Es uno de los lugares más enigmáticos y antiguos del mundo. Estas gigantescas piedras neolíticas en la campiña inglesa han desatado infinidad de debates acerca de su verdadero significado. Parece haber cierto consenso en que el monumento es un enorme calendario, alineado con el Sol. Pero lo cierto es que, a día de hoy, nadie puede acreditar esta teoría con total y rotunda seguridad.
Es un lugar mágico. Situado en el suroeste de Inglaterra,muy próximo a Salisbury, se encuentra uno de los monumentos más misteriosos eimponentes del mundo: Stonehenge. Estas ruinas neolíticas, consideradas patrimoniomundial, se elevan en la campiña inglesa de Wiltshire sobre un manto verde dehierba que parece resaltar más si cabe la majestuosidad del monumento.Simplemente observándolo, ya se percibe que no es un lugar más; se nota que esuna creación con un significado especial. Tanto, que se desconoce con totalseguridad.
Han pasado miles de años y todavía no hay consenso para determinarcuál fue el uso que le dieron los antiguos a estas enormes piedras dispuestasde un modo tan singular. De hecho, la colocación de las rocas ha incitado apensar a muchos investigadores que, en realidad, Stonehenge fue un enorme calendarioastronómico.
En este sentido, los astros cobran una tremendaimportancia, puesto que el círculo que forman las piedras las que todavíaestán en pie y las que estuvieron antaño- está alineado en relación con el Sol.Hay quien apunta que podría haber sido un observatorio, pues la disposición delas gigantescas rocas parece seguir las fases del Sol y, por tanto, podríanpredecir las estaciones del año e incluso los eclipses. De hecho, durante elsolsticio de verano, el Sol sale por encima de una de las piedras clave yatraviesa la estructura. ¿Casualidad? Es un enigma.
Precisamente, el misterio que envuelve a Stonehenge,permite la especulación acerca de su verdadero significado. Pero, parece claroque fue el escenario de ritos y ceremonias; tal vez, funerarias.
Desde luego, es un monumento enigmático, pero también es unacolosal obra de ingeniería. Los prehistóricos transportaron las rocas desdeGales y lograron situarlas a más de cuatro metros del suelo. Y ahí continúan,para el deleite del visitante que, una vez allí, no puede dejar de pensar queestá ante uno de los monumentos más antiguos de la tierra que, según parece,está nada más y nada menos que alineado con el cosmos.
Lorena Padilla