Reclutadores siguiéndonos la huella

Todos dejamos huella en esta vida. Nuestra forma de ser, de pensar, de sentir imprime un sello que es difícil de borrar en el ámbito que tenemos más cercano. Pero cuando esto se traslada al mundo online, ¿somos conscientes de la marca que dejamos y de que puede influir cuando se busca trabajo? Una cuestión que no todo el mundo conoce y que hemos querido abordar en 360 Grados Press.

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Las empresas reciben cientos de currículums diarios, unos documentos planos que tratan de indican, de mejor o peor manera, la experiencia y la profesionalidad de una persona. El CV muchas veces se queda cojo, sobre todo en cuanto a valores y forma de comunicar que tiene una persona, por lo que las compañías tratan de averiguar más sobre el candidato o candidata a través de la identidad digital que se han construido. De hecho, es muy normal incluir la cuenta de Twitter y de LinkedIn entre los éxitos profesionales.

 

El rastro que dejamos en Internet es conocido como huella digital, y abarca desde cómo contestamos en un foro hasta los tweets y los retweets que se han hecho. “Todos estos comportamientos dicen mucho de nosotros, ya sea de forma positiva o negativa”, comenta la experta en comunicación y social media, con premios como el CNIS 2016 a la mejor Gestión de Redes Sociales, Amalia López. La también docente señala que Internet se ha convertido en la principal fuente de información, por lo que “todo lo que aparece ahí contribuye a la imagen que los demás tienen de nosotros”.

 

Por eso, nos propone hacer una sencilla prueba, ‘googlearnos’: pongamos nuestro nombre en la barra del buscador para conocer qué resultados aparecen. La información obtenida, ya sea para bien o para mal, es la percepción que la gente puede tener de nosotros. Por eso, “tenemos que valorar si aquello que aparece nos está ayudando o, por el contrario, nos está perjudicando”, recomienda López.

 

Los departamentos de recursos humanos investigan en Internet sobre los candidatos. La huella digital que se haya impreso en las redes sociales principalmente llega a determinar si una persona continúa en un proceso de selección o no. El último barómetro del CIS asegura que un 21% de los españoles se ha arrepentido de publicar contenido en Internet y el 8,8% ha tenido problemas al respecto. 

 

La gente comienza a ser responsable por la importancia que conlleva cuidar esa huella digital. Pero se puede encontrar de todo: “Hay una inmensa mayoría de personas que no son conscientes de que la información que aparece en Internet puede tener influencia en un proceso de selección, en nuestro trabajo actual o, incluso, en la relación con nuestros conocidos”, apunta la experta en redes sociales.

 

Todo esto no significa que se tenga que desaparecer de Internet. Antes al contrario, pues hay empresas que desconfían de aquellas personas que no tienen ni siquiera perfil de Facebook, que es donde se concentra la mayor parte de usuarios de redes sociales. El que no está en Internet, simplemente, no existe.

 

Búsqueda información

 

La semana pasada se publicó el V Informe 2016 de Infoempleo-Addeco sobre redes sociales y mercado laboral en el que se recoge que el 86% de las empresas consulta los perfiles de los candidatos.  En este sentido, Amalia López indica que creer que las compañías “no van a buscar información que aparece sobre nosotros en Internet es lo mismo que pensar que vamos a reservar un hotel sin visitar antes su página web”.

 

Durante el último año, el 55% de los profesionales de recursos humanos que participó en la encuesta para la elaboración del informe reconsideró su decisión de contratación después de consultar los perfiles en redes sociales de algún candidato preseleccionado y el 36% lo ha hecho empeorando su opinión, nada más y nada menos. “No podemos pensar que el hecho de insultar o hacer apología de la violencia a través de las redes sociales, por ejemplo, no va  a tener ningún tipo de repercusión en un mundo cada vez más conectado”, añade López.

 

Por contra, la huella digital que se plasme en redes sociales puede ayudar a encontrar trabajo. De hecho, según el documento mencionado, el 47% de los candidatos con cuentas en redes sociales ha sido contactado por este medio en relación a una oferta de empleo en, al menos, una ocasión, y el 21% ha sido seleccionado tras conocer su identidad digital. Esta aporta más información sobre una persona que cualquier currículum vitae. “Por esa razón, las empresas suelen analizar la actividad de los candidatos en sus perfiles de redes sociales. Antes y después de realizar la entrevista son los momentos en los que más se suele consultar”, comentan en el informe. 

 

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Un apartado muy interesante son los aspectos que provocan que se rechace a una persona por su actividad en redes sociales. Son los siguientes: apología de cualquier tipo de violencia o discriminación; publicación de contenido que promueva el consumo de drogas y/o alcohol; datos que contradigan el CV; imágenes de contenido sexual/poco apropiadas; comentarios negativos sobe empleadores y/o compañeros de trabajo; errores de expresión y gramaticales; ausencia de habilidades comunicativas; y afiliación política.

 

Para construir una buena imagen personal, Amalia López recomienda, principalmente, aprender a utilizar correctamente las nuevas plataformas, definir el objetivo que se quiere alcanzar y aprovechar las oportunidad que brindan el establecer contactos, sobre todo en redes como LinkedIn.

 

Estamos a un clic de distancia de que cualquier reclutador pueda acceder a nuestros selfies o a los tweets de un enfado que tuvimos hace años. El currículum ha traspasado las barreras físicas del papel para dar protagonismo a nuestro blog o Twitter en donde, en ocasiones, se muestran muchas más cosas sobre nosotros. Por ello, la marca personal resulta imprescindible hoy en día y trabajarla requiere un esfuerzo para lograr una buena reputación online e imprimir esa huella que queremos que se lleve un reclutador.  


@_Guiomar_

Óscar Delgado

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