Los padres españoles cada día se ven más abocados a confiar en desconocidos para el cuidado puntual de sus hijos. Y lo hacen a través de la figura del canguro, que cubre esas necesidades de la pareja de salir fuera de su hogar durante unas horas para disfrutar de un tiempo exclusivo para ellos que refuerce sus lazos afectivos y les ayude a desconectar de las rutinas familiares diarias.
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“Aunque meter a un extraño en casa no es ventajoso para el niño, sí puede ser muy nutritivo para el sistema familiar, siempre que el pequeño tenga la madurez suficiente para entender la situación, ya que, con muchísima frecuencia, algunos miembros del hogar se perjudican (los padres) a favor de que otros componentes (los hijos) se beneficien”, afirman desde Avant Psicología, y añaden que “las familias funcionales son las que consiguen una equidad en la generosidad de sus actos”.
Para conseguir ese equilibrio en ocasiones es importante dar el brazo a torcer para aprovechar un tiempo de oro “sin niños” de la pareja en un ambiente diferente: un restaurante, una sala de cine, etc. Sobre todo cuando no se cuenta con familiares o amigos de confianza que colaboren en la generación de ese espacio de tiempo tan necesario.
Y justamente porque no es nada sencillo “forzar” esta confianza por el bien común de la familia, han surgido en los últimos años algunos portales que facilitan la tarea de búsqueda para padres preocupados y exigentes. Como QuieroCanguro, web que pone en contacto a papás, canguros y niñeras de una misma zona para que puedan organizar juntos el cuidado de los niños tras un proceso de selección que pueda incluir la petición de referencias y la entrevista previa con la persona asistente en cuestión.
Una forma fácil, segura y tranquilizadora de introducir a una persona ajena al hogar en el círculo familiar y que puede ayudar a mantener firme y vertebrada la unión de las parejas y sana la dedicación hacia sus hijos.
Javier Montes
