Por Adrián Cordellat, periodista digital
Internet y muy especialmente las redes sociales son un lugar ideal para presentarte ante el mundo. Ofrecen una ventaja que les hace únicos. En cuestión de segundos permiten que los mensajes se multipliquen de una forma que escapa incluso a los raciocinios matemáticos. Millones de personas pueden compartir en los muros de sus perfiles sociales una misma información, convirtiendo al protagonista de la misma en alguien por momentos tan importante como el mismísimo Barack Obama. Y si alguien sabe del poder que ofrecen redes como Facebook o Twitter, ese es Obama. Es probable que sin ellas jamás hubiese llegado a estar donde está.
Como en todas las facetas de la vida, hay diferentes caminos para alcanzar la gloria momentánea en la red. Todos son igual de válidos, aunque algunos de ellos levantan serias dudas sobre lo recomendable de tomarlos. El listado es interminable porque cada día alguien nos sorprende con una nueva vía hacia el reconocimiento popular. Parece que todo esté inventado pero la realidad es tozuda y nos demuestra a diario que aún queda mucho por descubrir. Enfrascados en esa labor andan algunas de las mentes más privilegiadas. También algunas de las menos dotadas.
Cómo ya comentamos en la columna de la semana pasada, hay quien alcanza la fama sin quererlo ni beberlo. Simplemente estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Es el estrellato no deseado. #eldeloscuadros y #elninodetrasdepuyol pueden dar fe de ello. Salieron de sus casas con el ánimo de disfrutar de una buena velada, sin intención de destacar. Ser la comidilla de medio país no estaba entre sus prioridades. Sucede que el destino a veces es caprichoso. En ocasiones, además, es bastante traidor.
Luego están los que obtienen un reconocimiento unánime merced a su buen hacer. Es el caso de la periodista de Televisión Española, Ana Pastor. Una excelente e intensa entrevista al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad la situó como trending topic mundial con total merecimiento. Cientos de personas han compartido su entrevista en Facebook y Twitter. Está en boca de todo el mundo. Tanto que no ha tardado en salir a la luz el hashtag #anapastorfacts, muy propio de Twitter, en el que los internautas sacan a relucir sus dotes humorísticas. La fama ha llegado hasta el punto de hacerle compartir tweet con Chuck Norris, uno de los grandes iconos de esta red: “Cuando Chuck Norris se va a la cama, mira debajo por si está Ana Pastor” (@joseoyo). Menos divertido habrá sido el día para @AnaPastor, una twittera que, posiblemente sin saber el porqué, verá en su página de inicio cientos de mensajes de desconocidos que creían hablar con la verdadera periodista, @anapastor_tve. Cosas de Twitter.
También los hay que conquistan la red entera uniendo una capacidad de imitación fuera de lo común junto a cierto toque freak. Ver a un hombre que se presenta a un programa de televisión diciendo que es Shakira es, cuanto menos, chocante. Al oírlo cantar tienes que darle la razón. Es Shakira en un cuerpo de hombre. Entonces prefiere que le llamen Shakiro. Dicho y hecho. Facebook, Twitter y Youtube, donde hubo más de un millón de impresiones, se colapsan con menciones al imitador chileno de la cantante de Barranquilla, que se hace eco y comenta en su cuenta de Twitter que quiere conocer a Shakiro, hasta entonces conocido como Rodolfo Burgos. Esta semana se produjo el encuentro. Lo peculiar y surrealista gusta en la red.
Si hablamos de formas de destacar en internet es imposible acabar un artículo sin mencionar a David Bisbal. Es difícil saber si el acústico que prepara para este año está detrás de todas sus meteduras de pata en la red. Uno quiere pensar que todo es una estrategia de marketing, porque de lo contrario habría que poner en entredicho la inteligencia del almeriense. El cantante, al que sus representantes deben estar pensando contratar un community manager, debía pensar que su famoso tweet sobre la revolución popular egipcia no era suficiente. Sólo el hashtag #turismobisbal era poco para una estrella de la música como él. No contento con ello, utilizó el #prayforjapan que inundó Twitter tras la tragedia que azota a Japón para promocionar su próxima gira. Por supuesto consiguió lo que quería. Se vuelve a hablar de él. Y ya tiene otro hashtag propio, #prayforbisbal. Hay quien no escarmienta.