Descubriendo la India: el tráfico

La periodista asturiana Eva Sariego inicia esta semana una serie de relatos en 360 Grados Press en los que nos contará su experiencia en la India, el país a donde se acaba de mudar.

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Pues aquí estoy, en Chennai, la antigua Madrás,ciudad milenaria de la costa sudeste de la India, capital del estado de TamilNadu. Hace poco más de un mes no me podía ni imaginar que, por circunstanciaspersonales y laborales, terminaría viviendo aquí.


Aún estoy bajo shock: la diferencia cultural es tanenorme que me va a resultar muy difícil compartir esta experiencia con vosotrossolamente a través de palabras y fotos… pero lo voy a intentar: ¡merece lapena!


Antes de venir, amigos que ya conocían este país meprepararon: “la pobreza te va a asustar”, “no hay clase media”, “las vacas sonsagradas, están por todos lados”, “¡¡vacúnate de todo!!”… los típicos tópicos.Pero nadie me había preparado para ¡¡¡el tráfico!!! Como diría Astérix: ¡estánlocos estos indios!


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La norma es “no hay normas”. Por herencia británicadeberían (y digo deberían) conducir por la izquierda, pero no, conducen por laizquierda, por la derecha, por el centro, por la acera, por un espacio mínimoentre un camión y un autobús…¡por donde sea! La primera vez que fui a cruzaruna calle tardé 10 minutos… y al final ni la crucé, me di la vuelta. Lavelocidad a la que circulan es la máxima a la que llega el vehículo, que, dichosea de paso, no estoy muy segura de que tengan frenos. Por supuesto, cualquierseñal de tráfico es un simple elemento de decoración. Y si a todo esto añadimosque es imposible caminar por las aceras porque su finalidad, básicamente, es lade baño público de hombres, perros y vacas, pues os podéis imaginar lo que espasear por esta ciudad: ¡un deporte de riesgo!


Pero a pesar de todo tiene su encanto. Una vez queaprendes a esquivar cualquier vehículo a motor (yo lo hago cerrando los ojos yavanzando) y que ya no te olvidas de ponerte los auriculares con el heavy metalmás estruendoso a volumen máximo para no oír los millones de bocinas, dar unpaseo por el centro de Chennai se convierte en una experiencia única, sobretodo cuando ves a toda una familia en una moto (sin casco, por supuesto). O al[Img #16814]
autobús que no para y los pasajeros se suben y se bajan en marcha. O al ricksaw(pequeño taxi-triciclo motorizado) con no sabes cuántas personas dentro porquesolo puedes distinguir un amasijo de piernas, brazos y cabezas.


No puedo terminar sin decir que no he visto ni unasola auto-escuela, así que no quiero ni pensar cómo y dónde han aprendido aconducir. Quizás en los templos, por inspiración divina, ya que hay uno cadados pasos y siempre están llenos. En mi próximo paseo, si consigo llegar a unosin que me atropellen, entraré y preguntaré los precios. A lo mejor merece lapena sacarse aquí el carné. Os tendré informados.

Namaste!!

Eva Sariego

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