¿En qué bando estamos?

Muy lejos de España, a miles de kilómetros del territorio peninsular, Rusia le saca pecho a Occidente. El otro gigante del universo, Estados Unidos, ha arrugado el entrecejo. Si no fuera por las fatales consecuencias que podría acarrear esta pelea de machos (a ver quién mea más lejos…), uno le daría a los dos un corte de mangas a lo Carmen de España.

Ucrania, país donde Alemania poseenumerosos intereses geo-económicos, se ha mirado al espejo y no se reconoce:antes era una nación, ahora es un grupo de pueblos que busca desesperadamenteun apellido.

La Madre Rusia, alentada por elmegalómano Putin, mueve sus tentáculos para recuperar viejos espíritus ysombras dormidas. Todo le viene auspiciado por el cesto de contradicciones queexiste en el país ucranio, con más raíces rusófilas de lo que pensaron losnacionalistas, una amalgama de fascistas,  liberales y amigos de lo ajeno.Todo bajo un manto de corrupción que nubla un futuro cada vez más negro.

En medio de este desastre entregladiadores que se libra tan lejos de Córdoba, uno se pregunta por España: ¿Dequé bando se encuentra España? ¿Quiénes son los buenos? ¿Qué gana nuestro paísluciendo la camiseta de la OTAN o de la Unión Europa o de los americanos? Porquesi, como parece, nos decantamos por la orilla europeísta o alemana, se noscerrarán las puertas de los inversores rusos, del cada día más florecienteturismo de aquellas tierras. Muchos millones están en juego. Mejor dicho: searrojarán al cubo de los proyectos rotos. ¿Nos lo resarcirán los banquerosalemanes?

Marcos García