“El fútbol es un espejo exagerado de la vida”

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Conuna sonrisa cortés en los labios y una tablet en la mano nos recibe en lacafetería del Hotel NH Eurobuilding de Madrid Jorge Alberto Francisco ValdanoCastellanos (Las Parejas, Santa Fé, Argentina, 4 de octubre de 1955), más conocidopor el gran público como Jorge Valdano. Se mueve por las instalaciones delhotel como quien lo hace por su casa y pide un café con leche y un zumo denaranja para acompañar la entrevista. Una vez acomodado en el sofá, mastica yreflexiona cada pregunta. “No hay prisa”, nos había dicho al principio. “Estascosas hay que hacerlas con calma”.


Ycon calma vamos perfilando, durante una hora de reloj, la figura de un hombre conun palmarés y un curriculum de impresión. En el fútbol y fuera de él. Un hombreasociado a una forma de entender el fútbol que siempre se ha vinculado al buengusto con el balón. Una personalidad, culta e intelectual, que muchas veces seha visto como una rareza en el mundo futbolístico. Y entre anécdotas ehistorias de tiempos pasados contadas por una persona que rehúye la nostalgia,la literatura, la política y la cultura reclaman su espacio en la conversación.Siempre con el balón como protagonista. Principal o secundario. Eso da igual.


En 1986, hace ya casi 30años, bautizó en un ensayo en la Revista de Occidente el fenómeno del ‘miedoescénico’ aplicado al mundo del fútbol. ¿Sigue todavía vigente hoy en día esefenómeno? ¿Qué estadios crees que siguen causando hoy en día esa sensación alos rivales?

Hoyen día es extrapolable a otros estadios. El miedo escénico no es más que elcondicionante ambiental. Todo el mundo se siente protegido por su propiopúblico y se siente, en algún punto, intimidado por el público rival. Quizás elefecto se haya atenuado con el tiempo. En los ’80 todavía, sacar un punto devisitante, aunque fuese contra un equipo menor, era un gran logro. De hechoexistían los positivos y los negativos, que tú ni siquiera los habrás conocido,que eran un agregado en la tabla de clasificación que sólo existían en España.Daba la sensación de que los puntos obtenidos como visitantes eran mucho másvaliosos que los que se conseguían como local. Y eso ya no existe. En elBernabéu lo que sí que se sigue manteniendo vivo es el mito de las remontadas.Cuando el Madrid va perdiendo 0-2 y mete un gol, que el contrario se ate losmachos porque lo que se le viene encima es el equipo entero y los 80.000 sociosdetrás.


En aquel artículo decíaque “para desplazar angustias prefabricadas y colocar el fútbol en el sitio quesu condición de juego reclama hacen falta entrenadores pedagogos, y éstos,evidentemente, todavía no han llegado al fútbol”. Aquello era en 1986.¿Han llegado ya en 2014?

Bueno,algunos hay. De todas formas el entrenador educador tiene que ser el de lasdivisiones inferiores, pero también ahí se está imponiendo el hambre devictoria al deseo de formación. Y eso produce auténticas aberraciones desde elmismo proceso de selección. Cuando yo llegué al Real Madrid en calidad dedirector deportivo me encontré con una evidencia tétrica, y es que por cadaniño que había en las categorías inferiores que hubiese nacido en diciembre, había setenta que habíannacido en enero. Sencillamente porque los de diciembre son más pequeñitos quelos de enero. Y yo preguntaba una y otra vez con qué criterios elegían a losjugadores. Y siempre me decían: “Por el talento, los elegimos por el talento”.Y yo tenía ese dato, que era abrumador. Y es algo que se da en casi todos losequipos. Sin embargo, cuando llegan a primera división, hay la misma cantidadde gente que nació en diciembre que la que nació en enero. Entre otras cosasporque los que nacieron en diciembre son supervivientes que han tenido queluchar contra tantas cosas que llegan con más facilidad al primer nivel que losde enero, que por ser grandotes han tenido muchos privilegios pero a los queseguramente no les sobraba talento. Cuando se equipara la condición física eltalento empieza a ser lo más relevante.


