Cristina del Valle se encuentra terminando la grabación de “El Arte de Amar”, el disco con el que junto a Manu Garzón prepara el inminente regreso de “Amistades Peligrosas”, el dúo que revolucionó el pop español en los 90. De aquella experiencia, recuerda, “era como ir en un carro tirado por caballos desbocados”. “Nos devoró el éxito”, asegura. Ahora, Del Valle retoma el proyecto que abandonó en 1998 con la experiencia y el aprendizaje acumulados de quien sabe que la vida le vuelve a dar una segunda oportunidad para disfrutar, ahora sí, de un proyecto artístico “que sería el sueño de cualquier cantante”. “Retomo un proyecto en el que me dejé la vida, y ahora quiero dejarme la ilusión”, afirma.
Cristina, ¿llegóel éxito demasiado pronto?
Sí. No fuimos capaces de gestionarlo anivel emocional y se tornó, en muchas ocasiones, en sufrimiento. Ahora trabajocon un compañero, Manu Garzón, que piensa como yo, el antihéroe musical, unhombre que conoce muy bien el campo de la lucha contra la violencia de géneroporque la ha vivido en su hogar. Con él coincido en todo, a diferencia de conAlberto Comesaña, con quien había una división radical. Todo ello hace que loimportante sea trabajar en un ambiente muy ilusionante. Algo que me debía a mímisma.
Comentabas lo difícil que es sentir queuno no tiene el control de su propia vida y has hablado del proceso deaprendizaje personal que has necesitado para superarlo. ¿Estamos ante unaCristina del Valle más serena?
Yo soy muy vehemente, y defiendo lavehemencia cuando lo que hay detrás son principios, para mí, esto es un artistaes muy importante. Simboliza la pasión y determinación de defender lo que unopiensa y de hacerlo creíble a los demás. Ahora, para mí, la madurez es lacapacidad para tener una visión más amplia y menos subjetiva de la realidad.Esto nos da mayor capacidad de comprensión, de empatía y de equilibrio.
¿Qué van a encontrar los fans históricosde Amistades Peligrosas en este nuevo trabajo?
Hemos reactualizado temas clásicos delgrupo y hemos hecho un gran esfuerzo en plantear ritmos mestizos, con una granmezcla de sonidos. Tenemos bases muy disco, muy cañeras, y también hemos metidoritmos africanos y árabes en otros temas, como en la nueva versión de”Africanos en Madrid”. Incluso hemos hecho una versión bachata de”Me quedaré solo”, producida por Patxi Carrasco, un productor muyconocido que ha trabajado con Carlos Vives y Juan Luis Guerra. También hancolaborado otros artistas, como Tontxu, que compuso la canción “Laestación”, una canción de amor madura. Es un disco muy reflexivo. Todoslos temas tienen bases rítmicas muy potentes que van desde la música étnica alpop y al rock…todo muy bailable y cantable.
¿Cuál es la filosofía que mueve «ElArte de Amar»?
R: La capacidad de aprender para llegar alconocimiento, al respeto y al amor, y desde luego tiene que ver con lo que esla música: un lenguaje pacífico y universal que se construye a través de lainteracción con diferentes culturas. El disco habla de todo eso y de lahistoria de un grupo que, en los tiempos que vivimos, trata, desde la música,de contar y de poner nombre y apellidos a historias que nos parecen vitales y ademáshaciendo propuestas.
¿Como cuál?
Que es posible cambiar esto que tenemos yno solamente soñándolo sino de una manera activa. Trabajar desde el amor parair más allá de la confrontación y la violencia. Habla de la importancia demantener la dignidad y de recuperar los valores humanos y del amor como unsentimiento capaz de transformarlo todo.
Parece ambicioso…
Es ambicioso, pero no hay otra.
En ese trayecto personal que comentabasantes ha tenido una gran importancia la labor realizada desde la Plataforma deMujeres contra la Violencia de Género y las personas que habéis conocido a lolargo del mundo. ¿Hay en este disco huellas de alguna de esas personas?
