En el centenario de Albert Camus

Esta semana, con carácter de estreno, se ha repuesto en el teatro Valle-Inclán de Madrid ‘El malentendido’, de Albert Camus, con dirección de Eduardo Vasco y un reparto encabezado por Cayetana Guillén Cuervo. Con esta obra la actriz rinde homenaje a su padre, el actor Fernando Guillén, recientemente fallecido, quien junto a su esposa Gemma Cuervo la estrenó en 1969, en España. Cayetana interpreta a Marthe, personaje que encarnó hace cuarenta y cuatro años su madre.

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Esta vuelta del texto de Camus alos escenarios es, sin duda, un acontecimiento cultural de primer orden, dadoque en 2013 se celebra el centenario del nacimiento de este escritor,periodista y filósofo franco-argelino. No sabemos si otros productoresteatrales aprovecharán la ocasión para montar Calígula o Estado de sitio,pero las editoriales españolas que tienen los derechos de su obra,prácticamente toda en bolsillo, han comenzado a reeditarla. Todo un lujo porqueestas ediciones cuentan con las traducciones ya clásicas de poetas y novelistasde excepción como José Ángel Valente(El extranjero), Rosa Chacel (La peste), Manuel de Lope (La caída) o Pedro LaínEntralgo (Estado de sitio), esosin contar las espléndidas traducciones de otras obras y textos filosóficosrealizadas por Esther Benítez y María Teresa Gallego.


Leer a Camus es todo un reto,además de una lectura obligatoria en estos tiempos de pensamiento débil, dehombre absurdo que acepta su inmovilidad, que carece de sentimientos, que coartasus emociones, que vive la peste y cae en la peste sin designar y condenar alos culpable.  Me alegra el centenarioporque ello hará que muchos lectores se acerquen a una de las obras másprofundas y fascinantes del siglo XX, tremendamente vigente aunque haga más decincuenta años que murió su autor. Una obra nada amable que aún siguelevantando ampollas. Sin ir más lejos en Francia, donde todavía Camus es unicono incómodo. Los actos programados para el centenario están reviviendo lavieja confrontación con Jean-Paul Sartre,a la vez que la izquierda y la derecha reabren las heridas de la guerra deArgelia –el conflicto no superado por los franceses, como aquí nuestra guerracivil-. La cosa ha llegado a tal punto que se han involucrado en el desaguisadoel filósofo Michel Onfray  y el historiador Benjamin Stora.


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En estos tiempos que corren leera Camus es necesario. Es una reflexión constante sobre la condición humana.,sobre todas las ideologías  que alejan alhombre de lo meramente humano, y que definió el escritor como filosofía delabsurdo. El quietismo del hombre absurdo que es consciente de la inutilidad dela vida frente al hombre rebelde que lucha y que se opone. Una moral inspiradaen la libertad individual, el conocimiento del mal y en el amor a lossemejantes. Llamémoslo peste o crisis económica. Si Camus viviera se opondría ala tiranía de la economía, a la brutal ideología neocapitalista, y lo haría dela misma manera que se opuso a la religión, al marxismo y al existencialismo.En definitiva, continuaría oponiéndose a todo aquello que ataca a la dignidad ylibertad del ser humano. Un ejemplo a seguir.

@manologild

Adrián Cordellat

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