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No sé si el gran ejemplode este predominio del talento por encima del físico podrían ser la SelecciónEspañola o el Barça de los últimos años…

Esosson los grandes ejemplos. Yo hubo una época en la que tenía ganas y si hubieratenido tiempo habría creado una escuela de fútbol para chicos que midieranmenos de 1,70-1,75. Piensa que si lo hubiese dejado en 1,70, en esa escuelahubiesen entrado Maradona y Messi (Risas). Son chicos, los más pequeños, a losque se les expulsa incluso teniendo mucho talento. El problema no es que seelija al grandote. El problema es que cuando empieza el campeonato el grandotejuega el primer partido, y el segundo… y lo que empezó siendo una ventajafísica termina siendo también una ventaja competitiva, ya que al jugar uno y noel otro, uno va creciendo partido a partido y el otro se va estancando.


Es algo que podemos vertambién en los torneos de alevines que se suelen emitir por televisión enNavidad y verano. Ya no hay Iniestas…

Ylo peor es que se desvirtúa el torneo, ya que son chicos que con dos zancadasdejan atrás a cualquiera. Sobre la importancia del entorno hay algunos datoscuriosos. Por ejemplo, la mayoría de los porteros son hermanos menores, porqueel mayor les dice: “Tú ponte en la portería que yo disparo”. Y la mayoría delos jugadores de gran nivel también son hermanos menores, porque también parajugar con el mayor tienen que utilizar la astucia, la técnica y laconcentración. Porque lo que no pueden hacer es chocar. La naturaleza influyemucho, pero también lo hace el entorno. Menotti, por ejemplo, decía que esinimaginable un Maradona japonés. Y eso tiene que ver con que es más fácil quesalga un futbolista como Diego en Villa Fiorito que en un barrio equivalente deTokyo. Que por cierto, dudo que exista ese barrio… (risas)


Hablábamos antes delentrenador como pedagogo. No sé si hoy en día podría mencionar a alguno quedestaque en este aspecto.

Guardiolapodría ser un ejemplo. Guardiola es puro fútbol. Muy innovador, muy apasionadoy con un nivel de conocimiento que lo convierte en un gran pedagogo. Pero no espedagogo de pizarra, es un pedagogo de cancha. Lo que enseña lo hace con tantaexpresividad, con tanta excitación, que al final termina metiéndote las ideasde forma irremediable. Hace poco estuvo en Qatar con el Bayern de Munich y hayunas imágenes, siete u ocho minutos de un entrenamiento, y es una cosatremenda. Lo que contagia, todo lo que dice, aunque lo diga en alemán. Te danganas de jugar al fútbol aunque no te hayas enterado de una sola palabra.Pasaba por el lado de un jugador y le golpeaba en el pecho, iba a por otro y leagarraba de los hombros. Parecía como que quisiera que las ideas les entraranfísicamente. La pasión es quizás lo primero que debería definir a un buenpedagogo.


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Y, sin embargo, y aunquesus métodos han inspirado nuevas técnicas de coaching, esa labor pedagógica ypsicológica es menospreciada por algunos, que lo califican despectivamente como”el filósofo”…

Esoes una aberración. Hay dos maneras de mirar el fútbol. Una bajo el escudo de unclub y otra desde la pelota, desde el fútbol mismo. Aquellos que miramos lasalud del juego es imposible que hablemos mal de alguien como Guardiola.Aquellos que se atrincheran en un escudo lo critican sobre todo porque lo vislumbrancomo el mayor enemigo, pero yo creo que es un signo de mediocridad no elogiar aaquel que se lo ha ganado.


Comentó alguna vez ustedque Nadal reúne todos los poderes que se le deben exigir a un líder. ¿Podemosmeter en ese saco también a algún representante futbolístico?

Raúles el Nadal del fútbol. Con parecido espíritu, sabiendo ganar y perder, siendocada día que pasa mejor futbolista y deportista. Tiene códigos morales y,además, tiene esa condición heroica de no rendirse nunca. Suelo contar la anécdotadel día que jugó el Athlétic de Bilbao en Alemania contra el Schalke. ElAthlétic fue bastante superior, se puso por delante, hasta que en una oleadadel Schalke Raúl metió dos goles y puso a su equipo por arriba. Desde esemomento Raúl fue una furia desatada. Gritaba, corría… Sencillamente porquehabía percibido el momento de debilidad del contrario y sabía que era entoncescuando había que tirarle al equipo y al público encima. Luego el Athlétic acabódando la vuelta al marcador en un final extraordinario, pero cuando terminó elpartido, yo me crucé con Bielsa en la zona de vestuario y Marcelo me dijo loque merecía aquel episodio: “Viste a Raúl, olió la sangre” (risas). El miedoescénico también hay que excitarlo desde dentro de la cancha y para eso hayjugadores que lo saben hacer mejor que otros. Por ejemplo, en la década de los’80, el gran jugador del Real Madrid era Butragueño, pero aquel que levantaba alas masas era Juanito. Esas cosas también hay que saber utilizarlas.


