La competencia de la pelota vasca

Genovés II descubre para 360gradospress un deporte de tradición local: la pilota valenciana

ÓSCAR DELGADO, Valencia. Llegamos a Genovés, pueblo del interior de Valencia convertido en epicentro de un deporte poco conocido en el resto de España pero con una larga tradición en la Comunidad Valenciana. Podría ser la competencia de la pelota vasca, aunque sus reglas difieren mucho y los pelotaris prefieren tener a sus colegas del norte como referencia para que la pilota valenciana tenga una mayor repercusión. Las partidas profesionales, las de ‘escala i corda’ y ‘raspall’, se juegan en el trinquete, una cancha cerrada de entre 40 y 60 metros de largo por entre 9 y 11 de ancho.

De cualquier rincón de este municipio de apenas 2.800 habitantes fluye la tradición de un deporte de minorías elevado a la categoría de mayoritario entre sus vecinos. Pocos son los que no juegan a la pilota, con más razón en verano, cuando numerosos pueblos de la Comunidad Valenciana organizan partidas en la calle, en las modalidades denominadas ‘llargues’ y ‘galotxas’. 360gradospress ha entrevistado esta semana a uno de los baluartes de la disciplina. Lleva en su alias el nombre del lugar donde nació: Genovés II. Hijo de una de las figuras históricas de la pilota (Paco Cabanes, ‘Genovés’), José Cabanes fue el mejor pelotari de 2008 y aspira terminar 2009 con el título que le quita el sueño, el que confiere el número 1 al que lo gana: el Trofeo Individual Bancaja en su modalidad reina, la de ‘escala i corda’.

En cualquier rincón del pueblo hay recordatorios referidos a este deporte, incluidos en una Ruta de la Pilota, encabezada por el Museu de la Pilota, que mantiene viva la tradición entre sus vecinos. Actualmente, Genovés II es el mejor de todos ellos, hijo de Paco Cabanes ‘Genovés’, uno de los pelotaris más laureados de la historia de la disciplina. Recibe a 360gradospress en el trinquete del pueblo, el único de color azul que se encuentra en el circuito de pilota de la Comunidad Valenciana. La televisión manda y esa tonalidad favorece el seguimiento de las partidas por la pequeña pantalla. “En Genovés siempre ha habido jugadores, pero a raíz de salir mi padre hubo un boom. Entre los ochenta y los noventa salieron más de 30 jugadores. Eso en un pueblo de 2.800 habitantes es muchísimo, y además de primera línea, de los mejores”, explica el pelotari en la grada del trinquete frente a la línea de mitad de cancha, donde va colocada la cuerda sobre la que debe pasar la pelota devuelta por el rival.

“Empiezas a jugar porque te gusta, y luego empiezas a pegarle mejor y te planteas jugar más en serio. A mí me ocurrió a los 16 años y a los 18 ya estaba en profesionales”. Lo primero que le enseñan a los chavales que, como Genovés II en su momento, comienzan a descubrir la pilota, es a cuidarse y a protegerse las manos, “algo bastante complicado. A mí me cuesta una hora y media arreglármelas. Incluso te pones placas de hierro porque las manos sufren”. Aún así, es inevitable sufrir lesiones: “Yo ya me he roto cuatro dedos de la mano derecha y uno de la mano izquierda”. Desde pequeños, aprenden a jugar con las pelotas profesionales o vaquetas, fabricadas artesanalmente, cuyo peso aumenta conforme superan categorías hasta llegar a profesional. “Las mejores son las de Carcaixent”, aclara Genovés II a la vez que desvela su valor: 70 euros por pelota. Fabricadas a mano con piel de lomo de vaca, su precio es tan elevado porque “para preparar una vaqueta se tarda un día entero, luego hay que dejarla secar y cuidarla”.
Pelota vasca
Como confiesa el propio Genovés II “la pilota es un deporte mucho más difícil de lo que parece. Tienes que ser bastante rápido, fuerte y muy técnico”. En cuanto a la popularidad de la pelota vasca en detrimento de la repercusión que tiene la pilota valenciana fuera de la Comunidad Valenciana, el pelotari lo achaca a que “la pelota vasca es un juego indirecto que se juega contra una pared y que es mucho más fácil de comprender para el aficionado; por su parte, la pilota valenciana es un juego más directo, más difícil de televisar porque hay muchos ángulos, la pelota va por todo el trinquete y, por lo tanto, cuesta más enganchar a la gente”. Sin embargo, Genovés II asegura que quien “ve una partida de pilota, vuelve”.

De hecho, Abel Barriola, uno de los pelotaris vascos más afamados, “se quedó boquiabierto cuando vino a Genovés a vernos en directo; antes lo había visto por la tele y alucinó”. Precisamente, otra diferencia entre ambas disciplinas es el papel que juega el público en la pilota valenciana que, al estar dentro del trinquete, puede llegar a condicionar el desarrollo del juego. Genovés dice que la del público es “una de las leyendas negras de la pilota sobre si están amañadas las partidas o no; pero una pelota que va a 140 km/h a la cabeza de uno, pues claro, ése se aparta y no influye de forma determinante en el juego”.

“Los vascos van 20 años por delante”
La repercusión y la popularidad son las principales ventajas que tiene la pelota vasca respecto a la pilota valenciana. Algo que, según Genovés II, despierta “un poco de envidia sana porque ellos van 20 años por delante de nosotros en el tema de televisiones, imagen y patrocinadores. Aún así, parece que estamos despegando un poco y las instituciones están apostando más por la pilota. Incluso la audiencia de las retransmisiones de algunas partidas es equiparable a la del Pamesa (actual Valencia Basket Club) o a la de los partidos de fútbol de segunda división”. Como hemos conocido en otras disciplinas, la presencia de las cámaras de televisión es clave para que “la gente entienda el deporte y se enganche”, matiza el pelotari.

Álvaro, el bou de Faura
El mayor reto de la temporada para Genovés II pasa por ganar la final individual del Trofeo Bancaja a su máximo rival: Álvaro, el bou de Faura. Se disputa en noviembre y quien gana esta especie de mano a mano es considerado oficialmente por la Federación de Pilota el mejor pelotari del año. Sin embargo, y de forma similar al circuito ATP de tenis, existe un ranking creado por “la empresa para la que jugamos” que computa la trayectoria de cada jugador a lo largo de los aproximadamente 20 torneos que componen la temporada. Según esta clasificación, Genovés II fue el mejor de 2008. Con todo, ha jugado cuatro finales del Trofeo Bancaja y en las cuatro perdió frente a Álvaro (2004, 2005, 2007 y 2008). Reconoce que “con Álvaro es con el que menos bien me llevo porque es con el que me doy más caña, pero luego en el vestuario todos nos llevamos bien”. Este año quiere “quitarse la espina” que tiene clavada y ganar el mano a mano a Álvaro.

Genovés II ha ganado dos Ligas Bancaixa por equipos (2008 y 2009), “de las que conservo mis mejores recuerdos como profesional” y las partidas más largas que ha jugado superaron las dos horas y media, tras las que “llegué a perder tres kilos”. Le encantan los niños pero para “que haya un Genovés III antes tiene que haber una señora de Genovés II”. En 2008 sólo tuvo cuatro días de vacaciones porque las competiciones se solapan, juega entre dos y tres partidas por semana y su preparación es muy exigente. ¿Quién dijo que los futbolistas acumulan muchos partidos al final de temporada?

Carlos Juan

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