Españeta: “Los jugadores son como mis hijos”

El utillero más galáctico del fútbol español lleva 47 años en el vestuario del Valencia C.F.

S.C., Valencia. Aunque el diccionario de la Real Academia Española no incluye entre sus acepciones la palabra utillero, Bernardo España Edo, alias Españeta, lleva 47 años siendo el del Valencia C.F. Utillero es el encargado de cuidar y de disponer el material de un equipo, misión que nuestro protagonista de la semana asumió en la década de los sesenta. Se encarga de que todo esté listo para cuando la primera plantilla del Valencia C.F. llega al entrenamiento o a disputa sus partidos. Limpia a diario entre 50 y 60 pares de zapatillas, es el primero que va a la ducha cuando se gana algún título y los jugadores le quieren como a un padre porque Españeta les trata como si fueran sus hijos. 360gradospress se coló en el vestuario de la Ciudad Deportiva del Valencia C.F. para repasar con el utillero más veterano y galáctico de España los detalles de una vida dedicada a la trastienda del fútbol.

¿Españeta es un nombre o un apodo?
No, no. Es lo mismo. Me llamo Bernardo España Edo; todo el mundo se pregunta lo mismo, pero es mi apellido, no es un mote (risas).

¿Cuántos años lleva como utillero del Valencia C.F.?
47 años.

¿Y cómo comenzó?
Comencé de recogepelotas hasta que un buen día el secretario general del club de aquella época me vio y me dijo: ¿Te gustaría ser el utillero del Valencia? Yo le respondí que mañana mismo.

En casi cinco décadas acumula unas cuantas celebraciones de títulos…
Menos la Champions, desde que yo entré, todas. Copa de Ferias, Supercopa, Copa del Rey, Ligas… todo.

¿De cuál de todas ellas conserva un recuerdo especial?
De todas, aunque de la última Copa del Rey, la de la pasada temporada, como estábamos tan mal en la Liga pues es la que más celebré. Lo que sí le puedo decir es que el peor fue cuando bajamos a segunda división.

¿Y qué bromas le suelen hacer a Españeta los jugadores cuando se ganan títulos?
Pues la de siempre: tirarnos todos a la ducha.

¿Ha dejado muchos amigos en el vestuario?
¿Amigos?, ¡miles! Todo futbolistas de cuarenta años para aquí, en todo el mundo y en toda Europa, íntimos amigos. Eso es lo que a mí más me gusta de mi trabajo. Vale más que el dinero.

¿Me puede decir al menos tres nombres de esos miles de amigos?
No, porque si le digo tres puedo discriminar a 5.000. El que hizo mucho por mí dentro del campo fue Kempes, ya no sólo como futbolista sino en varias facetas de la vida. Fue un amigo y casi un hermano.

¿Mantiene el contacto con él en la actualidad?
Sí, claro, lo que pasa es que está en el extranjero ahora.

¿Y Di Stéfano?
Como un padre para mí.

¿Quique Sánchez Flores?
Como otro hermano. He conocido mucho a su padre, que jugó con Di Stéfano.

Bueno, y además de las duchas que ha comentado cuando ganan títulos, ¿qué otras anécdotas del vestuario recuerda con especial cariño?
Ha habido tantas chiquilladas que es difícil mencionar alguna; lo más normal es lo de la ducha completamente desnudo. Un jugador te quita la chaqueta, otro la camisa, y así hasta que de dejan desnudo (risas).

¿Cómo es un día en la vida de Españeta?
Me levanto a las siete de la mañana y luego vengo a la ciudad deportiva a preparar el entrenamiento. Cuando terminan, recojo todo y comienzo a preparar el del día siguiente.

¿Qué requiere la preparación de un entrenamiento?
Pues que cuando entren los jugadores por la mañana a su vestuario tengan todo preparado: botas, camisetas, medias… todo a punto para salir a entrenar.

Y los días de partido, ¿con cuánta antelación les deja la ropa preparada en el vestuario?
Dos horas o tres antes del inicio del partido.

¿Se ve obligado a hacer cosas especiales por manías de alguno de los jugadores?
No, normalmente no. Ningún jugador tiene manías dentro del vestuario.

¿No recuerda ninguna en particular en sus cerca de 50 años como utillero?
Había un portero que se llamaba Sempere que se cuidaba mucho los guantes. No había que tocarlos.

¿Cómo vive la familia su trabajo?
Bueno, como no tenemos hijos, mi mujer, Rosario, lo vive ya muy acostumbrada. Imagínese tantos años aquí, ya se ha acostumbrado.

¿Ve el fútbol con ella alguna vez?
No, nunca. Aunque quisiéramos no podría ser porque como yo estoy en el vestuario es imposible. Cuando ella va lo ve desde su localidad. Pero son pocas veces porque sufre mucho.

¿Tendremos Españeta hasta cuándo?
Hasta que Dios quiera y hasta que aquí quieran. Por mí, hasta la muerte.

¿Es igual de cuidadoso con su ropa que con la de los jugadores?
Procuro.

¿Cuándo se va a duchar deja todo preparado?
Procuro también.

¿Qué pronóstico hace del final de temporada?
Calculo y estoy convencido de que vamos a jugar la Champions. Los jugadores van a ir a muerte.

¿Quién cree que será el pichichi?
Yo apostaría por Villa, que es de mi equipo. Pero tiene ahí a Eto’o y ahora a Forlán. Lo que es seguro es que uno de los tres es el que lo va a ganar.

¿Y la Champions?
Después de ver la victoria ante el Chelsea como fue, creo que la va a ganar el Barça.

Igual que hay jugadores galácticos y cracks, ¿usted es el galáctico de los utilleros?
Eso dicen los amigos que tengo repartidos por todo el mundo.

¿Cuál es la fórmula de su éxito?
Pues estar toda la vida dedicándome a ello y si tienes que estar ocho horas, pues estar dieciocho y convivir todos los días con los jugadores, conocer cada uno de qué pie cojea y tratarlos como si fueran hijos.

¿El trato es recíproco por parte de los jugadores hacia usted?
Total, total. Para mí son como hijos.

¿Ha calculado cuántos partidos ha preparado como utillero?
He perdido la cuenta. Miles y miles de miles desde que empecé.

¿Y qué hace Españeta cuando no está en el vestuario?
Estar en mi casa con mi perrito, luego dar una vueltecita y después estar tranquilo viendo la televisión y leyendo un poco.

¿En su círculo de amigos no le bombardean a preguntas sobre el vestuario?
Sí, claro. Pero los amigos de verdad residen cada uno en un sitio.

F.B.D.

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