El arquitecto Miquel del Pozo está totalmente enamorado del arte. A través de la etiqueta #MA140 no sólo ha logrado “contagiar” su fascinación a miles de usuarios, también ha creado de manera inesperada y espontánea todo un fenómeno cultural. ¿La cita? Los domingos a las 22 horas.
Cuando el arquitecto catalán Miquel del Pozo participó hace un año de forma distendida en una conversación en Twitter sobre la Sacristía Nueva de Miguel Ángel, todavía no podía imaginar que aquella charla sería el principio de lo que se ha convertido en todo un fenómeno cultural en la red social: #MA140.
Esa es la etiqueta que sólo en los pasados nueve días ha generado más de 3.200 tuits, según registra la herramienta Topsy. Todo empezó cuando Del Pozo (@miqueldelpozo) decidió utilizar ese hashtag en aquella primera charla espontánea para que varios perfiles pudiesen seguir su explicación sobre sus investigaciones en la obra del artista italiano. “En ese momento pensaba hacer 15-20 tuits, no más, para mostrar lo que había descubierto al realizar mi tesina”, cuenta Del Pozo.
Entre los curiosos que siguieron las explicaciones se encontraba Guillermo Solana, director del Museo Thyssen. “No nos conocíamos de nada, pero Solana empezó a hacer retuit de todos mis tuits, con lo que la información empezó a llegar a sus seguidores”, explica este enamorado del arte. Y muchos de ellos quedaron con ganas de más. “Me preguntaron: ¿esto sigue mañana? Yo no tenía pensado esta reacción en absoluto, pero me lancé y dije que sí”, señala con un tono en el que se adivina la perplejidad de alguien que no esperaba ese clamor popular.
Tal fue la acogida de la etiqueta que, hasta el pasado 26 de abril, cada domingo a las 22 horas Miquel del Pozo ha ofrecido vía Twitter una completa y detallada explicación sobre alguna obra de arte y en la que el único requisito para asistir a este particular museo sólo pasaba por seguir el hashtag. “Este fenómeno ha sido totalmente inesperado, no buscado. Lo he hecho lo mejor posible. Me lo he tomado en serio y le he dedicado todo el tiempo que he podido”, señala. De que se lo ha tomado en serio desde luego no hay duda, ya que #MA140 sólo va a darse un respiro hasta septiembre.
“Lo hago, primero, por el placer de compartirlo, pero también se suma el placer de prepararlo. Hacer esto me obliga a dedicar tiempo a una cosa que me encanta”. Miquel del Pozo era un estudiante modelo en la carrera de Arquitectura, hasta que una asignatura optativa sobre Historia del Arte “me abrió un mundo y me apasionó”. “Quedé tan fascinado que las vacaciones de verano, con 20 años que tenía, me las pasé leyendo libros de la materia en la playa. Estaba enamorado de lo que había descubierto”, confiesa.
Así que a la semana y media de empezar el tercer curso se despidió de profesores y compañeros para emprender un camino cuyos pasos le dirigieron hasta Roma, cómo no. Se fue de Erasmus a la reputada Universidad de la Sapienza y allí volvió a tomar una drástica decisión: no volvería a clase en Italia. “Los profesores nos hablaban de un dibujo de Leonardo que está expuesto en los Museos Vaticanos. Me entró una sensación extraña en el cuerpo: no puedo estar viendo una proyección de una diapositiva en un aula cuando podría estar delante del cuadro”, relata. “He venido a experimentar el arte y a situarme frente a la obra”. Y eso hizo, pero por su cuenta.
Al volver a España retomó la carrera de Arquitectura “con muchísima pasión y creo que muchísimo más preparado”. Aquel periodo entre joyas de la cultura universal marcó un antes y un después, según se desprende de sus palabras. Miquel del Pozo, que trabaja actualmente en su propio despacho de arquitectura, está convencido de que a mayor divulgación sobre el arte, mayor número de adeptos logrará este universo cargado de subjetividad. “El arte no tiene certezas. Lo que hago en cada sesión es compartir mi mirada, que es personal y única”, insiste. El objetivo de la iniciativa del #MA140, de hecho, “es compartir esa mirada para despertar el interés de la persona que está al otro lado de Twitter para que se desplace hasta la obra, que la gente vaya a los museos, a los lugares del arte”, explica.
Por ello, porque esta red social tiene una capacidad de alcance brutal, internacional e inmediata, Del Pozo la considera como una herramienta “maravillosa que facilita contactar e interactuar con la gente”. Estas características “me han sorprendido y me han gustado mucho, porque Twitter tiene esa doble dirección, que me ha permitido también aprender de otras personas”, detalla.
Insiste en la importancia de la divulgación para “acercar y hacer accesible un mundo que algunos teóricos han encriptado mucho en los últimos tiempos”. Miquel del Pozo cree firmemente que el arte “es el lenguaje que hemos creado los humanos para hablar con el alma”. Y continúa: “El arte es lo más similar al amor; es esa emoción que sientes al ver a una persona amada. Se produce una conexión. Se hincha el pecho. Eso es el alma que respira. Hay algo en las obras de arte que nos hace vibrar en nuestro interior”. Por ello, las reproducciones “no sirven más que para evocar”.
El gran Miguel Ángel es su referente y a sus iniciales corresponden las letras “M” y “A” de la famosa etiqueta. “Si fui a Roma y no a otra ciudad, fue por Miguel Ángel”, confiesa. Pero en sus sesiones twitteras no sólo habla del artista italiano y de su obra. La elección de temas ha respondido al capricho del momento, hasta ahora. Miquel del Pozo se plantea la vuelta del #MA140 por temporadas más temáticas y “dándoles a los temas un formato de continuidad. Quiero plantear más una narración”. De momento, está abierto a sugerencias. Vía Twitter, claro.
José Manuel García-Otero