Paula Bonet convence a su público gracias a un trabajo original, intenso y verdadero con el que está trazando su carrera hacia el aplauso internacional. Esta semana 360 Grados Press dibuja a una triunfadora del lápiz con mucho talento que demostrar todavía.
Arrancó su carrera lápiz en mano en Valencia, pero hoy es una de las figuras más reconocidas y valoradas internacionalmente por su trabajo de trazado limpio, personal y muy poético. Ha expuesto en Barcelona, Madrid, Valencia, Oporto, París, Londres, Bélgica, Urbino y Berlín y ha publicado varios libros con su obra. Pero Paula Bonet (@paulaboneti) no se siente identificada con el término “ilustradora”, sino que es más una dibujante que marca el camino de su trabajo con la mina y los colores como un cocinero corta los ingredientes y los prepara en la sartén antes de servir el plato de manera auténtica. Una elaboradora de imágenes con historia y significado que bebe de su formación tradicional para actualizarla y convertirla en arte.
¿Qué significa para ti la ilustración y el dibujo?
Es algo irracional, no se puede teorizar, ya que eso se cargaría toda la magia. Es una necesidad, algo imprescindible en mi vida.
¿Cuándo decidiste que querías ser ilustradora?
No lo decidí ni me considero ilustradora. Mi formación es práctica y llegué a la ilustración por afán, accidentalmente. Prefiero denominarme dibujante.
¿Cuál es el trabajo que recuerdas con más ilusión?
Mi primer trabajo, el que realicé con Carolina Otero, La noche hasta el cuello, en el Russafart de Valencia. Una intervención poética en la que uníamos versos y dibujos. Lo recuerdo con mucho cariño porque jugábamos con invadir un espacio público (los lavabos públicos). Observábamos lo plástico que había en ellos, desde lo obsceno hasta lo poético.
¿Y del que te sientes más orgullosa?
Mi libro 813, un homenaje a François Truffaut.
¿Es fácil editar libros de ilustración en los tiempos que corren y siendo tan caros de publicar por toda su calidad gráfica?
Ahora existen muchas editoriales pequeñas que sacan maravillas con dibujo, por lo que considero que es un buen momento para publicar.
¿Tienes alguna anécdota grabada en la mente de las ciudades en las que has expuesto?
Recuerdo con mucho cariño, intensamente, la presentación en Madrid, hace dos años, del libro Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End. Fue muy bestia, porque era la primera vez que tenía un contacto tan directo con la gente que seguía mi trabajo. La firma de ejemplares duró horas y la gente me mostró todo su cariño. Fue muy bonito poner caras a mi público, aunque acabara hecha polvo.
Has realizado ilustración principalmente para cartelería y pintura mural. ¿Qué te aporta cada una de estas disciplinas?
La pintura mural me apasiona por el formato, ya que permite hacer lo que quieras. Por ejemplo fui a México D.F. para colaborar en el Centro Cultural de España, un lugar que representa la defensa de la libertad de expresión y el rechazo a las agresiones que a diario se realizan a las mujeres. Eso me fascinó. O mi regreso a Chile para pintar en el mural de 9×3 metros de la Hell Gang, en el Centro Arte Alameda. Fue muy simbólico porque recordaba mi época estudiantil allí y ese muro junto al que pasaba cada día. Por otro lado, la cartelería me permite vincularme a proyectos que me aportan mucho, que yo consumo, como los discos de Vetusta Morla y Christina Rosenvinge, de los que puedo beber. Me gusta vincularme a artes que me fascinan.
¿Eres más de mano alzada o de tecnología para tu trabajo?
No he utilizo nunca tecnología. Soy de formación tradicional, artesanal, de ensuciarme las manos y no hacer Control + Z.
¿Qué nos traes en la exposición que has inaugurado recientemente en Pepita Lumier (Valencia)?
La exposición precede a mi próximo libro, La sed. El título del proyecto, Y llegas a perforarme en el blanco de mi sed, hace referencia a una frase de la escritora Anne Sexton, una mujer que representa voces de mujeres que me han aliviado del tedio. Que habla sobre masturbación, maternidad, la locura, las pastillas, etc. Ese perfil de mujer me nutre como modo de expresión, sin censura. Con los óleos y grabado de la exposición trata de acercarme a su obra de manera global.
Javier Montes