La más internacional de las jugadoras españolas de baloncesto repasa para 360gradospress anécdotas de su dilatada carrera
ÓSCAR DELGADO, Valencia. Madrileña de nacimiento, comenzó a practicar el atletismo antes de dedicarse de lleno al baloncesto. Con apenas 16 años se fue a Salamanca, donde militó en las filas del Halcón Viajes, y de ahí al Houston Comets, Dorna Godella, Ros Casares y CSKA de Moscú. Ganadora de tres anillos de la WNBA, aspira a llegar a las 200 internacionalidades con la selección española. Esta temporada ha regresado al Ros Casares sabedora de que todas las etapas emprendidas en su carrera profesional han ido precedidas de la decisión acertada. Por eso, ahora espera poder quitarse de encima la espina que tiene clavada: ganar la Copa de Europa con su club, como en su época de juvenil. 360gradospress ha compartido un trozo de perfil profesional con Amaya Valdemoro, la baloncestista internacional que luce con orgullo su lado más familiar, como atestigua el tatuaje de su nuca, que refleja su nombre y el de su madre.
360gradospress: Repasar su trayectoria da vértigo, aún así, ¿tiene alguna deuda pendiente?
Amaya Valdemoro: Me gustaría ganar la Copa de Europa, aunque ya la gané en mi época de juvenil. Sin embargo, creo que el secreto del éxito no está en lo que consigues, sino en disfrutar de lo que haces y a mí el baloncesto me sigue gustando igual o más que cuando empecé.
360: Con casi 200 internacionalidades, ¿te queda el saborcillo de ganar algo grande con la selección?
AV: Estamos rindiendo muy bien en los últimos años, aunque una medalla en unas olimpiadas es algo prácticamente imposible porque hay tres selecciones que están por encima del resto y es algo evidente porque llevan de forma indistinta siendo medalla de oro, plata y bronce ni sabe cuánto tiempo. Por lo tanto, estoy muy contenta con lo que he hecho en la selección, llevo tres medallas en europeos y eso no se dice todos los días. Competimos y somos muy buenas competidoras.
360: ¿Crees que el baloncesto masculino español ha dado al baloncesto femenino el trampolín que necesitaba para ganar popularidad?
AV: No, yo creo que no. Sí es cierto que se ha hecho un poco más de eco pero no nos toca en absoluto el éxito de los chicos. Sí que, quizá, se nos hace un poco más de caso, aunque ese caso es negativo porque se comparan los equipos y no tienen nada que ver. Ellos son campeones del mundo, tienen un equipazo y nosotras somos unas guerreras que luchan con los mejores equipos para intentar arañar algún puesto o conseguir alguna medalla. La gente que nos pide lo mismo desconoce el nivel del baloncesto femenino en general.
360: Has puesto el adjetivo de que sois guerreras; tú también has recibido muchos apodos a lo largo de tu trayectoria: torete, pochola, wild woman, magic Amaya ¿te apetece explicarnos el por qué de alguno de ellos?
AV: Pochola era porque imitaba a Pocholo y como también soy muy nerviosa pues me llamaban así; wild woman porque decían que era una mujer salvaje; torete, porque cuando empecé a jugar tenía mucha fuerza
360: La multinacional Amaya, ¿a qué etapa de su trayectoria es a la que tiene más cariño?
AV: Todas han marcado una época, no puedo elegir porque en mi carrera deportiva siempre he dado los pasos correctos. Entonces, me quedo con todas, me fui en el momento que me tenía que ir en cada una de ellas. Las he disfrutado y las he vivido al máximo.
360: ¿Dónde guardar los tres anillos?
AV: Los tiene mi padre.
360: Vaya ilusión y alegrías has dado a la familia
AV: Sí, además siempre me han apoyado muchísimo. Es muy importante contar con el apoyo de la familia.
360: ¿Qué póster tenías en la pared de la habitación antes de irte de casa?
AV: Uno de Jordan, uno de Indurain, uno de Perico; pero el de Jordan era gigante y estaba en el techo, a tamaño real. Luego tenía todo el escritorio lleno de fotografías de más jugadores, como de Magic.
360: Con el tiempo, ¿los pudiste ver en carne y hueso?
AV: Sí, y la verdad es que impresionan; me siento afortunada de las cosas que he vivido.
360: ¿Seguiste la toma de posesión de Obama el otro día?
AV: No, entrené y luego estuve de compras. En el telediario sí que lo seguí un poco.
360: La experiencia de Pekín y la villa olímpica
AV: Es lo más bonito de las olimpiadas, es lo que hace más especial esta competición, la convivencia con otros deportistas de disciplinas diferentes y de otros países en la villa olímpica.
360: ¿Y la acogida en tu regreso al Ros Casares después de la experiencia rusa?
AV: Muy buena, estoy encantada aquí.
Óscar Delgado