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En su libro ‘Los 11 poderesdel líder’ rememora anécdotas de su infancia y de su carrera para ilustrar esos11 poderes. ¿Es el fútbol una escuela de vida?

Unaescuela de vida en todas sus dimensiones, con las grandezas y las miserias quehay en la vida. Pero sí, es un espejo exagerado de la vida y al ser unterritorio eminentemente emocional, pues todo tiene un acento más fuerte. Poreso los ejemplos que se sacan del fútbol son tan gráficos


Entre esas anécdotasrecuerda algunas de sus inicios en undescampado cerca de su casa en su Argentina natal que bautizaron como el‘campito de la Iglesia’. Esos descampados y esos pequeños potreros se hanperdido en países como España, donde incluso en algunas ciudades se ha prohibidojugar al fútbol en la calle…

Y en mi pueblo también. Últimamente que me ha tocadoir mucho por allí me he dado cuenta de ello. En mis tiempos había que comerrápido y llegar pronto para no quedarte fuera del partido. Si llegabas tardetenías que esperar a que llegase otro para ir cada uno a un equipo. Todo muyprimitivo, pero era como se hacían las cosas en la calle en aquellos días. Ybueno, paseando por mi pueblo no vi un solo partido de fútbol. Y las canchas,que en mi época estaban totalmente peladas, están con la hierba perfecta. Esdecir, que invitan a jugar. Lo que pasa es que ahora el fútbol ya compite conlos ordenadores y otras ofertas deportivas y eso lógicamente condiciona laformación. Ahora el fútbol se aprende en las escuelas y la enseñanza académicahace mejores a los mediocres, pero yo estoy convencido de que hace peores a losjugadores diferentes. Y eso es una gran pérdida.


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Eso le iba a comentar, que quizás las escuelas crean futbolistas más académicos…

Futbolistas muy homogéneos. Todos controlan lapelota igual, le pegan al balón igual, giran igual, cabecean igual… Y enrealidad el gran talento se las ingenia para defenderse de un modo original.Siempre recuerdo un comentario que Maradona le hizo a Caniggia, porque éste eramuy rápido, y Diego siempre se quejaba: “Lo que pasa es que tú eres muy rápido,te tirás la pelota adelante, corrés y ya está, pero yo que soy lento tengo queandar escondiendo y mostrando la pelota” (risas). Lo contaba como si fuese undefecto personal, cuando en realidad la genialidad que reconocemos a Maradonaes por esa capacidad para esconder la pelota.


Ypor el camino, con la desaparición de descampados y potreros, se está perdiendouna parte de esa escuela de vida, la de la calle, que daba esa viveza y esapicardía que quizás falta en las escuelas de fútbol…

Totalmente. Eso lo resolvió muy bien Johan Cruyffcon canchas de fútbol pequeñas que representaban, de una forma más organizada,lo que nosotros hacíamos de pequeños de forma espontánea. Porque claro, en unacalle asfaltada tienes que tener equilibrio, coordinación…porque si te caesduele (risas).


En el fútbol profesionalha sido futbolista, entrenador y director general. ¿Qué lecciones le haenseñado el fútbol?

Tengouna visión muy amplia del fútbol, no sólo como juego sino también como fenómenosocial. A medida que ha ido pasando el tiempo el fútbol se ha ido conectando almundo de la cultura, de la política, de la sociedad en el sentido amplio de lapalabra. Incluso los intelectuales le perdieron el miedo y empezaron a ver enel fútbol un punto de reflexión. Evidentemente un juego tan inocente quemovilice a tantos millones de personas cada día merece ser analizado enprofundidad. Pero bueno, los intelectuales nos dejaron solos durante muchotiempo y no hemos sabido muy bien qué hacer con ellos. Ahora parece que nos estánayudando hasta la exageración, porque soy de la idea de que se han escrito máslibros de fútbol en lo que llevamos de siglo XXI que en todo el siglo XX.


