El pasado 1 de enero se cumplieron diez años de la entrada en circulación del euro como moneda única en doce de los quince Estados que por entonces formaban la Unión Europea. Desde aquel 2002, otros cinco países han adoptado el euro: Eslovenia, Chipre, Malta, Eslovaquia y Estonia. Ha sido una década de altibajos que arrancó con espectaculares subidas de precios y que ahora se ha cerrado en medio de una profunda crisis global que tiene al euro contra las cuerdas.
Aún no es mayor de edad pero acaba de soplar diez velas. El pasado 1 de enero se cumplió una década de la entrada en circulación del euro en nuestro país. Lejos quedan ya aquellos primeros contactos con la moneda única. Coincidió con el cambio de siglo, cuando bancos y cajas de ahorro repartían los llamados euro monederos para que nos fuéramos familiarizando con los céntimos. Aquellas pequeñas bolsitas de plástico contenían un ejemplar de cada una de las monedas que empezamos a manejar a partir del 1 de enero de 2002. Hace ahora diez años, algunos comercios comenzaban a anunciar los precios de sus productos en euros y en pesetas. No era extraño leer en las pizarras de los bares: Menú del día 650 pesetas (3,90 euros). La idea era ir concienciando poco a poco a la población de lo que se avecinaba. Para algunos resultaba divertido hacer las conversiones de pesetas a euros y viceversa y, para otros, difícil de comprender eso de tener la misma divisa que los franceses o los alemanes y adaptarse a los nuevos céntimos.
Entre el 1 de enero y el 28 de febrero de 2002 convivieron las pesetas y los euros. Fue una adaptación paulatina y algo caótica. Si pagaba en pesetas le devolvían en euros y ambas monedas se mezclaban en nuestros bolsillos en medio de un descontrol absoluto entorno a los precios. Surgió entonces el llamado redondeo y el sentimiento generalizado de que lo que antes costaba cien pesetas pasaba a valer un euro. La implantación de la nueva moneda provocó una espectacular subida de la inflación. ¿Cuánto es en pesetas 1,40 euros? La respuesta sigue requiriendo un tiempo de cálculo mental. España se inundó de euro calculadoras para facilitar el cambio pero ¿quién se acuerda ahora de ellas? Pese a todo, muchos estarán pensando que diez años después siguen convirtiendo los precios a pesetas mentalmente para conocer su valor real. Esto es sólo un pequeño y simple inconveniente. Sin duda, el mayor problema del cambio de moneda llega al comparar los precios de hace diez años y los de ahora ¿Qué ha pasado?
Mientras que el Índice de Precios al Consumo (IPC) ha variado desde el año 2000 hasta hoy un treinta por ciento, algunos precios han subido por encima del cien por cien, una diferencia superior al setenta por ciento, es decir, somos un setenta por ciento más pobres que antes de la entrada en circulación del euro. Con los ajustes de precios el famoso redondeo- y la vida acomodada que la gente creía tener, el valor de las cosas se disparó. Pero la realidad era otra. Pronto se acuñó el término mileurista para encasillar a aquellos trabajadores con una nómina que ronda los mil euros mensuales y surgieron los desajustes. Salarios y precios no experimentaron la misma escalada.
Desde el punto de vista económico existen varias teorías sobre la evolución que experimentó el país en esta década. La más extendida es que España saltó al mercado europeo sin tener en cuenta que el listón estaba demasiado alto. En un sistema de libre cambio, los precios los fija y controla el mercado, la oferta y la demanda, y empresas y consumidores intentaron rehacer ese libre cambio. Las empresas, ante la respuesta positiva de los consumidores, incrementaron los precios y, los consumidores, con la moral muy subida por la bonanza económica del momento, aceptaron esos precios y, lo peor, pagaron con dinero prestado. Algunos economistas insisten en señalar que el euro no ha sido el problema sino la excusa.
Una realidad bien distinta
La moneda única surgió con unos objetivos. A juicio de varios analistas: constituirse como contrapeso del dólar, mejorar la convergencia de las rentas europeas y procurar la estabilidad de precios. El euro llegó a crecer un 22 por ciento respecto al dólar y, de hecho, un reportaje publicado por el Financial Times hace ahora tres años aventuraba que en el año 2014 superaría al dólar como referencia mundial. Sin embargo, la realidad es bien distinta.
