Retratos de crisis e ilusiones pasadas

Descubrimos de la mano de los pintores de la Belle Époque que el siglo XXI no se parece mucho al XIX o al XX si lo miramos desde la ilusión de quien cree que todo es positivo y aparente.

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Las crisis son cíclicas, las modas son pasajeras peroregresan, los tiempos cambian aunque inspirados en otros más lejanos, lailusión cabalga de la mano a la decepción, el agasajo es costumbre hasta queceja el empeño de quien ya no lo puede ofrecer. El tiempo pasa, como la vidaque heredamos, la misma que se desenvuelve a golpe de imitación, la de nuestrosantepasados, la de las generaciones que nos precedieron y que vivieronsituaciones similares, en el fondo más que en la forma a las que vivimos hoy. 

Los retratos de la Belle Époque, exposición de la ObraSocial “la Caixa” que acoge el Centro del Carmen de Valencia hasta el próximo26 de junio, contribuyen a acceder a un tiempo, el que transcurre entre finalesdel siglo XIX y primeros del XX, justo antes de la primera guerra mundial, enque todo parecía pintar de una tonalidad positiva, la de la apariencia de lasclases pudientes, la de la mentira de la coyuntura de un tiempo en que perfumarsecomenzaba a ponerse moda, la del qué dirán más noble; pero a la vez la de grandeschascos de realidad oculta, de verdades miserables reconvertidas enpensamientos menos felices, de guerra. 360gradospress recorre lasmanifestaciones pictóricas resumidas mediante esta muestra en contribuciones dediferentes galerías internacionales que abarcan desde los autorretratos másintimistas de autores como Sorolla, Pinazo, Forain o Carrière, pasando por lasrepresentaciones de escenas sociales de la nobleza alegre del momento y loscuadros de crujidos de tiempo, de instantáneas de pintura cercanas a lafotografía más intimista y costumbrista.

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Es chocante conocer de cerca el lado más auténtico dequienes marcaron pictóricamente una época rosada de la historia del arte entreel XIX y el XX, el que los propios autores plasmaron en sus autorretratos. Comolo es acceder a la versión más cínica de la sociedad del momento, la de laburbuja de entreguerras, la de la generalización de la cosmética y delmaquillaje, también en la oportunidad concedida por pintores de renombre queaccedían con alegría a inmortalizar en lienzo el capricho de la clase máspudiente. La Belle Époque fue una época similar a la burbuja vivida, salvandolas distancias, entre finales del XX y primeros del XXI, justo antes de lacrisis. Si en estos tiempos la sociedad vivió la alucinación  de convertirse a golpe de crédito bancario ennuevos ricos sin serlo, la de finales del XIX en Europa lo hizo ajena a laamenaza que significaría la Gran Guerra para todos, en una transición de pazalimentada por la institucionalización de gestos sociales similares a los queahora podrían significar determinados ‘actos gourmet’ en las sociedadesactuales.

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Por aquel entonces, se pasó de retratos sociales similares alos de los siglos XVII y XVIII, a otros más individualistas, al menosaparentemente, descubridores de la espontaneidad de contextos cotidianos,alejados del salón de la realeza, pero con un poso más artificial que eldenostado. Así, por ejemplo, Sorolla descubrió a un Duque de Alba o a unAlfosno XIII más reales, por encima incluso de aquella forma impresionista dela que hizo gala después para representar escenas de vida mediterránea. Contodo, en apenas tres décadas, a las que accede el visitante de la muestra, seperciben transformaciones de estilo que cabalgan entre ese impresionismo mezcladode realismo social, retratos de grupo evocadores de Velázquez o Rembrandt,ambientes más espontáneos y cercanos a lo que hoy entendemos por una fotografíade prensa; y las visiones de personajes cercanos a la paranoia de la crisis, lade una guerra que acechó sin vuelta atrás a un tiempo al que no le quedó másremedio que asimilar el golpe, también desde el punto de vista artístico con elexpresionismo como vía para la distorsión emocional.

Quien no sea muy aficionado al arte encontrará una buena excusapara descubrir ‘talentos’ como Toulouse-Lautrec, Manet, Klimt, Schiele, Munch,Sorolla, Sargent, Boldini, Carrière… quien, por el contrario, lo sea,disfrutará poniendo en común a sus cromos favoritos bajo un mismo techo.Recomendable.

 

Óscar Delgado

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