha sido memorable, de una profundidad y sensibilidadfuera de lo común. Minkowski ha sabido compenetrar con gran precisión a laorquesta, el doble coro y los solistas, potenciando los efectos estereofónicosde la obra en sus constantes diálogos, y prescindiendo de la división solistasy coralistas. De los doce los integrantes del doble coro ocho actuaron como solistasde la obra. Y que solistas. Aunque todos estuvieron espléndidos, se debe destacarsobretodo al tenor Markus Brutschercomo el Evangelista, seguido a ciertadistancia por los bajos Christian Immler(Jesús), Benoît Arnould, el contratenor OwenWilletts y la soprano Marita Solberg.
Una pasiónsegún san Minkowski digna de recordar yun paradigma. Si en 1829 la Pasión según san Mateo fue rescatada del olvido porun judío, Mendelssohn, en 2012 ha sido otro director de origen judío,Minkowski, quien la ha llevado a sus más altas cotas. Y eso que la música estápor encima de credos religiosos. Digo.
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