Y en la quinta planta, la feria de la pistola
Ni tan restringidas como en España ni tan asequibles como en Estados Unidos. El permiso para tener en Filipinas armas de fuego requiere superar numerosas pruebas psicotécnicas. En el país norteamericano, fuente de inspiración para muchas cosas, una pistola es el derecho del ciudadano a defenderse contra el estado. En Filipinas está considerada más bien como una herramienta de trabajo imprescindible para las decenas de miles de personas consagradas a la seguridad privada, como empleados o como milicianos a sueldo. Por supuesto, hay armas de fuego fuera de control, las suficientes como para que durante las campañas electorales se haga pública una prohibición temporal y expresa cuyo cumplimiento se asegura a través de numerosos controles policiales. Esto es lo que aprendemos pasando una mañana en una feria de armas de fuego.