Una vez más, la ciudad de Valencia recibió a la cantautora mallorquina Maria del Mar Bonet. En esta ocasión, para reconocer su labor en defensa de la lengua y la cultura propias. Así, la 24ª edición de los premios de la Societat Coral el Micalet contó con la presencia de una de las voces del Mediterráneo por excelencia. 360 Grados Press tuvo oportunidad de hablar con ella en los momentos previos a la gala.
Vienes a recoger el Premi Miquelet dHonor. Esta misma semana has recibido la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes. Para romper el hielo, aunque sea un tanto tópico, ¿qué significa para ti todo este reconocimiento?
Ha sido muy amontonado, pero es un gran honor. Cuando recibes un premio estás muy agradecido. Además, éstos tienen un relieve muy grande. Son diferentes, pero estupendos los dos. Demasiado en una semana para mí, porque además estoy con actuaciones. Pero estoy encantada y ha sido un gran honor para mí.
Hablamos de reconocimientos a la canción en catalán, algo excepcional. Como alguien con autoridad en esta materia, ¿cómo crees que evolucionará esta música?
La evolución depende actualmente de los grupos más roqueros. Esto es una renovación. Aunque, al fin y al cabo, son cantautores como nosotros.
¿Qué le hace falta a la música en lenguas regionales para terminar de asentarse?
Promoción, mucha promoción en los medios de comunicación. Si no hay promoción, la música no se oye tanto como debería. Es algo que forma parte de nuestra cultura, por lo que deberíamos promocionarlo, como por ejemplo hacen los franceses. Ellos hacen porque sus canciones sean las primeras que se escuchan en la radio y en la televisión. Aquí no lo hacemos en ninguna parte. Parece que la lengua pertenezca a un sitio remoto, pero yo creo que la lengua es el espejo del alma de un pueblo.
Aparte de ello, ¿crees que debería cambiar algo en la sociedad o que, por ejemplo, los artistas deberían atreverse a cruzar más fronteras?
Los artistas hacemos lo que podemos, de verdad. Yo he tratado de ir a todas partes a cantar en mi lengua.
¿Cuál ha sido tu evolución en estos 45 años sobre los escenarios cantando en ella?
Quizá, esto lo podrían decir mejor quienes me escuchan. Yo he procurado hacerlo lo mejor posible. Eso sí, me he hecho mayor [risas]. Pero sigo procurando que mis discos sean el reflejo de lo que pienso y que formen parte de mi manera de ser. Tal vez mis últimos trabajos son mejores porque sé mejor lo que quiero. Suele pasar: dejas de ser joven, pero sabes más. Esto no sé qué significa [risas].
Eres conocida como la Voz del Mediterráneo, que es tu fuente de inspiración. Basándonos en tu trayectoria musical, podría decirse que es una fuente prácticamente inagotable.
Sí, es la madre de nuestra cultura y para mí es una fuente sin fin. No nos paramos a ver qué se hace en Grecia, en Italia, en Turquía o en el Norte de África, pero el Mediterráneo es fresco y cada día se renueva. Lo que pasa es que miramos a un norte remoto y no nos enteramos. O no nos queremos enterar.
Tu voz se relaciona con un carácter reivindicativo y cargado de libertad. A mucha gente le gustaría saber qué tiene que decir esa voz acerca de la situación político-social actual.
Me parece fatal. Estamos ante un Mediterráneo convulso. No solo por la crisis económica actual, sino también por crisis de hace años, como la que existe entre israelíes y palestinos. Ahora tenemos también la llamada primavera árabe, que está creando un río de sangre enorme y que no acaba. Son cosas que tenemos aquí delante.
¿Crees que la música sigue siendo un resurgir de conciencias críticas?
La música es como cualquier otro arte: puede hablar de lo que sucede o no, todo depende del artista. Lo importante es que éstos hagan bien su trabajo y hagan un arte de verdad, hablen de lo que hablen. Yo creo que los cantantes en general hablamos de todo, porque todo nos inspira.
En cuanto a tu música, este año hay una novedad: el disco Blaus de lànima. Més de vint anys junts, junto a Manel Camp. Se presupone que este trabajo es un regalo para vuestros seguidores. ¿Ha sido también un regalo para vosotros mismos comprobar que seguís siendo garantía de éxito tras tantos años?
Desde que en el año 1988 estrenamos en el Teatre Lliure el espectáculo Ben a prop que no hemos dejado de cantar juntos. Este trabajo podría representar la felicitación por saber que, después de más de veinte años, seguimos estando en forma para sacar un disco doble y cantar solos.
El trabajo se basa únicamente en el piano de Manel y tu voz. Os presentáis prácticamente desnudos ante el público.
Desnudísimos [Risas]
¿Qué piensas antes y durante esta desnudez?
Pienso lo mismo que cuando voy con la orquesta, lo que pasa es que esto es mucho más arriesgado. El piano es la desnudez total. Pero cantar ante un público siempre significa emoción. Sales, tiemblas un poco y ya empiezas el recital con muchas ganas. Intentas dar lo mejor de ti y estar con el público.
Una última pregunta. Este año has presentado también un libro de cocina en homenaje a tu madre. ¿Qué ha sido más difícil, ultimar el disco o este libro?
Esto ha sido tremendo. Me he metido en una camisa de once varas [Risas]. He recogido todas las recetas que escribió mi madre para el Diario de Baleares desde finales de los años cuarenta hasta los noventa. Son recetas eclécticas. Esa era su manera de ver la cocina. Dietética y mediterránea.
Laura Bellver