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También mucho libro defutbolista…

Mucholibro de futbolista y mucho biografía. También mucho libro que se hace en tresdías aprovechando el aire a favor que tiene un futbolista. Basta que meta cincogoles en cinco partidos para que se convierta en un boom mediático y eso seconvierta en un libro cinco días después. Pero bueno, también se escriben ensayosy cuentos interesantes. Alrededor del fútbol ya empieza a haber un movimientoeditorial interesante. Cuando yo publiqué ‘Sueñosde fútbol’ en la editorial estaban aterrorizados, porque se había impuestoesa frase de que “libros de toros venden y libros de fútbol no venden”. Perobueno, luego vendió 150.000 ejemplares. También porque yo pasé del Tenerife alMadrid en esos momentos y los libros se benefician también de estos impactospublicitarios.


Los intelectuales se hanacercado al fútbol, la política (alguna vez de forma interesada) también. Y sinembargo para los futbolistas parece que la política sigue siendo un tema unpoco tabú.

Yocreo que los futbolistas se refugian en los lugares comunes porque se sientenmuy amenazados por los medios de comunicación. Y además porque en estosmomentos son muy observados, sobre todo por la gente joven, que les consideracasi como héroes. Cualquier cosa que diga Casillas tiene más impacto en lasociedad que cualquier cosa que diga un político con mayoría parlamentaria. Esoles otorga una cierta responsabilidad social y prefieren no hablar de aquelloque no conocen a fondo o de aquellos temas con los que no se sienten cómodos.


Hoy sería imposible quealguien se declarase socialista como hizo usted cuando fichó por el RealMadrid…

Si,muy difícil. Y en aquellos días también lo era. De hecho me llamó la atenciónel club y con el tiempo lo terminé considerando un error. Uno, cuando está enun club, debe respeto a todos los socios. Y los socios son de todas las clasessociales y políticas. Así que conviene guardarse las ideas para la intimidad.


Suele decir que rehúyela nostalgia, pero si tuviera que elegir un momento de su carrera vinculada alfútbol -y ha tenido muchos-, un instante que le haya marcado para siempre,¿Cuál sería?

Elmomento en el que descubrí, en la final del Mundial, que esa pelota entraba.Ese fue el momento de culminación de mi carrera deportiva.


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¿Cómo vivió todoaquello? Se lo pregunto viendo desde la distancia cómo se vive el fútbol enArgentina…

Fuealgo extraordinario e inolvidable. Digamos que los Mundiales todavía noprovocaban las invasiones pacíficas que provocan ahora, donde uno encuentraahora en la misma ciudad a 50.000 mejicanos, 50.000 australianos…y además cadauno con su disfraz y la camiseta de su país. Lo que da muestra de las dosvertientes del fútbol. Un  fenómenoglobal con una gran fuerza local. En aquel entonces en Méjico no habíademasiados hinchas argentinos, de hecho la final se jugó con un ruido extraño.Un buen número de alemanes, un buen número de argentinos, pero la afición eramayoritariamente multinacional. Y luego muchos mejicanos. Eso generaba unsonido extraño. Ni local ni visitante. Y luego al llegar a Argentina si querecuerdo el recibimiento de Raúl Alfonsín, que con mucha grandeza nos dijo queahí teníamos el balcón para festejarlo con el pueblo. Y luego en cada episodio.Recuerdo que llegué con mi familia a un restauranty cuando asomé la cabeza por la puerta un aficionado me vio. Entonceslevanto su servilleta y empezó a sacudirla y a cantar “Argentina, Argentina…”.Y a los dos minutos estaba todo el restaurantcon la servilleta en alto cantando. Había un estado febril. Y eso ocurrióentrando yo. Imagínate si hubiese sido Maradona. Todavía estarían allí adentro,encima de Diego (risas).


Desde el año 97, cuando cesó como entrenador del Valencia, no pisa un banquillo. ¿A qué se debió este repentinoalejamiento del césped?

Aque la vida a veces elije por uno. En el 2000 se me ofreció la posibilidad deser director deportivo y me pareció que era algo que tenía que explorar.Llegaba con Florentino una forma nueva de hacer las cosas, sobre todo a nivelorganizativo. Llegaba por así decirlo la modernidad y yo quería saber cómo sehacía ese fútbol nuevo. Más tarde director general, mis empresas personales… Yluego el reconocimiento de que mi personalidad no es obsesiva. Y el entrenadortiene que tener quizás como primera condición la obsesión por el fútbol. Yotengo una gran pasión por el fútbol, pero la obsesión ya es otra categoría y yosoy más bien disperso. Me gusta el fútbol pero me gustan también más cosas. Yeso me ha ido alejando un poco.


