Ojos de varios colores guardados en cajas, bocas expuestas en una superficie a medio pintar, párpados ordenados por tamaños en un pequeño expositor, manos y pies dispersos en varias mesas Suena un tanto macabro, pero esta descripción no es más que la de una factoría en la que los personajes de ficción cobran prácticamente vida. Esta semana en 360 Grados Press hemos conocido la magia de la animación en primera persona.
Situviesen que elegir trabajar en otra cosa, no podrían. Desde hace años que sededican a esculpir sus sueños y eso es lo que mejor saben hacer. Encontraron elsitio adecuado para ello en una nave industrial en la localidad valenciana deRibarroja, aunque confiesan que parece que fue el sitio el que les encontró aellos. Diáfano y vacío en su origen, este espacio está ahora dividido en 16sets de rodaje llenos de decorados y cámaras, así como rodeados de un sencilloy caótico taller en el que se modela cada uno de los personajes y de loselementos que salen a escena. Este es el hábitat de Clay Animation, un estudio de animación que está conquistando pocoa poco el mundo.
Laclave de su hazaña se titula Clay Kids,una serie basada en el stop motion,técnica que aparenta el movimiento de objetos estáticos mediante la captura defotografías. En este caso, muñecos elaborados con espuma de látex y unesqueleto metálico son posicionados fotograma a fotograma de manera que,seguidos, se crea una acción imaginaria. El resultado final son episodios de 11minutos de duración, para los cuales se precisan hasta 8.000 capturas. Aunqueaún no se ha emitido, Clay Kids ya seha alzado con algún que otro galardón; el más reciente, el Silver Telly Award, un prestigioso premio estadounidense quereconoce los mejores anuncios y programas de televisión a nivel internacional.”Es un proyecto que ha ido tirando denosotros. Lo presentamos a TVE en 2006 y pensábamos que no iba a interesarles,pero finalmente nos dijeron que sí. Más tarde lo presentamos al ICCA paraobtener subvenciones para piloto de animación y nos las concedieron. Y seguimosadelante un poquito más: fuimos al Mipcom Junior, que es el mercado másimportante de animación, y quedamos finalistas en una competición que tienen.Hace poco nos seleccionaron en Annecy, que es un festival de animación muyimportante en Francia, y ahora nos han dado este premio. Nosotros solo nosestamos dejando llevar“, explica Javier Tostado, su creador.
Sinembargo, nada más lejos de la realidad: tras cada uno de estos logros está elesfuerzo de un equipo de más 80 profesionales y unas maratonianas jornadas detrabajo. Elaboración de guiones, definición de personajes, redacción dediálogos o construcción de muñecos y decorados son algunas de las muchas tareasque preceden al rodaje, el cual requiere de la paciencia de los animadores.Paralelamente, se procede a editar el material que se va obteniendo, aunquesiempre se deja una semana de margen para ultimar la música y el sonido. Así escomo un producto final de stop motionllega a los espectadores. “Hasta la fechahemos hecho visionados en tres colegios, uno de ellos en Londres, y a los niñosles ha gustado muchísimo. De hecho, luego nos ponían comentarios en la web delestilo Por favor, dígannos dónde se va a emitir y cuándo, porque querían vermás. Y lo más importante es que la han entendido. La serie está dirigida aniños de 6 a 11 años, que es una franja amplia, y no sabíamos si les iba allegar bien“, comenta María Lara, productora ejecutiva de la misma.
Paraello, el argumento de Clay Kids se hadesarrollado con sumo esmero. “Muchasveces las historias para niños no tienen el guión muy cuidado, pero éstos sonmás bajitos, no tontos“, matiza Javier. Así, Albert, Carol, Flippy, Jessie,Motor, Naomi y Robbie se han concebido como una particular pero cercanapandilla que afronta situaciones cotidianas de colegio, familia y amigostirando de imaginación, nuevas tecnologías y mucho sentido del humor. “Hemos intentado que cada uno de lospersonajes sea diferente para que el público pueda identificarse con alguno deellos. Hay un par, que son Flippy y Motor, que tienen un grupo de hip-hop, locual nos da pie a que algunos episodios giren en torno a la música. Además,Motor es un personaje parapléjico, pero es un genio, así que se ha construidoun brazo mecánico e, incluso, puede patinar como los demás“, ilustra sucreador.
Peroel proyecto ha sido ambicioso desde un principio, no solo por el contenido, sinotambién por la proyección; porque ClayKids se ha concebido como internacional desde su origen local. Laspropuestas para llevar la producción al extranjero han sido varias a lo largodel camino. Quizá, ésa hubiese sido la opción más fácil, pues son muchos lospaíses que ofertan ayudas a iniciativas audiovisuales tanto autóctonas comoforáneas. No obstante, este estudio permanece fiel a su punto de partida. “Hemos tenido ofertas para irnos a otrossitios, como Bélgica, pero hemos querido quedarnos, porque es un proyecto queha nacido en Valencia y queríamos que los trabajadores fuesen nacionales, aunquefuese más difícil“, apunta María. “Lasreglas del juego deberían ser iguales. Es injusto que la producción sea
muchomás fácil en Europa que en España“, remata Javier. Eso sí, la colaboraciónmás allá de las fronteras se ha precisado en el argumento: dos guionistasingleses y otros dos americanos han colaborado junto a Rubén Ontiveros y DiegoSan José muy conocidos en el sector por trabajos como Qué vida más triste para limar todos aquellos matices quepudieran suponer un rechazo en otros países.
Contodo, esta factoría de ficción está a pleno rendimiento. La primera temporadade la serie, que consta de 26 capítulos, será emitida en España (TVE), Portugale Islandia a partir del próximo otoño. Asimismo, la segunda entrega ya se vislumbraen las miradas de todo el equipo con ilusión. Parece, pues, que la magia deconvertir lo inerte en animado no ha hecho más que comenzar para este estudio.