La compra de palabras contra el olvido

Algunos pensarán que es una ‘paparrucha’ y otros lo valorarán cual ‘potosí’. En 360 Grados Press consideramos que, cuando menos, ‘La tienda de las palabras olvidadas’ es original. Quizá, muchos acabéis leyendo el artículo exclamando un ‘córcholis’.

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Adefesio, batiburrillo, cachivache, entelequia, hecatombe, pamplina, tarambana… No suenan del todo extraños, pero no son habituales. Esta es la situación en la que se encuentran muchísimos términos. De hecho, según informan desde Proximity, solo se emplean una media de 2.000 entre los más de 90.000 disponibles en el diccionario. Por ello, esta agencia ha puesto en marcha recientemente La tienda de las palabras olvidadas, una iniciativa que persigue recordarlas entre los hablantes y, en la medida de lo posible, devolverlas a la circulación. “La selección ha sido un largo proceso para el que hemos hecho un trabajo de documentación contando con la colaboración de lingüistas, con la referencia de libros como ‘Palabras moribundas’ de Alex Grijelmo y con reuniones con la Real Academia Española (RAE). Nuestro filtro ha sido escoger aquellas que están en desuso no porque se refieren a un objeto obsoleto o que ya no existe, sino porque hay una nueva más sencilla que la ha sustituido“, explica Eva Santos, la directora general creativa.

 

¿Es la simplicidad sinónimo de empobrecimiento?

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Así, esta acción ha abierto el debate sobre la evolución del lenguaje en general y del español en particular. “Muchas voces vienen afirmando desde hace tiempo que existe una menor riqueza léxica, pero nosotros no contamos con ningún estudio que pueda confirmarlo. El lenguaje sirve para comunicarse en el entorno en que uno vive, de manera que puede que ya no se utilicen algunas palabras, pero sí otras. Está claro que cuanto más educado esté un pueblo, mejor nivel lingüístico presentará. Siempre ha habido gente que no ha hablado bien, lo que sucede es que ahora existen más altavoces para que ello sea evidente“, analiza Joaquín Müller, el director de Fundéu.

 

Los medios sociales, de adversarios a aliados

Por otra parte, desde esta institución sí que reconocen la influencia que los canales de comunicación actuales ejercen sobre el idioma. Siguiendo con las declaraciones del entrevistado: “Detectamos una oralización de lo escrito. Por ejemplo, interactuamos vía mail de forma muy similar a una conversación hablada por su inmediatez y su tono, de ahí que escribamos con muchos giros propios del oral. Sin embargo, no diría que esto es una cuestión de tecnología, sino de falta de formación. Lo que necesitamos es una política educativa adecuada“. Esta idea es compartida con el equipo de Proximity, siendo otro de los objetivos de su propuesta. “Se suele decir que las redes sociales, especialmente Whatsapp, son enemigos de la lengua y queremos probar que, justo al contrario, pueden ser grandes aliados. Porque son herramientas que empoderan a la gente, también para hacer famosos determinados términos. De hecho, ahora una palabra en desuso con un hashtag delante ya se convierte en algo simbólicamente moderno“, argumenta Eva.

 

Otra cara de la publicidad

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Paralelamente, La tienda de las palabras olvidadas está contribuyendo a cumplir un deseo bastante común entre los publicistas: probar que su trabajo no solo consiste en pura mercadotecnia. “Desde hace un tiempo, las agencias se han enfocado no sólo en vender, sino en mostrar la capacidad de mejorar el mundo a través de la comunicación y las ideas. Obviamente, no en todos los casos es posible, pero sí que se nota un mayor interés en la industria por realizar campañas que puedan aportar algo valioso a las personas más allá de una simple oferta de producto. Por desgracia, en el sector hay mucha gente que lleva a cabo este tipo de iniciativas pensando solamente en la repercusión que el éxito tendrá en su lista de resultados, pero también es cierto que, en otros casos, responde a una necesidad social y, muchas veces, al propio ADN de la agencia, que tiene por norma utilizar sus habilidades o su posición para hacer una sociedad mejor“, valora Odilo Montero, quien es creativo publicitario y autor del blog especializado de referencia Una pausa para la publicidad.

 

¿Cómo adquirir palabras para luchar contra su olvido?

Ni dinero en efectivo, ni tarjetas de crédito o débito, ni transferencias. La adquisición de términos en esta peculiar tienda pasa por un gesto tan natural en el presente como “un compartir” en los perfiles sociales propios. Cada una, además, ha sido dotada de un recurso gráfico basado en el lettering para ganar un plus de visibilidad. Con todo, el proyecto ha gozado de una excelente acogida desde el principio, hasta el punto de que, en plena entrevista para escribir estas líneas, Eva abría un mail con una lista de 541 palabras sugeridas por personas anónimas para ponerlas a la venta. “Muchas de ellas vienen acompañadas de una historia, como que son expresiones rescatadas de los abuelos. Sin duda, la gente tiene interés por las iniciativas culturales y la cultura no es menos porque se empaquete de una manera digerible, divertida y abierta“, afirma la directora general creativa de Proximity. Y este sentir también parece general. “Siempre serán bienvenidas todas aquellas acciones que invitan a conversar, a divertirnos con el lenguaje o a sorprendernos con las palabras. Somos porque hablamos“, concluye Joaquín.


@LaBellver

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