Más allá que el mar que baña nuestras costas, el Mediterráneo es un punto de encuentro cultural. La diversidad de tres continentes que fluye en su agua ha inspirado Suite4, un espectáculo de danza que rinde homenaje a la riqueza de esta identidad líquida y común. 360 Grados Press ha tenido la oportunidad de asistir a su primer ensayo general.
Milenaria y moderna. Diversa yhomogénea. Así es la cultura mediterránea. Paradójicamente, son estascontradicciones las que la convierten en una identidad única y compartida portres zonas geográficas tan dispares como son Europa meridional, Asia occidentaly África septentrional. Pero más allá de un concepto de espacio, elMediterráneo es una historia. Y como historia, cabe la interpretación. Con estaidea nace Suite4, uno de los últimos programas del Ballet de Teatres de laGeneralitat, que ha reunido cuatro obras de cuatro reconocidos coreógrafos conalgo en común: su vínculo con este mar.
Concretamente, Nacho Duato, Ohad Naharin, Ramón Ollery Hilde Koch han sido los elegidospara aportar su estilo personal al relato cultural del Mediterráneo. Cada piezase interpreta de manera independiente sobre el escenario, pero finalmente todasconfluyen en el espectador como un todo, como una sola muestra de la diversidadcultural que sentimos como propia. He ahí el secreto del espectáculo: cuatroversiones concurren en una misma narración.
Por ejemplo, Ramón Olller,coreógrafo residente del Ballet de Teatres, ha creado ex profeso la pieza Estances. “Es como un pequeño viaje emocional dentro de las estancias concebidascomo algo más que espacios“, confiesa. Por su parte, Hilde Koch, coreógrafaespañola formada bajo la dirección de una autoridad en danza como WilliamForsythe, recupera uno de sus primeros retos coreográficos para la ocasión. Setrata de Torque, una pieza que ha idomadurando y creciendo a medida que ha sido adaptada a diversas compañías. “La idea de Torque es el encuentro de dosfuerzas que crean una tercera. Así, los bailarines van tomando poco a poco elespacio“, explica Hilde. Nacho Duato también se sirve de archivo y rescata Jardí Tancat, la que fue su primeracoreografía propia, inspirada en textos mallorquines que narran aspectos tancotidianos como el trabajo de la tierra. El encargado de cerrar estainterpretación libre de un mismo elemento es Ohad Naharin, uno de loscoreógrafos contemporáneos más preeminentes a nivel mundial. “Estoy aquí para encontrarme con los bailarines, no para encontrarmecon mi coreografía“,confiesa cuando es preguntado acerca de su obra, Two duets & Two trios, una pieza que ha trabajado con sucompañía, Batsheva Dance Company, en su país natal, Israel.
En todos los casos, lasacciones individuales y las colectivas se mezclan con la música y el silencioen un estudiado juego de movimientos que evoca un sentimiento compartido portodos los presentes, el de la pertenencia al Mediterráneo. Los gestos apelanlas emociones y las contorsiones de los cuerpos transmiten su intensidad. Endefinitiva, la danza logra convertirse en ese mar que nos identifica y nos une.
Laura Bellver