El periodismo es un oficio muy vocacional. Combina como pocas profesiones la creatividad, la labor social e incluso, en su visión más romántica, la aventura, esa ruptura con la rutina que te lleva a conocer cada días historias nuevas y a saber más del mundo que te rodea. Pero en la coyuntura actual, es fácil para los aspirantes a ganarse la vida comunicando caer en la idea de que esta profesión está cada día más vetada a las caras nuevas.
La idea del periodista como la mano que se tiende a una población confusa por la sobrecarga de información permanece, atractiva, en el imaginario de los jóvenes que intentan decidir hacia qué camino dirigir sus vidas, aquellos que quieren crear, saber, viajar y que sus ideas tengan un altavoz. El esfuerzo para acceder a la carrera puede ser muy grande. La nota de corte para periodismo es muy elevada en muchas de las universidades españolas. En la Universitat de València alcanza el 10,99 y en la Pompeu Fabra el 11,72. Por no hablar de las dobles titulaciones. Para estudiar periodismo y comunicación audiovisual en la Universidad Carlos III de Madrid se requiere un 11,5 y para periodismo y relaciones internacionales en la Rey Juan Carlos I, un 12,92.
Al poco de entrar en la carrera y empezar a reflexionar sobre las características y la coyuntura de los medios españoles, los estudiantes tienen que acostumbrarse a las advertencias sobre la precariedad y el paro. A pesar de que este, según el último informe de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), se redujo (REDUJO) un 8% el año pasado y de que 8.680 profesionales hayan encontrado trabajo, el salto de la universidad al mercado laboral resulta hoy en día muy complicado. Desde el comienzo de la crisis hasta los últimos datos de la APM, se han destruido 12.200 puestos de trabajo, frente a los 458 nuevos medios de comunicación que han surgido para plantarle frente.
¿En qué situación deja esto a los que están por venir? Cada vez más, los jóvenes prolongan su dependencia de las universidades para poder beneficiarse de becarías en empresas. “Por los testimonios que hemos recogido, hay jóvenes que no se licencian para poder seguir obteniendo prácticas”, explica Aurelio Martín, vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
“Se está explotando mano de obra barata y despidiendo mano de obra profesional, lo que puede llevar incluso a una merma de la calidad de los contenidos”(Aurelio Martín, vicepresidente de la FAPE)
Como muestra el informe de la APM, son en aproximadamente la mitad de los casos puestos no retribuidos. “El problema es el coste de esas prácticas. Los estudiantes tenemos gastos, algunos incluso trabajamos para pagar la carrera, y si queremos llevar a cabo prácticas relacionadas con nuestra profesión, nos encontramos con que las empresas nos ofrecen trabajar hasta 10 horas sin cobrar nada”, denuncia Eduardo Robaina Artiles, un estudiante de periodismo de la Universidad Complutense de Madrid que ha iniciado una petición en change.org bajo el lema “Los becarios de la UCM no queremos trabajar gratis #gratisnotrabajo”, en la que se exige a su facultad y a la administración que dejen de ofertar estas prácticas no remuneradas. La iniciativa ya cuenta con más de 12.000 firmas e invita a más estudiantes de periodismo a sumarse e iniciar el mismo procedimiento con sus universidades.
La pugna por el primer trabajo
El mercado laboral es cada vez más competitivo, por lo que las empresas demandan cada vez más experiencia laboral. La pugna por encontrar un primer trabajo es cada vez más cruenta. “Más de tres mil periodistas se gradúan cada año, cuatro mil contando con los de comunicación audiovisual, y no hay mercado laboral para ellos”, afirma el vicepresidente de la FAPE. Los recién licenciados no consiguen empleo por carecer de la suficiente experiencia previa, y comienza así un círculo vicioso del que se intenta escapar a base de prácticas en las que los jóvenes trabajan como cualquier otro miembro de la plantilla, pero en condiciones mucho peores. “Se está explotando mano de obra barata y despidiendo mano de obra profesional, lo que puede llevar incluso a una merma de la calidad de los contenidos”, explica Aurelio Martín.
“Los estudiantes nos encontramos con que las empresas nos ofrecen trabajar hasta 10 horas sin cobrar nada”(Eduardo Robaina Artiles, estudiante de Periodismo en la UCM)
El 29,6% de parados en los medios de comunicación que refleja el INE pesa en el ánimo de los jóvenes. “Describiría la situación con una palabra: miedo“, comenta Robaina, que piensa que los jóvenes becarios son “simples objetos de usar y tirar para las empresas”. Los obstáculos a los que tienen que hacer frente no son solo suyos, también frenan la llegada de ideas nuevas a un sector que necesita reinventarse. Quizás la respuesta a cómo hacer frente a los nuevos retos de los medios la tenga uno de los muchos jóvenes que no consigue acceder a ellos.
David Casas