A partir de entonces, hatenido una relación más que fructífera con la escritura y el periodismodeportivo. Con la perspectiva que le ofrecen los años y la experiencia, ¿quédiferencias ha observado en la evolución del periodismo deportivo en España?

Unaevolución muy buena y muy mala. Muy buena porque han surgido periodistasextraordinarios que cuentan un partido como si se tratara de un cuento, quedetectan el nudo del partido y desarrollan la crónica de una manera brillante.Y luego hay otro tipo de periodismo. El primero es de autor y el segundo es deactor, donde cada uno es hincha de un equipo y donde hay que ser muy visible yexagerar, lo que lleva con mucha facilidad a la caricatura. Las dos cosas hanocurrido. Detrás del fenómeno del fútbol crece lo bueno y crece lo malo.


¿Y cómo ha sobrevividoalguien como usted dentro de ese periodismo de actor?

(Risas)Porque me dejaban hacer lo que me daba la gana. Mientras tuviera una página yno intervengan en ella, no hay problema. La de la contraportada del Marca, porejemplo, era una página que yo escribía con esmero, como si escribiese para ElPaís, y trataba de contar muchas historias y anécdotas, que es algo que legusta a todo el mundo. Al que le gusta el fútbol y al que le gusta laliteratura.


En España podemos decirque está surgiendo una nueva corriente, un nuevo periodismo deportivo que setraduce en publicaciones como Líbero o Panenka.

Meparecen emprendimientos muy arriesgados en estos momentos, pero tremendamentedignos. Líbero conectando el fútbol con el propio fútbol, pero también con laliteratura. Y Panenka conectando al balón con la política, la cultura y lasociedad. Y es curioso porque en Colombia y Argentina han salido en los últimosmeses revistas equivalentes. Don Julio, Un Caño… Revistas que sacan artículosmuy de fondo, de investigación. Son publicaciones muy interesantes. Y comocorremos el riesgo de surfear por el fútbol y quedarnos siempre en lo aparentey en lo superficial, pues estas revistas que son más profundas y están tan bienescritas aportan algo más. Yo siempre estoy dispuesto a colaborar con ellas entodo lo que me sea posible porque me parece otra forma muy noble de dignificarel fútbol.

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Y también parece quearranca la literatura sobre fútbol…

Enel último número de Panenka, un monográfico muy bueno, recomendaban un libro deEduardo Sacheri (Papeles en el viento). Él tiene una buena novela sobre fútboly tiene sobre todo muy buenos cuentos de fútbol. Hay una recopilación suya queestá muy bien. De todas formas, el número uno, tanto para mí como para Sacheri,sigue siendo ‘el negro’ Fontanarrosa. Los cuentos ‘del negro’ sonextraordinarios, porque además llevan lo simbólico al terreno de lo real.Siempre dicen más de lo que parecen. Y además lo dice muy bien. Ya hay muchosescritores que empiezan a entender que el fútbol forma parte del paisajesocial. Es que es imposible hablar de Madrid en estos momentos sin tener encuenta lo que provocan el Madrid o el Atlético de Madrid en estos momentos. Notiene nada que ver con los domingos o los alrededores del estadio. Tiene quever con las conversaciones de cualquier bar, cualquier día. Es algo que estátan presente en la vida de la gente que si uno habla de sociedad no puede ignorarel fútbol.


Entre medias de suvinculación al periodismo, ejerció por dos veces como director deportivo ydirector general del Real Madrid. Desde esa posición vivió la globalización yun nuevo concepto (más cercano al marketing) del fútbol. Ahora, por ejemplo, Movistar y el Real Madrid han lanzado una campañapara que 8 aficionados sientan el miedo escénico y jueguen un partido con susídolos en el Bernabéu. ¿Qué importancia tienen para clubes como el Real Madriden tiempos de globalidades patrocinadas, de contratos televisivos… abrirsedentro de este ámbito a los aficionados?

Digamosque eso es marketing. Pero todo lo que acerque a la gente a sus ídolos meparece una buena idea. Primero porque una aproximación que es necesaria paragenerar vínculos con los aficionados remotos. Y segundo porque humaniza a loshéroes.


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Porque hoy en día vemosa los futbolistas como si fuesen de otro mundo…

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