La mujer sin límites

El Centro Cultural Bancaja repasa la ‘Evocación de la imagen femenina’ según Joan Miró

S.C., Valencia. La mujer es una de las principales fuentes evocadoras del arte, también para los genios. En Joan Miró, la presencia femenina en sus diferentes etapas y facetas es más que evidente, aunque no se manifiesta de la misma forma. El Centro Cultural Bancaja de Valencia acoge hasta el próximo 21 de junio una exposición que repasa las diferentes formas, tanto escultóricas como pictóricas, con las que el artista catalán evocó la presencia femenina en sus obras.

La Fundación Pilar i Joan Miró ha desembarcado en el Centro Cultural Bancaja de Valencia con la muestra ‘Evocación de la imagen femenina’, un reflejo de la importancia de la mujer en la trayectoria pictórica y escultórica del artista catalán. El pretexto, las féminas, la excusa, como en el resto de su obra, cualquier soporte es susceptible de ser utilizado para un fin: recurrir al poder evocador del sexo femenino como vehículo de expresión de momentos, emociones o etapas históricas.

Qué mejor forma que aprovechar el resquicio blanco del margen de un periódico para, a modo de viñeta surrealista, dar forma a pensamientos paralelos a la lectura contemplativa de unas líneas caducas. Miró utilizaba cartulinas, recortes de revistas, papel de embalar, lienzo, folios, contrachapado, tizas, ceras, carboncillo, lápiz, pluma, acuarela… cualquier soporte era bueno para vehicular los ciclos de vida, los suyos y los de la mujer, como ejemplo de elemento evocador de sus creaciones artísticas.

Distintas etapas conciliadas bajo la representación pictórica y escultórica de una exposición para saborear, tener tiempo y reinterpretar lo interpretado desde el prisma del curioso, abordando las versiones femeninas del genio catalán de 1919 a 1981. Seis décadas de evolución personal y de asimilación de un entorno marcado por acontecimientos reflejados en la producción de Miró. Precisamente, el pulso del tiempo marca las influencias que el artista proyecta en sus obras; desde el realismo de sus primeras versiones femeninas hasta métodos más conceptuales procedentes de su contacto parisino con dadaístas y surrealistas.

Mujeres sobre anuncios, mujeres sobre anuncios pero pintadas con la visión personal del genio. Un espacio de Pernod45 recortado y utilizado con ceras en la que una mujer aparece en bikini; o la tinta posada sobre la página de un periódico de 1976, junto a un reclamo de Galerías Preciados en el que se publicita una falda tejana por 1.650 pesetas. Tinta y óleo sobre los versículos iniciales del consumismo sectorial mirado por el artista como muestra de la evolución de la sociedad posdictatorial.

Representaciones más o menos precisas de la mujer que, como un todo, acogen la mirada del espectador. Una visión de conjunto alimentada por sus esculturas, creadas desde el ensamblaje de objetos dispares entre sí, como imán de proyección de la mujer mironiana. Como la que representa la Jeune fille s’evadant, de bronce pintado, creada en 1967. Miró, artista único, evocador de sueños mujeriles.

Redacción Valencia

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