No hace muchos años que las artes escénicas han descubierto que en un sector de la sociedad al que, en principio, no concebían como público se encuentran quienes pueden convertirse en sus seguidores más fieles en un futuro no muy lejano. Enmarcados en la celebración del Día Mundial del Teatro, en 360 Grados Press nos hemos aproximado a ellos, a los bebés.
Fue pura casualidad que ÁngelSánchez y Ana Gallego,directores de la compañía vallisoletana Teloncillo Teatro, se topasen con eseanuncio acerca de una obra dirigida a bebés y a mujeres embarazadas. “Fuimos por curiosidad. No nos convenciómucho personalmente, pero vimos qué bien estaban los pequeños y qué integradaslas futuras mamás“, relata él. Tiempo después, ambos tuvieron laoportunidad de actuar en el colegio de las sobrinas de ella y no la rechazaron.De esta forma, pudieron comprobar en primera persona que la respuesta delpúblico más menudo era buena. Ellos contaban con experiencia en montajes paraadultos desde mediados de los años setenta. Más adelante, ya en la década delos noventa, optaron por centrar su oferta en los niños. Sin embargo, no fuehasta ese momento cuando barajaron ampliar su repertorio de 0 a 3 años. “Intuíamos que ahí había un campointeresantísimo, así que decidimos volcar nuestra experiencia“, confiesaÁngel. Desde entonces, han creado un total de cinco obras dedicadas a dichafranja de edad.
Una atracción similar fue la que sintió Omar Meza. En su caso, lo que comenzó como una investigación en unaescuela infantil se tradujo en un espectáculo para bebés en la compañía que élconduce desde 1999, Da.Te Danza. “Así descubrí que los niños tienen capacidades más potentes de lo que lasociedad nos hace creer. Al principio no sabía dónde me metía, ¡pero elresultado fue tan gratificante! Además, entendí que esto no sólo consiste enque el artista compruebe si su obra gusta o no gusta a sus espectadores, sinoque tiene una función social“, explica. Del mismo modo, los centrosescolares han jugado un papel fundamental para Claudia Moreso, directora artística de Mons Dansa i Educació. “Ahí es donde realmente aprendemos qué lesinteresa a los más pequeños“, apunta. Ella, que también poseía un largobagaje sobre las tablas, no sólo observó que quienes acudían a un espectáculoacompañados de sus hijos solían repetir, sino que al ser madre se dio cuenta deque existía un vacío de oferta en este sentido. Se sumó, por tanto, a eseelenco de profesionales que han pasado a centrar parte o todos de susesfuerzos en la primera infancia.
Pero, ¿realmentelos bebés están listos para la función?
Hubo quien no los comprendió en un principio. De hecho, alguien quedaque sigue sin hacerlo. Pero Ángel, Ana, Omar o Claudia, entre otros compañerosdel sector, no se han aplicado en un disparate, ni mucho menos. Lo que ocurre,más bien, es que todos ellos han encontrado esa “función social” a la que hacía referencia el director de Da.Te Danza. “Lo interesante de esta edad es que las personas son como lienzos enblanco, que lo absorben todo si se les da pinceladas con cariño. Así, podemosinfluir en su futuro. Por ejemplo, cuando lleguen a los siete años, es muyprobable que estos espectadores tengan una mejor capacidad de análisis“,completa Ángel. “Es una manera deacostumbrar y de tener un primer contacto con el mundo del arte, que yoconsidero que es necesario. Esta experiencia posibilita, además, que los niñosse cuestionen, se sientan curiosos, trabajen con sus emociones
Y si desde bienpequeños relacionan el teatro con todo esto como algo positivo, luego puedenconvertirse en adultos que consuman cultura“, secunda Claudia. Obviamente,se trata de resultados que se hacen evidentes en el medio o el largo plazo,pero cuyos indicios de éxito se vislumbran al momento en determinadasreacciones, como las sonrisas o, según ejemplifica Omar, la velocidad con quemueven los chupetes.
Los padres comoactores fundamentales
Sin duda, una de las principales particularidades del teatro para bebéses que su público objetivo no goza de autonomía, sino que la asistencia está enmanos de unos terceros muy allegados: los progenitores. En este punto, losentrevistados coinciden al apuntar que el trabajo de asociaciones como Te-Veoo la visibilidad que brindan las campañas escolares son esenciales. Asimismo,todos convienen en que aquellos que prueban repiten. El motivo, en gran medida,son esos efectos inmediatos que las obras tienen sobre los más pequeños, locual ya ha desmontado algún que otro mito. En palabras del codirector de Teloncillo Teatro: “Descubren que sus hijos pueden estar sentados atendiendo a unespectáculo durante minutos“. A veces, por otra parte, se da también laextraordinaria situación de ser la primera vez para padres e hijos. “Esto es maravilloso, porque el teatro noshace a todos más humanos“, afirma Omar. Con todo, el desconocimiento acercade las artes escénicas para las edades más tempranas se está combatiendoprogresivamente. No obstante, para los profesionales queda otro frente abiertoa lidiar. “No siempre es sólo una faltade conocimiento, sino también una cuestión económica“, explica Claudia enuna clara referencia al presente IVA cultural.
Y, ¿cómo son estasobras?
Que los más pequeños espectadores pueden tener un mal día debido, porejemplo, a un dolor de barriga o que pueden asustarse durante el espectáculoson factores que los profesionales entienden y toman en consideración a la horade subirse al escenario. Así, recurrir a una intuitiva improvisación frente aun lloro momentáneo, como apunta Claudia, o ejercer una estimulación continuapara mantener la atención de los bebés, según indica Ángel, es frecuente. Sinembargo, más allá de este par de singularidades, este tipo de funciones nodifiere de las restantes en su concepción: dramaturgia, iluminación, efectosvisuales, lenguaje, música o danza se combinan al antojo de un autor para darlugar a una creación que puede ser más o menos sensorial, más o menosinteractiva y más o menos próxima al público, según se haya pensado. “Yo siempre digo que un espectáculo paraniños es exactamente igual que uno para adultos. Hay que crear del mismo modouna calidad artística, rítmica, estética
De hecho, he aprendido que los niñosnecesitan más calidad en el arte“, concluye Omar. De esta forma, aunquealgunos todavía crean que les quedan grandes, cada vez son más los bebés quellenan las butacas de los teatros.
332