La curiosa dieta del director

Desde que nos llegan los cables de nuestro querido Peláez y su jefe, una de las características que antes reconocimos en este fue la de su curiosa dieta en la que cualquier aberración era posible. No ha sido menos esta semana en la que el pasado jueves comenzaba la jornada bebiéndose el líquido de un frasco de espárragos y unos días después comiendo chistorra regada con vino.

Así es eldirector de este periódico de provincias, capaz de confundir el refranero,querer dar por muerto a su redactor para jugar una partida de oca o pensar queun tipo impositivo no es una tasa sino alguien que ordena y manda, como élmismo.

Jueves, 13de diciembre

– Redactor puteadoal habla.
– Peláez, a mi despacho.
– Es: Peláez, por favor, a mi despacho.
– Se equivoca es: Peláez, ¡por cojones! a mi despacho.
– Está bien…
– ¿Ya está aquí?
– Usted me lo pidió, ¿qué quiere?
– Abrir este frasco.
– ¿Va a tomarse un frasco de espárragos a las nuevede la mañana?
– Soy un hombre libre, hago lo que me pide elcuerpo, me guían los instintos más primarios… ¡aaaarrrrgggggfffhhhhh!
– Está bien, usted sabrá. Pim. ¡Ya está!
– ¿Ya?
– Sí, ¿lo ve? Era sencillo.
– Caramba, Peláez, está usted bien cachas.
– Como dice el refrán: Más vale maña que fuerza.
– No es así, Peláez, es más vale maña que rusa.
– No, jefe…
– Que sí, más vale una zaragozana que una estepeñade Siberia.
– Lo que usted diga.
– Glup glup glup glup
– ¿Se bebe el líquido?
– Claro, es agua con cositas, me encanta.
– Es usted un puerco, jefe.
– Gracias. Hablando de puercos, en diez minutosviene el alcalde.
– ¿Para qué?
– Para que le entreviste usted.
– ¡Jefe! ¿No me podía haber avisado antes?
– Es que no puedo pensar con el estómago vacío.
– Voy a prepararlo entonces.
– Antes hágame una mayonesa, please, que estosespárragos así a palo seco…
– Brrrrr…

Viernes, 14de diciembre

– ¡Peláezzzzz!¡Venga acá!
– Venido estoy, jefe, ¿qué pasa?
– ¿Cuál es el logaritmo neperiano de uno? ¿Y la raízcuadrada de pi?
– ¿Pero para qué quiere saberlo? ¿Qué son esasecuaciones de la pizarra?
– Cálculos, Peláez. Tengo que hacerlos para repartirlas vacaciones de navidad. ¿Se cree que es fácil ser castor?
– Gestor, jefe.
– Eso, coño, siempre me equivoco.
– Imagino que no.
– Imagina bien. Llevo toda la noche haciendocuadrantes y desarrollando fórmulas de alta complejidad matemática.
– ¿Y bien? ¿Ya lo tiene?
– Sí. Le comunico que esta navidad usted trabajaráy yo descansaré.
– ¿Y para eso tanta historia?
¬– Necesitaba el aval de la ciencia, Peláez, nopuedo dejarme llevar por la intuición.
– Muy bien, jefe, me voy a trabajar.
– Espere, aquí tiene.
– ¿Qué es esto?
– Su cesta de navidad.
– ¿Una lata de sardinas?
– En escabeche.
– Guau.
– Miau.
– Que le den.
– Igualmente, amigo.

Lunes, 17de diciembre

– ¡Peláez!
–…
– ¡Peláezzz!
–…
– ¡Peláezzzzzzzz!
– Aquí estoy, jefe, disculpe.
– ¿Se puede saber qué estaba haciendo?
– Fijaba, limpiaba y daba esplendor a la barandilla dela escalera.
– Así me gusta. Bueno, aquí tiene.
– ¿Qué es esto?
– Una bola plateada, ¿no lo ve?
– Sí, ¿pero para qué la quiero?
– Para jugar, para qué va a ser…
– ¿Al pinball?
– ¡No, coño, a los petacos!
– Es lo mismo.
– No se parece en nada, gañán. Solo en la pe.
– Ya, bueno… El caso es que no sé por qué me la da.
– ¿No me pidió el otro día la extra de Navidad?
– La paga, jefe, no la bola.
– Haber especificado.
– Se entiende por el contexto.
– Mi contexto es el vicio, Peláez.
– Ya que lo dice, no debería beber vino tantemprano.
– Es que así la chistorra me entra mejor.
– Ni comer chistorra a estas horas. Le subirá elcolesterol.
– La verdad es que como siga subiendo voy a tenerque venir en transporte público.
– El colesterol es una enfermedad jefe, no uncarburante.
– ¿Una enfermedad que sube? ¿Como la bilirrubina?
– Algo así.
– Ya notaba yo un picorcillo ya…
– Ya… bueno, jefe, me voy con mi bola a otraparte.
– Pido partida.

Martes, 18de diciembre

– ¿Una oca,PeláeZ?
– No puedo, jefe, estoy terminando un reportaje.
– Déjelo inacabado, como si se hubiera muerto derepente.
– No puedo hacer eso.
– Le pongo la esquela gratis, hombre. Nadie seenterará.
– Jefe, no puedo fingir mi propia muerte.
– Está bien, haga lo que quiera. Yo me voy aemborrachar.
– ¿Tan temprano?
– Cuanto antes mejor, el mundo se va a acabar,Peláez, lo ha dicho la abeja maya.
– Los mayas, jefe.
– ¿Los padres?
– La civilización.
– ¿Toda la colmena? Panda de aguafiestas.
– Bueno, creo sinceramente que el día 22 volverá aamanecer.
– Pase lo que pase, prométame que este periódicovolverá a estar en la calle.
– El periódico no sé, jefe, pero la mayoría de losperiodistas ya lo están.
– ¿Ah sí?
– Sí.
– Pues voy a por unos cuantos.
– ¿Va a hacer contrataciones, jefe?
– Ni de coña. Necesito compañeros para un mus.

Miércoles,19 de diciembre

– ¡Peláez!
– ¿Qué pasa, jefe?
– El zumo, no tiene pulpa. Sabe que no me gusta sinpulpa.
– Lo siento, jefe, lo he hecho con prisa…
– Tómese en serio su trabajo, ganapán.
– Eso hago, jefe, de hecho es que estoy muy liado conun reportaje…
– ¿Y de qué coño escribe si se puede saber?
– De las tasas judiciales, jefe.
– Tazas, Peláez, que parece usted de Dos Hermanas.
– Es con ese, jefe.
– ¿Con quién?
– Con la letra ese, tasas, no tazas.
– Ummm…
– Un tipo impositivo.
– Pues claro que soy un tipo impositivo, para esosoy el jefe.
– No me aclaro con usted.
– Si no sabe escribir, menos escuchar.
– Será eso.
– De todas formas, cámbielo.
– No puedo poner tazas judiciales, jefe…
– Está bien, ponga vasos y nos evitamos hacer elridículo.
– Brrrrr…

Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer

Jimmy Entraigües