Llama la atención que la Fundación Princesa de Asturias cometa errores en Twitter cuando en Oviedo se limpian hasta los discos de los semáforos para mostrar al mundo la mejor imagen posible.
La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias (antes Príncipe de Asturias) es exquisita. Todo lo que rodea a estos galardones tiene un halo de perfección que cualquier mínimo detalle que no esté a la altura de las circunstancias reluce de tal manera que deslumbra la vista del resto. Aún recuerdo cuando hace ya unos años redacté un reportaje sobre cómo se limpiaban una a una las tulipas de la imponente lámpara central del patio de butacas del Teatro Campoamor o cómo empleados municipales repasaban con un paño uno a uno los discos de los semáforos de las principales calles del centro de Oviedo.
Los discursos de los galardonados, las palabras de Su Majestad, el antes y el después, la entrada al Teatro, la recepción en el Hotel de la Reconquista, los actos previos, las audiencias y el colofón final, el sábado con la visita de los Reyes al Pueblo Ejemplar. El buen gusto hecho premio.
Creados en 1980 por la Fundación Princesa de Asturias, desde la primera edición de los Premios hasta hoy, la ceremonia de entrega se ha consolidado como uno de los actos culturales más importantes de la agenda internacional. A lo largo de su historia los propios premios han recibido distintos reconocimientos, como la declaración extraordinaria que la UNESCO realizó en 2004 por su excepcional aportación al patrimonio cultural de la humanidad.
Cinco años más tarde, concretamente el 14 de mayo de 2009, la hoy Fundación Princesa de Asturias publicaba su primer tuit (justo una semana antes que la Casa de Su Majestad el Rey). Desde entonces hasta hoy ha compartido más de tres mil mensajes, acumula más de doce mil seguidores y apenas sigue a doscientos perfiles. Dado el carácter internacional de los Premios, todo se redacta en dos idiomas: castellano e inglés. Sin embargo, la cuenta de Twitter de la Fundación está un poco lejos de todo lo que envuelve a los Premios. No soy nadie para criticar pero sí me gusta analizar y soy libre de opinar (con perdón si algún compañero se siente ofendido).
Me llama la atención que la Fundación siga citando una y otra vez el nick de Leonardo Padura (Premio de las Letras 2015) cuando su cuenta está abandonada desde el 13 de febrero de 2013. Resulta inexplicable que nadie haya reparado en esto. Desde el gabinete de prensa de los Premios Princesa de Asturias argumentan que fue la editorial del novelista y periodista cubano quien les propuso su utlización “para tratar de reactivar” la cuenta aunque, hasta hoy, no hayan recibido ni siquiera un favorito. Lo mismo que decidan y anuncien un hashtag oficial de la ceremonia de entrega de los premios –#PremiosPrincesa y #PrincessAsturiasAwards– y luego se olviden de emplearlos o aparezcan otros secundarios fomentados desde la propia cuenta de la Fundación; o que no hayan revisado que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (Premio de la Concordia 2015) tiene dos nicks operativos en España @OHSanJuandeDios y @SanJuandeDios_ (a mí me bastó mandarles un tuit para que me lo aclararan).
Hoy por hoy no cuidar la cuenta de Twitter como se miman el resto de detalles (semáforos incluidos) es darle argumentos a quienes dicen que los Premios están pasados de moda.
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