El XV Café y Periodismo indaga en las claves de la sección cultural, la más controvertida de los periódicos a partir del intercambio de pareceres de los responsables de este espacio en medios de comunicación de difusión nacional, tanto en papel como en formato digital. 360gradospress estuvo allí para conocer las tendencias de contenidos culturales en la era del 2.0
“Para los que venimos del periodismo de antes Twitter esalgo complicado”. Afirmaciones como ésta salpicaron el pasado sábado 22 deoctubre el XV Café y Periodismo, unatertulia periodística herencia de las de café de antaño que mensualmente seapodera de un rincón de Madrid para abordar cuestiones que afectan al quehacerde los profesionales de la comunicación. La excusa de esta edición fue lacultura, desde el concepto básico de qué es o no susceptible de ser incluido enla sección hasta cómo los nuevos soportes digitales condicionan el conceptotradicional que de este capítulo periodístico han tenido los periodistas y loslectores.
Los invitados a la tertulia, además del centenar deasistentes vinculados a medios de comunicación de distinto signo ycaracterísticas, fueron Manuel Pedraz(RNE), Peio H. Riaño (Público), Jesús Ruiz Mantilla (El País) y Jesús García Calero (ABC). Cuatroperfiles con una línea editorial bastante definida que condiciona en cada casola forma de abordar la cultura. De hecho, el debate en torno a qué contenidosincluir en el abanico de la sección y cuáles descartar ocupó buena parte deldebate en que se incurrió tras una presentación general efectuada por loscuatro protagonistas.
Para unos, no hay diferencias entre los contenidospublicados en el papel y los que se cuelgan en la web, aunque el sabor que dejóla intervención de los especialistas apuntó más hacia que los límitestradicionales de la información cultural venían dados por el papel, algo quecon el periodismo digital desaparece. Con todo, el embrollo de la tertulia pasópor qué incluir o no en la sección sin caer en la temida “espectacularización de la cultura” a la que se apeló o, incluso, ala “salsarosización de la cultura”.
El consenso nació al separar lo que son espectáculos de lainformación puramente cultural, aunque con matices, dado que la informacióntaurina para periodistas como Calero sí que debe formar parte de la secciónCultura, a la vez que Pedraz indicó que son un espectáculo o Riaño negó enrotundo que fueran cultura “por eso en Público no tratamos la información detoros”.
“No aburrir”
Para despejar el exceso o carencia de calidad en loscontenidos, Calero alertó sobre que ya se terminó el “formar, informar yentretener” y defendió que lo primero que debe hacer el periodismo cultural “esno aburrir”, consecuencia de una búsqueda de criterio que, según Peio H. Riaño,el periodista cultural “debe alimentar a diario” en un tiempo en que “laCultura en los periódicos llega a una catarsis con la era de internet, con lahorizontalidad sobre todas las cosas”, puntualizó Jesús Ruiz Matilla. Comoejemplo de nuevas formas de contar las cosas o de censurarlas, Manuel Pedrazrecomendó el movimiento “Flamencocontra capital“.
El evento volvió a ser tendenciaen Twitter y regresará en noviembre con una nuevafaceta de tertulia periodística.
Óscar Delgado