Sin duda, especialmente de una, laperiodista mexicana Lydia Cacho. Una mujer que ha sido perseguida, secuestradae incluso violada. Ella me enseñó, como otras mujeres, heroínas anónimas que nosuelen aparecer en los medios, que el odio no es el camino. Jamás ha perdido lasonrisa ni la capacidad de amar. Ella me dijo: “Cris, no podemos trabajardesde el odio, no podemos trabajar dañadas. No podemos trabajar con las mujeresque han sido agredidas desde la violencia. Hay que trabajar desde el amorabsoluto”. Y eso me ha dado una clave vital en mi vida. Además, contactar con movimientos pacifistas, como en Palestina, mehizo darme cuenta de la importancia de trabajar desde el reconocimiento deldolor y el miedo del otro. Romper el círculo vicioso del odio, que destruye pordentro, y trabajar por la empatía, eso es para mí «El Arte de Amar».
Vivimos tiempos en los que parece que losDerechos Humanos han caído de la agenda de los gobiernos, sustituidos por elmantra de la reducción del déficit público. ¿Si los números no aman, por quésiempre se anteponen a las personas?
La crisis ha sido la excusa para mostrarcuáles son las prioridades de los gobiernos y de sus intereses. Pero a veceshablamos de los gobiernos como si fueran entidades al margen de la ciudadanía.Creo que tenemos que empezar a poner el foco en la propia ciudadanía, en laresponsabilidad que tenemos cada uno de nosotros en mantener la impunidadcuando no ejercemos como ciudadanos, cuando votamos y dejamos que pase eltiempo. El activismo social y el ejercicio de la ciudadanía son obligacionesfundamentales a la hora de exigir responsabilidades. Yo no puedo cuestionar laspolíticas de un gobierno si no estoy tomando una parte activa en mi vidacotidiana.
¿Son los políticos el reflejo de unasociedad?
Por supuesto. Por eso creo que el análisisde la política tiene que ser también un análisis de la ciudadanía. Desde estepunto de vista podemos cambiar lo que tenemos si formamos parte activa de lasociedad. Mientras la gente no incorpore que cada acción política afecta anuestras vidas personales, y cada vez más la gente empieza a identificar esteconcepto, las cosas no van a cambiar.
Desde hace años los ciudadanos sonbombardeados con una catarata de malas noticias, y cunde el desánimo en unaparte significativa de la sociedad…
Pero es que se puede cambiar. La PrimaveraÁrabe ha sido un ejemplo muy claro de cómo un grupo de ciudadanos armado conconocimiento, información y organización a través de internet fueron capaces desuperar los medios de comunicación manipulados y de hacer caer dictaduras. ¿Yesto qué significa? Significa que tenemos que ejercer el ejercicio de laresponsabilidad ciudadana y no descargarlo todo en la clase política.
Cristina, ¿estás indignada?
Yo llevo indignada desde hace muchotiempo, desde que descubrí, siendo niña, que ser hombre no era lo mismo que sermujer. Estoy indignada desde que me levantaba y cada día veía la violencia enmi hogar y cómo se tenía que vivir desde la vergüenza y la ocultación. Estoyindignada desde que, siendo niña, tuve que salir de mi casa en coche y estarescondida en un centro 5 meses sin ver la luz ni la calle porque mi padre habíaintentado matar a mi madre y encima éramos nosotras las que debíamosescondernos. Llevo indignada muchos años y lucho desde hace años desde laindignación por un mundo en el que los niños y las niñas de este país,especialmente las niñas, no tengan que vivir lo que yo viví.
¿Seremos capaces de sacar algo en claro,aprenderemos de esta crisis?
La crisis también nos ha mostrado que, deuna forma u otra, estábamos metidos en un modelo depredador. Vivíamos paratrabajar y para consumir, y no para ser felices. Creo que esa cadena se estárompiendo, y creo que el sistema también se está resquebrajando. Le hemos hechogrietas al sistema, y cuesta mucho hacerlo. La ciudadanía ha ido tomandoconciencia y es cada vez más activa.
Laura Bellver