Puede que pienses que la noche no tiene ventanas y que la luz de la luna siempre alumbra el mismo norte; puede que tengas razón cuando dices que el horizonte es un cielo negro con los faros rotos y armadura de eternidad, que el hombre nunca encuentra al hombre y una sombra afilada los abraza.
Es posible que cada una de las cosas necesarias para poder vivir tenga el nombre y apellido equivocado y cuando abras los ojos tan solo veas una montaña de palabras mal escritas, como juguetes desmembrados sobre la mesa del taller del destripador de los mercados.
Es posible que cada una de nuestras decisiones sean pasadas por el detector de metales y solo encuentren un puñado de dudas con clavos de pánico.
Es posible que estos tiempos solo sirvan para encontrar a muchos hombres con la brújula rota que transitan por la dirección equivocada. Es posible que digan que esa dirección es la correcta porque así lo ordenaron quienes buscan el bien de una Patria que ya no es nuestra.
Puede que el tren nunca pase por esta vía y los vencejos aniden en otros tejados, puede que nada sea como lo dibujan los arquitectos del miedo, porque esta tierra quedó yerma por la mentira infecta.
Puede que ahora quieras levantarte y busques una mano. Puede que una brizna de aire se asome en tu ventana, escuches una voz que sea verdad y esa voz te llame. Puede que esta puerta no esté aún cerrada. Puede que puedas y entre todos queramos.
Foto: @Macarvelf
Marcos García-Martí