Las economías mundiales han entrado en una crisis quizá más profunda que la de finales de los años ochenta y el euro se tambalea. La España del euro tirita cada vez que surge la palabra Grecia o recesión y la prima de riesgo, un concepto hasta hace poco desconocido para la mayoría, copa portadas de periódico que dibujan un paisaje cada vez más apocalíptico. Las oficinas del Servicio Público de Empleo están abarrotadas mientras que los bajos comerciales de las ciudades se quedan vacíos. Los bancos no conceden crédito y las empresas se asfixian. Hay quien apunta como origen de esta situación a la brutal especulación que se hizo con la vivienda. Si el Salario Mínimo Interprofesional hubiese subido a lo largo de esta última década como lo hizo el precio del metro cuadrado, ahora sería de 1.700 euros mensuales, similar al de Luxemburgo. ¿Es eso convergencia? ¿Significa estabilidad en los precios? Algunos economistas opinan que mientras las rentas del capital superen a las rentas del trabajo será difícil cambiar el rumbo de los acontecimientos. De momento el euro cumple diez años en nuestros bolsillos pero el panorama no está como para organizar una fiesta y celebrarlo.
Algunos datos curiosos
Paradojas de la vida, el símbolo del euro se inspira en la letra épsilon del alfabeto griego. Se escogió como referencia a la inicial de Europa y las dos líneas paralelas hacen referencia a la estabilidad dentro de la zona euro
Según el Banco de España, actualmente aún hay 295.000 millones de pesetas sin canjear.
En el año 2000 la población española era de 39,4 millones y había 2,3 millones de parados; diez años después somos más de 47 millones y hay 4,2 millones de desempleados
En esta última década el parque de viviendas ha pasado de 20,9 millones a más de 27, es decir, se han construido 600.000 pisos al año, una media de 1.634 pisos nuevos al día
Cuánto costaba, cuánto cuesta | |||
Año 2001 | Año 2011 | Incremento | |
Caja Aspirinas | 450 pesetas (2,70€) | 3,25€ | 20,37% |
1 litro de Coca-Cola | 93 pesetas (0,56€) | 0,58€ | 3,57% |
1 kilo de naranjas | 165 pesetas (0,99€) | 1,67€ | 68,69% |
1 donuts | 65 pesetas (0,39€) | 0,60€ | 53,85% |
Entrada al Museo del Prado | 500 pesetas (3,01€) | 10€ | 232,23% |
Diario El País | 150 pesetas (0,90€) | 1,20€ | 33,33% |
1 litro de agua mineral | 30 pesetas (0,18€) | 0,30€ | 66,67% |
Calzoncillos Abanderado | 690 pesetas (4,15€) | 6,90€ | 66,27% |
Paquete de Fortuna | 295 pesetas (1,77€) | 3,85€ | 117,51% |
1 litro de gasolina súper | 143 pesetas (0,86€) | 1,34€ | 55,81% |
Yogur Danone | 32 pesetas (0,19€) | 0,28€ | 47,36% |
1 litro de leche CLAS | 110 pesetas (0,66€) | 0,84€ | 27,27% |
Boli BIC | 45 pesetas (0,27€) | 0,40€ | 48,15% |
Citröen Xsara /Ford Focus
*el más vendido en 2001 y en agosto de 2011 |
2.518.000 pesetas (15.133,48€) | 21.700€ | 43,39% |
Billete de Metro en Madrid | 145 pesetas (0,87€) | 1,50€ | 72,41% |
Salario Mínimo Interprofesional | 72.120 pesetas (433,45€) | 641,40€ | 47,98% |
Precio del metro cuadrado | 236.767 pesetas (1.423€) | 2.450€ | 72,17% |
Café en un bar | 100 pesetas (0,60€) | 1,10€ | 83,33% |
Cerveza en un bar | 150 pesetas (0,90€) | 2€ | 122,22% |
Fuentes: Bayer, Coca-Cola, Metro de Madrid, El Prado, Altadis, Abanderado, Repsol, INE, Ministerio de Economía y Hacienda, El Corte Inglés, Citröen, Inverforo
Carlos Juan, Manila