Blacksad: Profeta en su tierra

No es un acontecimiento demasiado conocido pero, desde hace cosa unos años, en España tenemos un Premio Nacional del Cómic, un galardón que, englobado dentro de los Premios Nacionales, viene a reconocer oficialmente que el tebeo es una más de las expresiones artísticas patrias. Se supone que nunca es tarde si la dicha es buena aunque en este caso la dicha apenas llegó antes de ayer. Y es que este premio nacional se libró por primera vez en el año 2007 y por última esta misma semana. El ganador de 2014 es de justicia. También es un personaje que ya ha pasado por este espacio: John Blacksad que ha recibido el premio por el álbum Amarillo.

Es cierto que no fue el primero y que ni siquiera se publicó el primer mes que empecé esta columna, pero también lo es que no tardó mucho en llegar.  El personaje creado por Díaz Canales y Guarnido se asomó pronto por 360 Grados Press porque, a fin de cuentas, es un clásico imprescindible.

Tampoco es que nos hiciese falta un galardón para reconocer esto. Con más de un millón y medio de álbumes vendidos y prácticamente todos los premios importantes de la industria a sus espaldas –desde el Eisner hasta el Angoulême–­, Blacksad  es, efectivamente un título de referencia dentro del cómic actual. No obstante nunca viene mal que a uno le reconozcan en casa puesto que lo de no ser profeta en tu tierra refleja una realidad muy cruel. Sobre todo en el mundo del cómic donde, no ya para ser profeta sino simplemente para sobrevivir, ha habido sistemáticamente que exportar el talento.

De hecho buena parte de los ganadores del Premio Nacional del Cómic han desarrollado gran parte de su carrera principalmente en el país vecino. Tal es el caso del primer Premio Nacional del Cómic, Max, que ganó en 2007 por la obra Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el Superrealista, también de Paco Roca quien se llevó el galardón en 2008 por la estupenda Arrugas. Y prácticamente de todos los que han venido después hasta los autores de BlackSad que, en realidad, no han sido tantos porque vale la pena detenerse a enumerarlos.

2007: Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el Superrealista de Francesc Capdevila, Max.

2008: Arrugas de Paco Roca.

2009: Las serpientes ciegas de Felipe Hernández Cava y Bartolomé Seguí.

2010: El arte de volar de Altarriba y Kim.

2011: Plaza Elíptica de Santiago Valenzuela.

2012: Dublinés de Alfonso Zapico.

2013: Ardalén de Miguelanxo Prado.

Todo el que quiera iniciarse en el cómic patrio tiene aquí una lista de títulos pendientes porque, además, el Premio Nacional del Cómic ha tenido la virtud de premiar obras de todo tipo, desde obras más minoritarias e independientes hasta títulos de gran tirada internacional como es el caso de Amarillo, el título de Blacksad que ha triunfado este año.

@elplumilla

Laura Bellver